Erika era una niña cuando empezó a trabajar repartiendo volantes con uno de sus vecinos. Una semana después ya no regresó a casa. La engañaron, la drogaron y la prostituyeron. Fue víctima de trata de personas.
Ella fue vendida desde los 14 años por, al menos, 10 tratantes de la Ciudad de México y Tijuana, Baja California.
Claudia, su madre, intentó rescatar a Erika de ese mundo muchas veces. La internó en varios centros de rehabilitación. Erika escapaba porque en algunos centros la violentaban, nos contó Claudia en 2020.
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La madre de Erika acudió muchas veces con las autoridades pero fue ignorada. Nada ni nadie pudo impedir que mataran a Erika en enero de 2018. Desde entonces, Claudia sigue exigiendo justicia.
2020 con la peor cifra
Erika es solo un ejemplo del destino al que podrían haberse enfrentado el año pasado, cuando menos, 262 niñas y niños que fueron víctimas del delito de trata de personas en México, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En 2020, la tasa de niños y niñas víctimas de trata fue la más alta desde 2015, año en el que se empezaron a registrar víctimas de ese delito en México. Ese año se registraron 0.7 niñas y niños víctimas de trata de personas por cada 100,000 menores de edad.
La estrategia que usaron contra Erika fue engañarla, la más común para hacer que las personas caigan en las redes de las personas que se dedican a la trata de personas, según un diagnóstico de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sobre la trata de personas en México, de 2019.
¿Qué es la trata de personas?
La Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) define la trata de personas como:
“Un delito grave en el que se utiliza a las personas como si fueran mercancías para abusar de ellas mediante diferentes formas de explotación: sexual, laboral, matrimonio forzado, mendicidad forzada, adopciones ilegales de niñas, niños y adolescentes, tráfico de órganos, utilización de niñas, niños y adolescentes en actividades delictivas, entre otras”.
Niñas y niños los más vulnerables
Siete de cada 10 víctimas de trata de personas del sexo masculino son menores de edad. En el caso de las mujeres, como Erika, son cuatro de cada 10. En ambos casos la cifra es más alta que la de los adultos.
Que la mayoría de las víctimas sean niñas y niños “puede deberse a que no hay prevención, no se aborda el tema en la escuela y tampoco en la familia. Es dejarlas en situación de vulnerabilidad”, dijo a Cuestione Teresa Ulloa, directora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina (CATWLAC).
Aunque, por otro lado, “tienes a los pervertidos que prefieren niñas y niños. Y, como todo negocio, se rige por la oferta y la demanda”, agregó Ulloa.
Hay más víctimas mujeres
Si analizamos las cifras solo por sexo, vemos que 68% son mujeres, 12% son hombres y que en el 20% restante no se identificó el sexo de la víctima.
Y en general, los hombres adultos son los menos vulnerables de sufrir trata de personas. 76% de las víctimas son mujeres, niñas y niños.
Sin embargo, las cifras podrían ser peores porque el 90% de las personas que son víctimas de este delito no denuncian. Además de que el 99% de ellos no se castiga, es decir quedan impunes, de acuerdo con la directora de la CATWLAC.
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Entidades con las peores cifras
Quintana Roo, donde han ocurrido varias manifestaciones feministas en contra de la violencia hacia las mujeres, es la entidad con la mayor tasa de víctimas de trata de personas en México: 5.3 por cada 100,000 mujeres, las principales afectadas.
A Quintana Roo le siguen Baja California (3.1), Ciudad de México (2.5), Tlaxcala (2.1) y San Luis Potosí (2.1).
La tendencia no ha cambiado
Si observamos el registro de víctimas de trata de personas de 2019 y 2020, vemos que la tendencia se conserva. En el último año, a pesar de las medidas de confinamiento por la COVID-19, se registró casi el mismo número de víctimas que en 2019.
En los dos primeros meses de 2021 se registraron 93 víctimas de trata de personas en México; 18 más que en el mismo periodo de 2020. Lo que significó un aumento en la tasa de 23%.
Mientras tanto, las autoridades no muestran interés en este problema. El año pasado recortaron 13.6% el presupuesto de Fevimtra.
