Reconocer que existen muchos tipos de masculinidades puede ayudar a crear una sociedad menos violenta

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La idea tradicional que tenemos de la masculinidad ha sido violenta y dañina para las mujeres, pero también para los hombres que no entran dentro de lo que tenemos entendido por masculino. El estudio de nuevos tipos de masculinidades nos está ayudando a reconocer que se puede ser hombre sin reproducir los comportamientos tóxicos que ha dejado el machismo a través de los años.

Samuel Meschoulam, abogado, especialista en Políticas Públicas y facilitador externo de la colectiva feminista Lentes Púrpura, nos explicó que los movimientos feministas del siglo pasado fueron los que abrieron las puertas para generar contenido sociológico y literario sobre la masculinidad y permitieron a los hombres cuestionar sus propios comportamientos.

“Al hablar de tipos de masculinidades se parte del principio de que esto ha sido culturalmente construído, no hay una referencia biológica que diga que el hombre es más fuerte, ni más inteligente, ni mejor en matemáticas o en los deportes, o absolutamente en ninguna de estas imposiciones que nos dan desde quien comunica, estudia y está en el poder”, destacó Meschoulam.

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El especialista resaltó que es importante que los hombres se cuestionen su propia masculinidad para contribuir a la labor de la igualdad de género, y para esto, es necesario escuchar, informarse y cuestionar de dónde vienen los roles de género que se les han impuesto.

“Se puede trabajar muchísimo en que las mujeres se empoderen, estudien, combatan, pero si los hombres no se están cuestionando -como generalmente sucede- se está peleando solo desde una trinchera. No se van a alcanzar los objetivos del feminismo mientras los hombres no hagan su labor”, nos dijo el abogado.

Samuel Meschoulam también resaltó que al reestructurar la masculinidad, los hombres pueden ser ellos mismos, independientemente de su orientación sexual, ya que no hay un sustento biológico o científico que dicte cómo debe ser un hombre -o unas mujer-, por lo que es importante cuestionar las construcciones culturales de la masculinidad y de la feminidad.

Destruir la masculinidad hegemónica podría ayudar a disminuir la violencia de género

Vanesa Silva, vocera de la colectiva feminista Coatlicue Siempre Viva, nos dijo que la masculinidad hegemónica -que es la que se impone desde los grupos de poder a la ciudadanía- es objeto de crítica por parte del feminismo, pues esta forma de ser hombre no es la única y el discurso de nuevas masculinidades busca señalar otras posibilidades. 

La activista destacó que el problema con la masculinidad hegemónica es que oculta otras formas de construirse como hombre y dificulta la transformación social al ser el modelo de hombre que más se reproduce, al que más se aspira: un hombre poderoso, que acumula riqueza, que oprime. Pero no todos los hombres tienen estas particularidades, por lo que ejercen dominación en otros ámbitos.

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“Es decir, un hombre pobre quizás no tenga los recursos suficientes para generar dominación a un país entero, pero si los tiene para ejercer violencia a quienes él considera que tienen que servirle: hijos e hijas, esposa, compañeras y más”, acusó Silva.

La crítica a esta masculinidad busca hacer propuestas para construir nuevos hombres -y otras corporalidades masculinizadas- que sean menos violentos, más responsables y formen lazos más amigables con sus pares y otros géneros.

Es importante ser autocríticos y generar procesos de cambio social que permitan entender que no es necesario tener el poder y la dominación para ser hombre. En vez de mantener cofradías y alimentar dinámicas violentas -como permanecer en un grupo de WhatsApp donde se compartan fotografías íntimas de mujeres sin su consentimiento- se puede abiertamente denunciar y no participar en ellas, nos dijo Vanesa Silva. 

Este tema es fundamental, ya que los hombres son los sujetos que reproducen directamente las violencias más crueles, y trabajar en nuevas masculinidades puede ser una respuesta ante temas como feminicidios, violencia de pareja, intrafamiliar, acoso e incluso bullying entre hombres, consideró la entrevistada.

Círculos de hombres, una herramienta práctica para reflexionar en espacios seguros

En México y otros países -como España- se está llevando a cabo una iniciativa para crear espacios de diálogo, comunidad, conexión entre hombres y cuestionar la masculinidad a través del diálogo horizontal, nos dijo Os Campos, facilitador de círculos de hombres y colaborador con la colectiva feminista Lentes Púrpura.

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Los círculos de hombres se tratan de darse cuenta de nuestros propios patrones. Nos hemos dado cuenta de que mucho del problema es que ni siquiera tenemos las herramientas sociales, de comunicación ni emocionales como hombres para reconocer el machismo internalizado con el que crecemos, esta influencia que tiene el patriarcado en nuestro actuar en el día a día”, nos explicó Campos.

El trabajo de reflexión sobre su propia masculinidad empieza por hablar e invitar a los hombres a ser vulnerables, ya que al tener espacios donde la vulnerabilidad es la base, pueden sentirse más confiados para expresarse, nos dijo.

“Y ahora que ya tenemos una consciencia de quiénes somos y por qué estamos haciendo las cosas que hacemos, podemos empezar a reconocer cómo está impactando nuestro privilegio como hombres, cómo tenemos estos mecanismos de acción que perpetúan ciertos comportamientos”, detalló el especialista.

Campos nos explicó que hay resistencia de los hombres a participar en estos círculos. Esto se debe en gran medida al miedo de enfrentarse con sus propias actitudes nocivas, a la falta de espacios para expresar emociones de forma segura y la presión social para seguir patrones impuestos por otros.

En Latinoamérica, particularmente en México, la resistencia se acentúa por la posición machista históricamente arraigada. Romper patrones y adicciones relacionadas con la masculinidad –como la pornografía y el excesivo consumo de sustancias como el alcohol– es fundamental para encontrar caminos más libres en los que cada hombre se defina así mismo sin tener que cumplir con expectativas externas.

Por ello, es importante alzar la voz y buscar espacios donde se pueda hablar de temas emocionales importantes sin temor al rechazo social y analizar concienzudamente si el círculo social en el que cada hombre se desenvuelve reproduce comportamientos negativos, recomendó el entrevistado.


Aún falta promoción de espacios seguros para que los hombres se informen, se acompañen, reflexionen en comunidad, pero gracias al acceso que nos da el internet y las redes sociales es más fácil encontrar recursos para iniciar el proceso de-construcción y reconstrucción de una masculinidad verdadera y libre que ayude a crear una sociedad más justa y menos violenta.

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