Estudiosos de la izquierda y la extrema derecha en México y el mundo advirtieron que el clima de polarización social y el deterioro de las condiciones económicas de la población son el caldo de cultivo perfecto para la formación de grupos neonazis en el país.
Lo anterior, luego de que en meses recientes se ha denunciado en redes sociales y medios de comunicación la producción en México de conciertos y reuniones con temática nazi y fascista, así como agresiones contra activistas de izquierda y académicos por parte de presuntos militantes ultraderechistas.
Edgar González Ruiz, maestro en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana, nos explicó que si bien en México esos grupos de ultraderecha son minoritarios y carecen de influencia en el ámbito político nacional, su carácter violento los convierte en un peligro para la sociedad.
“Estos grupos neonazis son proclives a la violencia y ahora la sociedad se está polarizando cada vez más; hay un conflicto entre el gobierno y ciertos sectores. Hay una mutua responsabilidad, no solo de los sectores que atacan e insultan a los partidarios del gobierno, también el Presidente ataca todos los días; entonces se da una polarización”, abundó el autor de diversos libros y artículos sobre la ultraderecha, el movimiento cristero y los grupos ultraconservadores al interior del PAN y la Iglesia católica.
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Por su lado, el doctor en Historia por el Instituto Mora, Diego Bautista, nos aclaró que estos grupos neonazis tienen sus raíces “en las pésimas condiciones económicas” del país: “muchos de sus miembros son jóvenes sin empleo o con formas precarias de trabajo, además de estar sometidos a una gran cantidad de violencia, tanto en sus entornos, como en las redes sociales, plataformas virtuales y la televisión”.
Alerta antifascista
Desde octubre de 2022 diferentes medios de comunicación e internautas en redes sociales denunciaron conciertos de rock y reuniones conmemorativas para resaltar la ideología nazi-fascista.
Tales eventos fueron clandestinos y con acceso restringido, aunque algunas personas contrarias a ese pensamiento y comunicadores lograron filtrar fotos y videos de esos encuentros.
Incluso, gracias a la movilización de jóvenes antifascistas se logró la cancelación del concierto de Der Stürmer, una banda nazi griega, en Guadalajara, Jalisco, que estaba programado para enero de este año.
Y hasta diputadas federales de Morena expresaron su preocupación por una fiesta neonazi celebrada el 29 de octubre de 2022 en el Foro Pentathlon, de la colonia Santa María la Ribera, en la Ciudad de México, donde la banda estelar de rock estaba integrada por españoles que estuvieron presos por asesinar a inmigrantes marroquíes.
El evento fue para conmemorar los 100 años de la Marcha sobre Roma, encabezada por el fascista Benito Mussolini, el 29 de octubre de 1922.
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Al respecto, en declaraciones al diario El País, el académico de la UNAM, Edgar Ortiz Arellano, alertó que en México “hay un auge, cada vez más movimientos se declaran neonazis”, y añadió que “hay un caldo de cultivo importante también: México tiene 50 millones de pobres, muchos en extrema pobreza; dificultad laboral de colocar a nuestros jóvenes; falta de identidad. También tenemos expresiones neonazis que hablan del orgullo criollo. La sociedad mexicana es muy racista”.
Justo después de esos eventos de finales de 2022 y principios de 2023, en febrero pasado se denunció la agresión física contra un integrante del centro cultural Venas Rotas, en la colonia Roma de la CDMX, por parte de un sujeto identificado como “Liber Hatred”, de presunta militancia neonazi. En el mismo mes, Raúl Romero, sociólogo y académico de la UNAM, acusó que por visibilizar y denunciar el activismo de los grupos neofascistas en el país ha sido víctima de una campaña en Twitter, en la que incluso ha recibido amenazas de muerte.
¿Quiénes están detrás de estos grupos?
El también maestro en Estudios Sociales por la UAM-Iztapalapa Diego Bautista nos insistió en que hay “un avance en las acciones de estos grupos neonazis que pasan del insulto en la red social a la concentración pública, y a la agresión contra gente que no piensa como ellos y los denuncia. Esto nos da un panorama de que están creciendo y atacando, lo cual es muy preocupante para nuestra sociedad y en especial para las izquierdas que son su primer blanco”.
El historiador apuntó que estas reuniones recientes de ultraderechistas en México ocurrieron más o menos en paralelo con la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) que se realizó el 18 y 19 de noviembre de 2022 en la CDMX, y en la que participaron políticos y activistas ultraconservadores como Steve Bannon, ex jefe de campaña del republicano Donald Trump; Santiago Abascal, dirigente del partido Vox de España, o Eduardo Bolsonaro, hijo del entonces presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
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Por ello, Bautista nos dijo que sería “muy importante hacer una investigación a fondo” de los posibles vínculos entre estas organizaciones que se reunieron en México en noviembre pasado con los grupos neonazis.
En tanto, Edgar González Ruiz, autor del libro “Conservadurismo y Sexualidad”, nos precisó que en México “en su momento (primera mitad del siglo XX), los integrantes de la Unión Nacional Sinarquista se mostraron partidarios de las tendencias totalitarias de la derecha de aquellos años, como el nazismo, el fascismo y sobre todo lo que sí tuvo mucha influencia fue el franquismo, el falangismo (por su filiación católica), y ahí hubo gente del PAN que simpatizaba con estas corrientes”.
El estudioso de la ultraderecha señaló que ya en el siglo XXI, en concreto durante la Presidencia de Felipe Calderón, estos grupos neonazis trataron de aliarse con la derecha católica en el poder, y en los debates sobre el derecho al aborto se unieron a los antiabortistas: “hoy en día, estos grupos aprovechan los conflictos políticos y sociales, así como las posibilidades de la globalizacion y de los medios digitales (para difundir sus ideas), pero siguen siendo, ante todo, marginales”.
Finalmente, Diego Bautista, quien también ha sido docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, nos alertó que además de que su existencia es una “total incoherencia” en México y el mundo, estos grupos neonazis representan “un gran peligro para la democracia, pues vienen a romper las reglas de convivencia armónica, e introducen discursos de odio que rompen el tejido social. No tenemos que ser adivinos, porque en la historia hemos visto cómo estos grupos cuando han tomado fuerza han hecho grandes daños a la sociedad”.
El académico concluyó que las autoridades competentes deben investigar y castigar las agresiones recientes y las reuniones de militantes de ultraderecha: “y ya en una cuestión más amplia, se deben mejorar las condiciones económicas en las que se está desenvolviendo la sociedad y por las cuales se pueden estar generando este tipo de resentimientos sociales”.
