PRI: un partido que ya no lucha para ganar elecciones sino sólo por sobrevivir

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En junio pasado Morena propuso reformar la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional para que se prohibiera el uso de los colores de la bandera en el logotipo que utiliza el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para promover su imagen, bienes o servicios a instituciones y asociaciones políticas, pero un partido tan golpeado como el PRI ¿tendría que cambiar más que sus colores para adaptarse al México actual?

Para el politólogo y rector del Instituto de Ciencia Política y Opinión Pública, Roberto Estrada, el PRI está agonizando desde las elecciones de 2006 en las que ganó la presidencia Felipe Calderón Hinojosa.

“Es como si en el 2006 le hubieran ‘detectado cáncer’ que parecía terminal, mejoró con la elección de Enrique Peña Nieto, pero ahora ‘el cáncer’ le regresó más agresivo. Están entrando a una fase desesperada en la que tienen que hacer tratamientos alternativos porque la medicina convencional no les está funcionando”, ejemplificó Estrada.

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El politólogo consideró que para poder sobrevivir y no convertirse en un partido “pivote” que sobreviva solo por medio de alianzas y coaliciones, el PRI tiene que hacer algo con urgencia, ya que nuestro sistema electoral empuja a que tengamos un menor número de partidos, “con lo que tienen hoy quizás les va a dar para sobrevivir, pero no para ser competitivos”.

Roberto Estrada nos explicó que el voto duro del PRI está disminuyendo porque no han sabido cómo conectar con las nuevas generaciones y no hay una definición clara de su postura.

“En las elecciones de 2012 lo que los salvó con Peña Nieto fue que se basaron en un candidato que en ese momento desde el Estado de México supo construir una narrativa en la que la gente creyó en un nuevo PRI, que al final fue un castillo en el aire que se derrumbó y que además hizo más profunda la idea de que es un partido corrupto”, comentó Estrada.

El tiempo en la política es fundamental y hacer cambios drásticos con las elecciones en el Estado de México a la vuelta de la esquina sería algo arriesgado, consideró el especialista. Sin embargo, para la contienda federal del 2024 “están a muy a tiempo de hacer los cambios necesarios para esa gran elección”.

“Creo que las estructuras que todavía mantienen vivas en el Estado de México les permitiría tomar este riesgo, pero están en un momento de ahora o nunca. En política lo más importante es jugar correctamente con los tiempos y hacer los cambios cuando se necesitan. A mí me parece que de cara al 2024 están en un buen momento, pero si mantienen las cosas como están lo único que van a recoger son cada vez peores resultados”, nos dijo Estrada.

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Para el especialista tendría que pasar algo muy dramático para que el PRI -como está hoy- tenga oportunidad en las elecciones de 2024.

“Tendría que darse una gran fractura al interior de Morena, un escenario económico muy adverso y que la gente empiece a identificar como el responsable de esta crisis al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, además que tengas algún candidato del bloque opositor que les permita competir con Morena y que el voto de castigo los lleve a presidencia”, detalló el entrevistado.

Para Jorge Márquez, politólogo y catedrático de la UNAM, cambiar la esencia del PRI en estos momentos es muy arriesgado.  

“En el 2019 el PRI tenía una intención de voto del 4% y se ha logrado a lo largo de dos años con la dirigencia de Alejandro Moreno llegar a tener entre 16 y 20 puntos. Si está creciendo, ya ni le cambies el nombre, ni la ideología, ni nada, porque existe un porcentaje de la intención del voto que se identifica con lo que representa el PRI”, explicó Márquez. 

El politólogo señaló que el proceso electoral de 2018 cambió completamente la correlación de fuerzas políticas del país y que si bien hace falta adaptarse a los tiempos actuales, algunas comparaciones como las que realiza Miguel Ángel Osorio Chong, exsecretario de Gobernación en el gobierno de Enrique Peña Nieto, no pueden tener fundamento en el panorama actual.

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“Yo creo que el PRI va a seguir con sus colores, su discurso, su ideología e incluso con su líder a pesar de lo que diga Osorio Chong, que acusó a Alejandro Moreno de una total ineficacia electoral”, nos dijo Márquez.

El experto dijo que en las elecciones de 2018 a Osorio Chong le encargaron la campaña de los senadores como parte del equipo del excandidato presidencial priista José Antonio Meade, donde solamente ganó una de las 64 representaciones -la de Yucatán con Jorge Carlos Ramírez Marín- y que incluso fue acusado de operar a favor de Morena en Hidalgo ese mismo año.

“¿Por qué los priistas aguantan a Alejandro Moreno? Porque consideran más peligroso a Chong y su grupo político y porque por lo menos con Moreno ganaron una gubernatura después de que no se ganaba ni una desde 2017 y tienen alcaldías en la CDMX, que era impensable”, resumió el especialista.

Yo creo que el PRI no va a cambiar, porque dadas las circunstancias actuales es muy peligroso: si cambias el líder, quién sabe si se va a Morena. Le cambias los colores, quién sabe si la gente lo reconozca. La ideología de todas maneras nadie la conoce, pero la gente identifica al PRI con una cosa muy clara: que está contra Morena y eso es lo que le va a dar el voto”, agregó el catedrático de la UNAM.

Para Jorge Márquez cambiar los fundamentos del partido tricolor en este momento no es una prioridad y es mejor dar la batalla con lo que hay. 

Quizás terminando este sexenio el PRI, que fue el partido dominante durante 70 años, pueda tener oportunidad de reinventarse, pero primero debe lograr sobrevivir a las tácticas morenistas que parecen empecinadas en hacerlo desaparecer.

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