Avanza en México estudio en humanos para la vacuna contra el VIH

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Memo lleva un diario en el que en lugar de escribir anécdotas, registra las horas. La hora en que le duele la cabeza, en la que tuvo fiebre o cualquier otro síntoma. Esa libreta forma parte fundamental en su batalla contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que hasta la fecha ha cobrado la vida de 33 millones de personas en el mundo

Memo junto con otros 3,800 voluntarios en México, Argentina, Brasil, Italia, Perú, Polonia, España y Estados Unidos) están haciendo historia, al formar parte del estudio Mosaico, un ensayo clínico para probar la vacuna contra el VIH, que ya se encuentra en fase tres (siendo probada en humanos) y podría poner fin a una de las pandemias más largas de la historia. 

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En nuestro país participan 320 voluntarios de Ciudad de México, Guadalajara y Mérida. La institución responsable del estudio es el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. 

El estudio, anunciado en 2019, está bajo el mando de la red de ensayos de vacunas contra el VIH (HVTN) y la farmacéutica Janssen y fue dirigido a hombres de entre 18 y 60 años, e incluye a homosexuales que no hayan contraido VIH y mujeres transgénero.

Esto, porque “El estudio va dirigido a poblaciones con mayor riesgo en México, la epidemia en el país está concentrada en dos sectores: hombres que tienen sexo con hombres y mujeres trans”, nos explica Alaín Pinzón, activista y educador comunitario en estudio Mosaico. 

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Una esperanza después de casi cuatro décadas

A sus 35 años, Memo decidió convertirse en conejillo de indias, pues fue la forma que encontró para incidir en los problemas que afectan a la comunidad LGBTQ+. “No todos podemos ser renombrados activistas o científicos destacados, entonces está padre que de alguna manera podemos contribuir siendo simples mortales, poniendo nuestro cuerpo al servicio de la ciencia”, nos cuenta.  

En 1983 se registró el primer caso de VIH en México, este virus que sin tratamiento suele conducir al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Si todo sale bien con la fase tres, la vacuna podría ser aprobada para el 2024.

Los especialistas alertan que la vacuna sirve para prevenir el contagio y no como cura o parte del tratamiento para las 313,969 personas infectadas por VIH en México, de acuerdo con la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Transmisibles de la Secretaría de Salud.

Voluntarios no tienen riesgo de contraer VIH 

“Nos comentaron que el estudio es de doble ciego, es decir, los voluntarios no sabemos si nos inyectaron la vacuna o placebo; pero si ésta funciona eventualmente vamos a recibirla si sólo fuimos placebo”, responde Memo.  

Los voluntarios del estudio podrán realizar su vida normal, aunque asistirán constantemente a revisiones para detectar si existe o no presencia de VIH en sus cuerpos, así como monitoreos de su salud, durante dos años y medio. 

La pregunta que surge es: ¿los voluntarios se exponen a ser contagiados de VIH para demostrar la eficacia de la vacuna? La respuesta es no, pues la vacuna es para prevenir el virus y los participantes deben ser VIH negativos. 

La vacuna está hecha de copias sintéticas del virus, las cuales buscan producir anticuerpos, es decir, defensas que permitan combatirlo y crear una respuesta inmune en caso de tener contacto con él, nos explicó la doctora Geovanna Coello, coordinadora del programa. 

También menciona que por este motivo los participantes pueden dar positivo a VIH en las pruebas rápidas, pero no necesariamente significa que están contagiados, sólo que crearon anticuerpos para protegerse. 

Aunque no hay restricciones, se les explica que deben seguir con sus métodos de protección, por ese motivo se les brindan condones y asesoría. 

El estudio tiene una duración de tres años. Durante el primero se les administrarán las cuatro dosis de la vacuna y el resto del tiempo se tendrán bajo observación de los médicos.

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Vacuna no reduce discriminación

El VIH es un problema de salud pública que afecta a las personas en la esfera social, pues en muchas ocasiones sufren de discriminación. Aunque el tema de la vacuna para prevenir el VIH puede ayudar a reducir el número de personas infectadas, no significa que el estigma desaparezca, nos comenta Alaín Pinzón, activista y educador comunitario en estudio Mosaico

“Como no es una cura que nos quite el virus, la discriminación y los estigmas que sufrimos las personas que ya somos portadoras del VIH no se irán, pues es algo que la sociedad mexicana tiene arraigado en lo cultural y nos lleva desde problemáticas de salud como conseguir medicamento, hasta sociales como poder encontrar trabajo”, responde Alaín Pinzón. 

Pinzón señala que el tiempo que se tardó la ciencia en desarrollar una vacuna es una consecuencia de la misma discriminación. “Las personas más afectadas por el VIH somos las personas homosexuales, bisexuales y trans: el Estado sabe que las poblaciones minoritarias no somos vistas como agentes de derechos humanos o personas, no se molestan en buscar crear una vacuna”, nos dice

Por otro lado, la doctora, Geovanna Coello nos explicó que “no es que con la COVID-19 todo se hiciera más rápido, sino que se pudo llevar a cabo por todos los estudios previos que habían sobre otras enfermedades, entre ellas del VIH”. 

Si esta vacuna logra pasar esta última fase para mostrar su efectividad tendría un impacto en el mundo entero. En México el periodo de reclutamiento de voluntarios cerrará en septiembre, así que si quieres formar parte del estudio puedes consultar la información aquí

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