Retroceso en inclusión financiera tras la pandemia: mujeres, las más afectadas

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La contingencia por la COVID-19 provocó una caída del 9% del Producto Interno Bruto en México, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Además, el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reportó un aumento de  entre el 6 y el 10% de la población en pobreza extrema.

Además, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021 reporta que más de la mitad de las personas encuestadas sufrió alguna afectación económica por la pandemia. El 95% de los hogares limitaron su consumo y el 79% tuvo que utilizar sus ahorros.

La ENIF también reporta que en lo general el acceso y uso de servicios financieros no sufrió cambios importantes, por ejemplo, el 68% de los mexicanos cuenta con al menos un producto financiero, cifra constante desde el 2015.

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Sin embargo, donde sí hubo afectaciones fue en la desigualdad en el acceso. De acuerdo con la ENIF, aumentaron las brechas de género, así como el acceso a servicios financieros entre las regiones del país.

Brechas  regionales en inclusión financiera

La encuesta encontró que en todas las regiones geográficas de México el porcentaje de personas que reportaron tener al menos un producto financiero aumentó, con excepción del Sur y el Noroeste. Históricamente la región sur ha mantenido el menor nivel de inclusión financiera del país.

En todas las regiones, el patrón de inclusión entre hombres y mujeres es el mismo: los hombres acceden a más instrumentos mientras que las mujeres acceden a menos que en la edición anterior de la ENIF.

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Brechas de género en inclusión financiera

Desde Cuestione hemos señalado en otras ocasiones que las mujeres han sido desproporcionadamente afectadas por la pandemia; en primer lugar, porque 7 de cada 10 personas que perdieron su empleo son mujeres y en segundo lugar, por las cargas de trabajo no remunerado que crecieron a raíz del confinamiento.

La inclusión financiera es otra área que presenta retrocesos para las mujeres tras la pandemia debido a una reducción generalizada en sus ingresos. De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene una de las menores tasas de participación laboral femenina, dentro de la cual un tercio trabaja en el sector informal.

Como muestra la gráfica, el porcentaje de mujeres que tiene al menos una cuenta de ahorro, un crédito, un seguro o Afore es menor al de otros años en 3.3 puntos. En cambio, el de los hombres es mayor, entre 2018 y 2021 hubo un aumento del 2.5%.

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Lo mismo es cierto en cuanto al ahorro, en 2018 el 45% de las mujeres contaban con ahorros, pero ese porcentaje bajó a 42% en 2021; mientras que los hombres que reportaron tener ahorros en el 2021 fueron el 56.4%, un aumento de 13.8 puntos con respecto al año pasado. Por último, el número de mujeres que reportaron tener cuenta de retiro (o Afore) fue del 30.6% en el año 2021 contra 31% en el 2018.

La falta de inclusión en el mercado financiero resulta en otro tipo de violencia contra las mujeres: la económica. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) informó que 13.4 millones de mexicanas han padecido esta violencia, esto coincide con el 75% de mujeres en México que según la ENIF no deciden independientemente sobre el dinero que se gasta o ahorra en el hogar.

La inclusión financiera representa otro pendiente que el Gobierno de México deberá subsanar como resultado de la pandemia si es que aspiramos a lograr igualdad verdadera entre hombres y mujeres.

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