“Seguir insistiendo en los combustibles fósiles como un pilar del desarrollo energético de este país es garantía para más desastres”, alertó Pablo Montaño, coordinador de Conexiones Climáticas, organización civil dedicada a la comunicación de la crisis ambiental en el mundo, al referirse al reciente derrame petrolero en instalaciones de Pemex en las costas de Campeche.
Y es que desde el 11 de abril de 2024, decenas de grupos ecologistas y académicos denunciaron un nuevo derrame de crudo cerca de la plataforma Akal-B de Pemex, en la Sonda de Campeche, la cual se incendió y explotó el 6 de abril pasado, con saldo de al menos un trabajador muerto y 13 lesionados –según la versión oficial-, y con daños incalculables para el medio ambiente.
Es importante señalar que la zona donde ocurrió el derrame -el Golfo de México– es de una gran diversidad de hábitats y ecosistemas que incluyen estuarios, arrecifes de coral y especies marinas, además de ser fuente de alimento para aves, tortugas y mamíferos marinos. Igualmente, de ahí se extrae el 56% del petróleo del país, y es región de pesca para las grandes empresas y pequeñas comunidades.
¿Pero qué ha dicho Pemex sobre esta tragedia ecológica? En sendos comunicados del 6 y 7 de abril de 2024, la empresa productiva del Estado solo reportó que se trató de un incendio en esa plataforma y apuntó que ya inspeccionaba el área para establecer sus causas, así como “las acciones que permitan el restablecimiento de la operación del Centro de Proceso”. Pero sobre el derrame denunciado por activistas e investigadores, la petrolera no dijo “ni pío”.
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En su comunicado, las agrupaciones ambientalistas dijeron que el derrame de crudo alcanzaría una superficie de al menos 390 kilómetros cuadrados, “similar a la del derrame denunciado por varias de las organizaciones firmantes en julio del año pasado (también en las costas de Campeche)”. Además, precisaron que en esta ocasión dos trabajadores habrían muerto, nueve más resultaron heridos y uno fue reportado como desaparecido.
“Los dos trabajadores (que perdieron la vida) se suman a la lista de más de 360 personas que han fallecido en siniestros de Pemex desde 2009”, señalaron organizaciones civiles como Greenpeace, Alianza Mexicana Contra el Fracking, Centro Mexicano de Derecho Ambiental y Conexiones Climáticas, entre otras.
“Diálogo de sordos”
“Pemex no acusó recibo, no hubo respuesta oficial de su parte (sobre la denuncia de abril de 2024). Hablamos de un derrame de las mismas dimensiones del que se suscitó a mediados del año pasado, es decir, que alcanza una superficie equivalente al tamaño de la mancha urbana de Guadalajara, Jalisco”, nos dijo Pablo Montaño, coordinador de Conexiones Climáticas.
“La vez pasada, después de mucha presión y cobertura de los medios, Pemex salió primero a negar el tamaño del derrame, reconociendo una ínfima parte que no coincidía para nada con lo que se podía ver en las imágenes satelitales. (En esta ocasión) es un diálogo de sordos cuando la autoridad no acusa recibo, no responde”, lamentó el también maestro en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable por la Universidad del Colegio de Londres.
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Montaño criticó la falta de transparencia de Pemex ante la sociedad sobre el tipo de hidrocarburo derramado, así como las medidas que tomó para controlar la fuga y resarcir los daños ambientales: “lo que tenemos son dudas de exactamente qué pasó, qué tipo de vertido de crudo es el que estamos viendo, cuánto fue y sus consecuencias; esa información no se conoce”.
“Pemex no comentó ni hizo públicas las medidas de remediación (que llevó a cabo tras el derrame). Lo que sí vimos (en imágenes satelitales) es que ya no había fuga, entonces lo más probable es que se controló luego de 19 días de duración”, abundó el politólogo por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.
Sin embargo, Montaño nos aclaró que la empresa petrolera tendría que responder a los llamados de la sociedad civil para esclarecer estos desastres ambientales: “no es posible que estamos viendo evidencia concreta, dura, de lo que ocurre y simplemente hacen oídos sordos tanto Pemex como la ASEA (Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente); ésta última tiene las atribuciones para sancionar a quien incumpla en materia de hidrocarburos y seguridad, en este caso la paraestatal”.
Pemex, de las más contaminantes y con menos presupuesto
El coordinador de Conexiones Climáticas nos alertó que además de ser de las compañías petroleras más contaminantes del mundo, Pemex ha sufrido recortes presupuestales para el mantenimiento de sus instalaciones.
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Pemex se ubica entre las cinco principales empresas estatales responsables del 10.9% de las emisiones históricas de dióxido de carbono en el mundo, y también es una de las principales fuentes de azufre y metano, “un gas fósil muy potente que tiene una capacidad calórica 80 veces más fuerte que el dióxido de carbono”, apuntó Montaño.
“Petróleos Mexicanos es una empresa muy contaminante, muy sucia en muchos aspectos, y más allá de filias o fobias nacionalistas, las consecuencias las están pagando la población y los ecosistemas”, nos resaltó el ecologista. Para colmo, acotó el experto, el recorte al presupuesto de Pemex para mantenimiento se vincula al incremento de los derrames petroleros.
“Un punto muy importante es que este tipo de desastres es inherente a la industria de los combustibles fósiles, la cual opera minimizando sus costos y consecuencias”, agregó Montaño, quien advirtió que las actuales políticas de exploración y extracción de petróleo son más arriesgadas al perforar pozos más profundos y yacimientos más pequeños, lo que amplía las posibilidades de desastres ecológicos.
“Mientras sigamos con una política que apuesta por los combustibles fósiles, vamos a seguir teniendo derrames y desastres que impactan negativamente en la vida de las personas, su salud, la de los ecosistemas, los modos de vida, y en este caso en particular de los pescadores de esta zona de Campeche”, alertó el activista.
¿Cuántos derrames petroleros más podrían ocurrir en México si las autoridades siguen sin “ponerse las pilas” para cambiar a una política energética limpia y sustentable? ¿Y cuándo darán una respuesta clara al derrame actual?
