Mientras PRI, PAN y PRD se aferran a su presupuesto, Morena renuncia al 75% del suyo

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Morena es el único partido político que aceptó disminuir su presupuesto para 2020 al renunciar al 75% (mil 240 millones de pesos) de los más de mil 600 millones que se le asignaron inicialmente. 

Esto deja al partido del presidente con 400 millones de pesos para hacer las mismas actividades que el resto de los partidos harán con más de mil millones cada uno. 

El 10 de diciembre, Yeidckol Polevnsky, dirigente de Morena, presentó ante el Instituto Nacional Electoral (INE) una carta dirigida al titular Lorenzo Córdova, en la que formaliza la reducción al presupuesto del partido, como prometió Andrés Manuel López Obrador, desde su campaña electoral en 2018.

Pero el resto de los partidos, Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Movimiento Ciudadano (MC) conservarán juntos más de cinco mil millones de pesos para actividades ordinarias. 

Curiosamente, son algunos de partidos los que sufrieron una fuerte derrota en la elección presidencial de 2018 y que, al parecer, siguen sin entender el rechazo de la ciudadanía, justamente, por acciones como esta.

Y así se van a quedar al menos todo el 2020, ya que este 12 de diciembre la Cámara de Diputados rechazó la iniciativa de Morena de reducir el 50% del financiamiento de los partidos políticos. 

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¿Para qué quieren los partidos políticos tanto dinero? 

La Ley General de Partidos Políticos establece que este financiamiento se usará para cubrir el gasto de los procesos internos de selección de candidatos, sueldos y salarios del personal, arrendamiento de bienes muebles e inmuebles, papelería, energía eléctrica, combustible, viáticos y otros similares.

También puede usarse para propaganda de carácter institucional con el emblema del partido político, y para diferentes campañas de consolidación democrática, sin algún tipo de frase o leyenda que sugiera posicionamiento político.

El recurso también se usará para actividades específicas educación y capacitación política, así como por tareas editoriales, y para el desarrollo del liderazgo político de las mujeres. 

Sin embargo, como Cuestione documentó en esta nota, los partidos políticos derrochan el dinero de las y los mexicanos en agencias de viajes, hoteles, fundaciones políticas y extraseguridad.

Por ejemplo, el partido que más gastó fue el PRI, que usó más de 40 millones de pesos para pagar a la empresa de seguridad Eri, Equipos de Respuesta Inmediata, con la que firmaron dos años de contratos; también gastaron más de 33 millones de pesos para la consultora Alta Cultura Empresarial de México, conformada por “hombres de negocios” que asesoran proyectos empresariales.

Entre 2016 y 2018, Morena gastó mil 907 millones. Uno de sus gastos fue para una distribuidora de plásticos Grupo Exiplastic, con la que cerró 71 contratos por más de 55 millones pesos.

Por su parte, el PRD gastó casi mil 700 millones de pesos. Con parte este dinero pagó a la firma Colonne que le renta sus oficinas nacionales en la calle de Benjamín Franklin, en la Ciudad de México; y firmó 84 contratos con Viajes Kokai por más de 14 millones de pesos. 

¿Y cuál es el problema?

La Constitución mexicana establece que los partidos necesitan dinero público para fortalecerse como instituciones y cumplir sus tareas de formación de derechos políticos para la ciudadanía, pero el dinero que los gobiernos destinan a los partidos políticos no ha hecho más que crecer con el tiempo desde que se admitieron estas aportaciones en 1994.

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Por poner un ejemplo, la Cámara de Diputados aprobó en 2020 dar a los partidos 273 millones de pesos más que en 2019, pero de acuerdo con el análisis El financiamiento de los partidos políticos y la confianza ciudadana en México, de los investigadores Andrés Valdez Zepeda y Delia Amparo Huerta Franco, para el caso mexicano la institucionalización y el nivel de competencia y del sistema de partidos ha dependido más bien de otras variables que del monto presupuestal que reciben anualmente estos institutos políticos. Además, el aumento del presupuesto no redujo el abstencionismo ni logró motivar la participación ciudadana.

El otro problema es que las decisiones legislativas no reflejan la opinión ciudadana, que considera que los partidos políticos son las instituciones en las que menos confían, de acuerdo con una encuesta de Consulta Mitofsky de 2019. 

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Y es que con ese recurso público que los partidos políticos derrochan en viajes, publicidad, plásticos, seguridad y consultorías para liderazgo empresarial, el gobierno mexicano podría financiar los costos de la gasolina, el suministro de medicamentos para personas enfermas de cáncer o aumentar el presupuesto de los refugios para mujeres víctimas de violencia. 

¿Realmente necesitan tanto dinero los partidos de México?

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