Sandra Morales
La madrugada del pasado 25 de octubre el huracán Otis, de categoría 5, azotó la costa de Acapulco, Guerrero, causando graves daños en casas, negocios, transportes y hoteles, afectando la principal fuente económica de la ciudad: el turismo. Lo más lamentable fueron las pérdidas humanas que se calculan fueron 52 personas fallecidas y 32 personas desaparecidas, cifra entregada por la gobernadora del estado Evelyn Salgado a finales de diciembre del 2023.
Los medios de comunicación cubrieron principalmente las afectaciones en las zonas turísticas, pero los poblados y colonias ubicadas en la zona alta de Acapulco fueron las que sufrieron mayores daños, además de la vulnerabilidad de la que ya eran parte por encontrarse en las colonias más pobres y marginadas de la costa, siendo que no contaban con la totalidad de los servicios y atenciones, ahora tampoco recibieron el apoyo necesario y hubo falta de difusión.
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¿Qué opinan los habitantes de Acapulco?
Ana vive en Acapulco, y en entrevista para Cuestione dijo que han sido unos meses difíciles debido a la falta de apoyo, de trabajo y las condiciones que actualmente hay.
Nos explicó que la reconstrucción ha sido un proceso duro de manera física y emocional. Ha sido un desgaste que va desde reparar los daños en las casas haciendo uso de la mano de obra propia y el uso de los pocos recursos que tenían a la mano, pero no solo de manera individual sino que en conjunto con la comunidad y los vecinos es que han ido levantando de a poco sus hogares y colonias.
La infraestructura dañada incluye carreteras, electricidad y hasta servicios públicos como la telefonía, internet y el transporte. Todo esto ha sido un gran reto para que las personas puedan retomar sus actividades antes del paso del huracán.
A todo esto se le suman las enfermedades que se han desatado como el dengue, debido a la falta de limpieza en las calles y atención al drenaje.
“Nuestra familia se las ha visto difíciles, yo apenas voy saliendo, pero toda mi familia nos enfermamos, la temperatura y sentir el cuerpo débil y como que no responde, y luego que no hay medicamentos en ningún lado, eso es lo feo”, dijo.
En cuanto a los apoyos, menciona que hasta ahora no han recibido ninguna suma monetaria ni en especie “desde que vinieron a hacer lo del censo de daños no han regresado, sí nos preguntaron si teníamos recursos y qué tantas pérdidas tuvimos, nos vieron mal pero no se volvieron a aparecer”. Agrega que “hace tiempo ya dejamos de esperar que verdaderamente nos ayuden” pero considera que están más interesados en restaurar la zona hotelera “que es la que deja más dinero, y pues sí, también de ahí es de donde vivimos porque ahí están nuestros trabajos”.
En cuanto al transporte, Ana comenta que los problemas siempre han estado presentes, “el transporte siempre ha sido muy inseguro, nada te garantiza que llegues bien y con todas tus cosas” pero actualmente se le ha dado más importancia porque las autoridades están presentes en todas las obras de reconstrucción y hay más difusión.
Ana menciona que no sabe para cuándo pueda volver a sus actividades como las desarrollaba antes del paso del huracán, pero es necesario que le den la misma importancia a las colonias y los pueblos más alejados del centro y no sólo a la zona turística.
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Las manifestaciones por el transporte público
El pasado 11 de enero de 2024, los transportistas de Acapulco organizaron un paro debido a que afirmaron haber recibido amenazas de extorsión y violencia. Dichas amenazas fueron difundidas y se podían escuchar en un audio de la plataforma WhatsApp en la cual se decía que quemarían y atentarían “contra los vehículos de transporte que estuvieran circulando”; estos actos atemorizaron a los transportistas.
El paro de labores afectó a cientos de personas usuarias y a comercios. Se estima que hubo afectaciones a más de 80,000 personas trabajadoras y 34,000 empresas de diversos sectores, según un comunicado de CANACO Servytur Acapulco.
En una entrevista, Alejandro Martínez, presidente de la CANACO, mencionó que el paro realizado a causa de los actos de violencia dejaron pérdidas por más de $230 millones de pesos solamente dentro de las primeras 48 horas que se llevó a cabo. En respuesta a estas pérdidas y las demandas de transporte de las personas locales, la Guardia Nacional comenzó a trasladar a las personas usuarias en sus vehículos.
El pasado martes 23 de enero el transporte comenzó a reactivarse pero con un aumento en las tarifas, principalmente en los taxis.
Esta nueva afectación a consecuencia de la violencia y la presencia del crimen organizado, retrasa también la ya de por sí desafiante reconstrucción y recuperación económica después del huracán.
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“Acapulco está de pie”, así recibieron el 2024 en el puerto
A pesar de todas las complicaciones que se han mencionado y difundido en redes y los medios de comunicación, se le dio gran difusión y promoción a los eventos de Fin de Año en estas playas.
Acapulco es uno de los principales destinos de playa en el territorio mexicano y el Fin de Año es la temporada de mayores ingresos para la población local. Dichas actividades fueron mermadas a partir del paso de Otis que dejó inhabilitados hoteles, comercios y todas las actividades.
No obstante, en la zona de Diamante se colocaron las decoraciones navideñas sobre el Boulevard de las Naciones, mientras que algunos comercios y restaurantes pusieron letreros de “Ya abrimos”.
A través de sus redes sociales la Secretaría de Turismo dio a conocer que durante el periodo vacacional de diciembre se registró una ocupación hotelera del 70% considerando que al momento solo estaban disponibles poco más de 4,500 habitaciones en comparación con las aproximadamente 20,000 habitaciones disponibles previo al paso de Otis.
Con frases como “por tu apoyo, gracias” y “Acapulco está de pie” fue que se vivió el show de drones presentado el 31 de diciembre de 2023 con motivo de recibir el año 2024 en la costa de Acapulco, Guerrero.
Por su parte la gobernadora Evelyn Salgado Pineda incentivó al turismo asegurando que se encontrarían playas limpias y en buenas condiciones para su uso.
El panorama de Acapulco es incierto, porque si bien hay una gran difusión en la recuperación de la zona hotelera y se da mucha importancia a los trabajos que se están realizando en ella, también está la otra cara, la de los habitantes. Con esa realidad no están contentos, ya que no se les están garantizando viviendas, servicios ni las condiciones óptimas para vivir, lo cual ha desencadenado en enfermedades y olas de violencia e inseguridad, que dejan un ambiente desalentador para quienes habitan ahí.
