¿De qué ha servido este nuevo cuerpo?
La Guardia Nacional (GN) nació hace un año, el 30 de junio de 2019, como una de los principales instrumentos del presidente Andrés Manuel López Obrador para combatir la violencia criminal. Además, la creación de esta corporación formaría parte del plan de seguridad de “abrazos no balazos”, en un intento de “pacificar al país”.
Antes de llegar a la presidencia, López Obrador –como candidato– se pronunciaba en contra de la militarización del país (tener al Ejército en las calles). Sin embargo, la Guardia Nacional, con un mando militar y conformada por casi 60 mil militares, se ha encargado de las tareas de seguridad pública, incluyendo arrestar a presuntos delincuentes, vigilar hospitales y otras instalaciones públicas, además de detener a personas migrantes.
A un año de su creación, estos son los cinco pendientes principales del cuerpo de seguridad más grandes del país, integrado por 90 mil elementos.
1. No ha podido contener la violencia en el país
Uno de los principales objetivos de la Guardia Nacional era combatir la violencia en el país. Sin embargo, los asesinatos no paran.
En los cinco primeros meses del 2020 se registraron más de 15 mil asesinatos en el país, lo que representa un incremento de 2%, respecto al mismo periodo de 2019, aún a pesar que tres de esos meses han transcurrido durante el confinamiento por la epidemia de COVID-19.
Así, en lo que va del año, han sido asesinadas casi 100 personas al día, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo Seguridad Pública Nacional. Es decir, cuatro personas cada hora.
2. El Ejército disfrazado de Guardia Civil, más su falta de capacitación
La promesa de López Obrador era crear una Guardia Nacional civil y pacífica, pero entre las filas de este cuerpo están casi 60 mil policias militares, navales e integrantes de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y Marina. Además de poco más de 18 mil elementos de la Policía Federal, que atienden delitos como robos simples o extorsiones, según las facultades que tienen en su propia ley.
Más de 300 organizaciones civiles se han unido al movimiento #SeguridadSinGuerra, para alertar sobre los riesgos que representa que los militares estén en las calles otra vez, como pasó en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) en la guerra contra el narcotráfico y en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando esa militarización se mantuvo.
“Se estableció como un cuerpo civil, pero en la práctica lo que hizo el presidente fue construir un cuerpo militar. El mando es militar, el armamento es militar, las plazas están en la Sedena. El riesgo de que estén realizando tareas de seguridad pública es que no tienen capacitación para hacerlo (su formación es militar)”, nos dice Catalina Pérez Correa, especialista en seguridad e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Por lo anterior, la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, interpuso una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para que la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas se retiren de las tareas de seguridad pública. Pero no se discutirá hasta septiembre.
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3. Violaciones a derechos humanos e Impunidad
En su primer año, la Guardia Nacional ya está en el número 10 de la lista de las principales autoridades que violan derechos humanos, con 76 quejas por abusos ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Entre las principales quejas se encuentran detenciones arbitrarias, tratos crueles e inhumanos, tortura y desaparición forzada, como documentó Cuestione.
El alto índice de impunidad es el que alienta a las autoridades de las Fuerzas Armadas a seguir cometiendo crímenes o violaciones a los derechos humanos, pues “tienen menos del 1% de probabilidades de que, algún día, vayan a recibir una sentencia condenatoria”, nos dijo Lucía Chávez, coordinadora del Área de Investigación de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH).
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4. Acciones contra migrantes
La Guardia Nacional tiene facultades para detener a las personas migrantes que cruzan el país. Sin embargo, sus elementos no cuentan con la capacitación para esta tarea y cometen violaciones contra estas personas (entre ellas mujeres y niños), nos explicó Gretchen Kuhner, directora del Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi).
La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos también ha registrado casos de abuso sexual por parte de la GN, en contra de mujeres migrantes en Hermosillo, Sonora, y Chetumal, Quintana Roo, pues pueden entrar sin restricciones a las áreas de dormitorios de las estaciones migratorias para hacer revisiones.
5. No tienen capacitación para ser policías
A pesar de que la Guardia Nacional realiza tareas de seguridad pública, ocho de cada 10 elementos no están certificados como policías, de acuerdo con Animal Político.
Esto a pesar de que la propia Ley de la Guardia Nacional contempla que sus elementos deben contar obligatoriamente con las pruebas y certificaciones para que realicen bien su trabajo y puedan tener la confianza de las y los ciudadanos.
Al estar integrada por militares, principalmente, tiene un historial de violación sistémica de los derechos humanos (pues están entrenados para la guerra) y sin controles de confianza se siguen reproduciendo los mismos patrones de violencia y corrupción, nos dijo Daniel Vázquez, experto en Derechos Humanos e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Los controles de confianza fueron creados en 2008 para evitar que se infiltraran elementos de los grupos criminales en las fuerzas armadas del país. Estos exámenes consisten en pruebas psicológicas, evaluaciones económicas, polígrafo (detector de mentiras) y toxicológicas (para detectar consumo de drogas).
La Guardia Nacional aún tiene el compromiso de ser la corporación que termine con la violencia en el país, pues su creación fue una de las principales promesas de combate al crimen que hizo el presidente López Obrador. ¿Lo logrará?
