Mujeres en Afganistán enfrentan opresión y olvido: ONU Mujeres

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Desde agosto de 2021 que el gobierno Talibán regresó al poder en Afganistán se han declarado más de 50 decretos que atentan en contra de los derechos y la dignidad de las mujeres y la situación se ha vuelto insostenible para ellas, advierten las Naciones Unidas. 

ONU Mujeres, Organización Internacional para las Migraciones y la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) se dieron a la tarea de levantar una encuesta entre las mujeres afganas sobre los cambios que han experimentado con la llegada del nuevo régimen y cómo esto ha impactado sus vidas. 

Los resultados son abrumadores y apuntan a un deterioro total de la calidad de vida, ya de por sí baja, que tenían las mujeres en este país. Tan solo el 7% de las encuestadas reportó sentirse segura al salir de su casa, y la enorme mayoría dijo temer acoso por parte de las autoridades así como por miembros de su misma comunidad. 

Empeora la calidad de vida de las mujeres

La mayoría de las mujeres afganas viven con un miedo profundo a ser arrestadas por el estigma social que viene asociado con un arresto. En enero de 2024 UNAMA alertó sobre un aumento en las detenciones arbitrarias y violentas de mujeres y niñas por supuestas violaciones a los códigos de vestimenta estipulados por los decretos del gobierno de facto. 

También se ha deteriorado profundamente la salud mental de las mujeres afganas: nueve de cada 10 reporta que han empeorado sus sentimientos de ansiedad, aislamiento y depresión bajo el nuevo gobierno. 

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Entre lo que más preocupa a las mujeres y a expertos en el tema, está el hecho de que las nuevas leyes han sido rápidamente interiorizadas por los hombres en la sociedad afgana. La situación para ellas no solo ha empeorado drásticamente en las calles, también al interior de los hogares las mujeres reportan haber perdido agencia y poder de decisión.  

“Algunas encuestadas dijeron que los niños parecen estar internalizando la subordinación política y social de sus madres y hermanas, reforzando así la creencia de que deben permanecer en el hogar en un rol de servidumbre. Mientras tanto, la percepción de las niñas sobre sus prospectos está cambiando sus valores y el entendimiento que tienen sobre su futuro y su potencial”, advirtió el reporte. 

Las cosas no siempre fueron así

La situación de las mujeres en Afganistán ha sido un tema de discusión internacional por décadas. En 1979, cuando las fuerzas soviéticas invadieron Afganistán para apoyar a la República Democrática de Afganistán, las cosas eran muy diferentes a como lo son ahora. 

Las mujeres afganas habían obtenido el derecho al voto desde 1919 –34 años antes que las mexicanas– y para la década de los setentas la universidad y la minifalda eran la última moda. Pero al terminar la guerra civil y con la llegada del primer gobierno Talibán en 1996 todo cambió y las mujeres fueron las primeras en sufrir las consecuencias del fundamentalismo islámico. Se les prohibió trabajar, estudiar, salir de la casa sin acompañantes hombres y enseñar la piel en público. 

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También se les sacó completamente de la vida pública y se les negó el acceso a servicios de salud, ya que no podían ser atendidas por hombres y las mujeres tenían prohibido trabajar. 

En 2001 los ataques a las torres gemelas y la posterior búsqueda por los integrantes de Al Qaeda que habían sido responsables de estos, desató una invasión norteamericana a Afganistán. 

La prioridad de los estadounidenses fue encontrar y destruir a Al Qaeda y a su líder Osama Bin Laden y establecer una “democracia occidental”; la lucha por los derechos de las mujeres pasó a último plano. Sin embargo, poco a poco en las dos décadas que duró la ocupación hubo esfuerzos importantes por promover la educación femenina e incluir a las mujeres en el mercado laboral y la vida pública. 

El mundo dejó a las mujeres afganas atrás

En febrero de 2020, casi 20 años después de que se lograra este objetivo, el gobierno del ex presidente Donald Trump se sentó a negociar con el Talibán la retirada de las tropas norteamericanas del país. Esto se vio como una traición total al gobierno afgano que hasta entonces había sobrevivido con el apoyo de los estadounidenses. 

Ya con Joe Biden en el poder, las últimas tropas y el cuerpo diplomático de Estados Unidos salieron del país, el gobierno afgano huyó y el Talibán tomó control de la capital –Kabul– a mediados de agosto de 2021. 

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Las condiciones de vida de la población y en particular de las mujeres y niñas ha empeorado de forma dramática desde entonces. 

Cuando los estadounidenses abandonaron Afganistán había más de 3,000,000 de niñas estudiando y 80,554 maestras mujeres. En un inicio el Talibán dijo que no prohibiría la educación a las niñas afganas, simplemente la segregaría. Rápidamente con la excusa de la pandemia esto cambió y la educación desde secundaría hasta universidad se prohibió.  

Hasta diciembre de 2023 solamente se les permitía llegar a sexto grado, sin embargo a partir de 2024 ni siquiera esto será posible. Plataformas en internet han reportado que miles de mujeres y niñas afganas se han inscrito en programas educativos para continuar estudiando desde el hogar. Sin embargo, tan solo el 6% de las mujeres en este país tienen acceso a internet y en zonas rurales es apenas el 2%. 

De 2022 a 2023 el empleo entre las mujeres bajó del 11% al 6%, al mismo tiempo que el empleo en los hombres ha aumentado en un 11%, lo que apunta a una sustitución de las mujeres en la fuerza laboral. 

Una crisis humanitaria

En 2023 aproximadamente 28,300,000 personas, dos tercios de la población, requirieron asistencia humanitaria en el país. Más de 17,000,000 de personas experimentaron hambre aguda y 6,000,000 de estas están a un paso de una hambruna.

El sistema de salud y la economía están a un paso del colapso total. La asistencia humanitaria que proveen organismos internacionales a la población civil ha sido crucial para la supervivencia de esta. Sin embargo la situación no es sostenible y la nación de más de 40,000,000 de personas está atravesando un momento crítico, mientras que el gobierno Talibán sigue batallando por el reconocimiento de la comunidad internacional. 

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De acuerdo con la encuesta ell 32% de las mujeres afganas consideran que el reconocimiento internacional debería llegar una vez que se levanten las restricciones a sus vidas, pero el 28% cree que nunca debería otorgarse. Así mismo, el 52% de ellas considera que la asistencia humanitaria internacional debería condicionarse a un mejoramiento en la vida de las mujeres y niñas.

Pero sobre todo, entre las mujeres afganas predomina un sentimiento de abandono e incertidumbre. La prosperidad de una nación está íntimamente ligada a la educación, vida y seguridad de sus mujeres. Por años su lucha fue utilizada por occidente para justificar sus acciones y conflictos, sin embargo, al dejar de ser Afganistán un objetivo geopolítico, sus mujeres también pasaron al olvido.

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