Mamás y papás se organizan para exigir regreso a clases

Compartir:

Samantha pasó de segundo a tercer año escolar estudiando desde casa, debido a la pandemia por COVID-19. “No me gusta no ir a la escuela, extraño mucho a mis amigos y aquí me aburro, pero mi mamá dice que no puedo ir porque me puedo enfermar del virus”, nos comparte la pequeña de ocho años. 

María se levanta cada día a las seis de la mañana, prepara desayunos, despierta a Samantha y se le escapa una hora entre las frases “cámbiate la pijama”, “desayuna rápido para entrar a tu clase”, “no te vuelvas a dormir, cuando regrese ya te quiero lista”. Para ella, al igual que para su hija, adaptarse a las clases en línea no ha sido sencillo y abarca gran parte de su tiempo

Padres y madres que también desean que sus hijos regresen a la escuela se organizaron y formaron el movimiento “Abre mi Escuela”, el cual busca acelerar el regreso a clases, pues consideran que la educación a distancia no puede cubrir todas las necesidades de los niños. 

No dejes de leer: Las mujeres trabajan más en la cuarentena

La educación a distancia deja muchas áreas desatendidas. Por ejemplo, la formación socioemocional, psicológica, la interacción con sus compañeros y para algunos niños incluso su nutrición. Todo esto, por muy buena que sea la educación a distancia, no se puede cubrir, como está pasando actualmente”, explicó su vocera Luz Elena Borbolla Corripio. 

La educación a distancia funcionó para lo que se planteó: salir de una crisis. “El problema es que se tenía contemplado que esa crisis iba a durar un mes, pero ya llevamos nueve meses”, agregó Borbolla Corripio.  

Las autoridades educativas no planearon cómo se iba a llevar a cabo el aprendizaje con las niñas y niños en la contingencia por COVID-19, nos explicó Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

Para saber más: ¿Cómo le hicieron en China para no cerrar las escuelas?

¿En México se puede volver a la escuela?

Abre mi Escuela busca que “ la educación sea declarada esencial. La plataforma base sería dependiendo del color del semáforo del estado, el aforo no podría ser mayor a 10 niños por grupo, contar con espacios ventilados y con distancia de un metro y medio, cuidar las circulaciones para que los niños no se encontraran de frente uno con otro”, nos cometa Borbolla Corripio

Como cada escuela tiene necesidades distintas, deberían ser éstas las que determinen qué medidas requieren para el regreso seguro de las niñas y niños a clases. “Si una escuela tiene 50 niños con una maestra o maestro, es diferente a una que tiene 10 niños en una zona rural con un profesor. Esos 10 niños de la zona rural podrán ir todos los días a la escuela. Los otros colegios quizá sólo puedan ir una vez a la semana a clase y los otros cuatro días tendrán que seguir aprendiendo en casa”, dice Borbolla Corripio. 

Pero ¿en México existen las condiciones para que los y las niñas regresen a la escuela? Al inicio de la cuarentena, Esteban Moctezuma Barragán, hoy ex secretario de Educación Pública, dijo que los niños y niñas no regresarían a la escuela hasta que el semáforo no esté en verde. Ahora falta ver si la nueva secretaria, Delfina Gómez, da un giro a la estrategia.

Sin embargo, no todas las escuelas cuentan con las mismas condiciones e infraestructura. Por ejemplo: una de las principales medidas para mitigar la COVID-19 es lavarse constantemente las manos, pero 5,053 escuelas públicas no tienen el servicio de agua y otras 24,047 obtienen agua a través de otras fuentes, como pozos, pipas, cuerpos de agua, lo que no garantiza un suministro regular, de acuerdo con el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de 2018. 

Te puede interesar leer: Niñas, niños y adolescentes, en riesgo económico y psicológico por confinamiento

Cada día que pasa, será más difícil regresar para muchas niñas y niños

En la educación a distancia el uso del internet es necesario, pero sólo 44% de los hogares cuenta con computadora (incluyendo estudiantes y docentes) y 7% no tiene internet porque no puede pagarlo, de acuerdo con Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019

Por si eso fuera poco, “las escuelas tampoco tienen claro cuándo abrirán de nuevo, y para los alumnos que no pudieron estudiar vía internet será más difícil regresar, porque se abre una brecha entre los que tuvieron las condiciones necesarias para adaptarse y los que no, como computadora, internet, incluso hasta televisión”, advierte Juan Martín Pérez.

También comentó que “la pandemia ha traído consigo desempleo masivo y crisis económica, lo que llevará a que los niños no puedan seguir con sus estudios, muchos tendrán que comenzar a trabajar, y esto los pone en riesgo de ser víctimas de grupos criminales”. 

Debido a la crisis por COVID-19 en América Latina, se calcula que entre 109,000 y 326,000 niñas y niños dejarán las aulas para comenzar a trabajar, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). 

Como es el caso de Juan, con apenas ochos años de edad tuvo que dejar de estudiar en casa viendo la televisión, para acompañar a su padre a trabajar como carpintero. “Desde que dijeron que debíamos quedarnos en nuestras casas, le ayudo a mi papá. A veces lo acompaño a las casas y ponemos puertas, o le ayudo a barnizar”, nos contó Juan.

Antes de la pandemia, en México 3.2 millones de niñas y niños, de entre 5 y 17 años de edad ya trabajaban, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), pero después de la crisis económica esta cifra aumentará.

Te puede interesar: Solo bares, escuelas y algunas oficinas de gobierno siguen cerradas por la COVID-19

En otros países han abierto escuelas, ¿cómo lo lograron?

En países como Francia, Dinamarca, Alemania, Israel, China, Camboya y otros reanudaron las clases, pero “no se trata simplemente de reabrir las escuelas, sino de reabrir mejores escuelas”, exhortó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)

No basta sólo con regresar a las aulas. Unicef explicó que en los países que reabrieron las escuelas se aseguraron de contar con la infraestructura necesaria, así fue como a la vida escolar se integraron las estaciones para el lavado de las manos, el distanciamiento físico, el uso de mascarilla y la comprobación de la temperatura. 

Incluso en Camboya, con un ingreso por persona seis veces menor que el de México, según el Banco Mundial, se logró la reapertura de clases, gracias a que el Ministerio de Educación trazó un plan con las medidas apegadas a las mejores prácticas observadas a nivel mundial y distribuyó suministros de higiene básica. Además es uno de los países que ha reportado menos contagios y no ha registrado muertes por la enfermedad. 

Mamás trabajan el doble

Desde que Samantha comenzó a estudiar en línea, María tiene menos tiempo para sus proyectos personales y las labores del hogar. Incluso tuvo que posponer su proceso de titulación de la carrera de derecho, por falta de tiempo y energía. “Me gustaría que los niños volvieran a la escuela, pero sé que el virus aún no está controlado y tenemos que esperar”, comenta. 

Desde antes de la pandemia, las mujeres trabajaban más que los hombres (al considerar trabajo remunerado y no remunerado, como el cuidado del hogar, las hijas y los hijos). Mientras que ellas ocupan 10 horas al día para realizar labores remuneradas y no remuneradas, los hombres sólo trabajan ocho, de acuerdo con ONU Mujeres.

Sin embargo, la pandemia trajo consigo un incremento de labores, especialmente para las mujeres, quienes además de su trabajo y sus tareas domésticas, ahora tienen que sumarle el acompañamiento escolar de sus hijos las 24 horas del día, nos explicó Gwendolyn Negrete, presidenta de la asociación Mujeres Jefas de Familia.

Si bien el cierre de las escuelas se hizo como una medida de emergencia, los especialistas consideran que es hora de empezar a planear la estrategia de regreso a los salones de clase. 

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.