Por María Huesca, maestrante en estudios sociales latinoamericanos de la Universidad de Buenos Aires y estudiosa de la equidad de género
Largas filas de autos para cargar gasolina. En el supermercado, los carritos acopian lo que se puede y para lo que alcanza: café, azúcar, aceite, yerba mate. En la pollería, una señora pide todo para congelar: tres kilos de milanesas, dos kilos de pata y muslo, tres kilos de pechugas. Mi vecina trae el carrito lleno desde la farmacia, viene a vaciarlo y después al supermercado. Sí, el verano está a la vuelta, las vacaciones, las fiestas, pero no es por eso.
¿Cómo llegamos a este momento?
El pasado 10 de diciembre, en la plaza del Congreso se reunieron los seguidores de Javier Milei para escuchar su primer discurso como presidente. Playeras amarillas con letras moradas que dicen “NO HAY PLATA”. Gorras con el símbolo del león y MILEI en letras mayúsculas. El nuevo presidente de Argentina abrazará a dos personas antes de dar su mensaje desde las escalinatas del Congreso: uno es Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania. La otra es su hermana, Karina.
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Javier y Karina Milei son como Hansel y Gretel, los dos hermanos que se pierden en el bosque y terminan en casa de una bruja que quiere comerse a Hansel. Gretel salva a su hermano matando a la bruja. Para Milei, su hermana es “el mesías”: “Vos sabés que Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Entonces, Dios le mandó a Orón para que divulgue. Bueno, Kari es Moisés y yo soy el que divulga. Soy solo un divulgador.” Lo acompañará en el auto presidencial en el trayecto de dos kilómetros del Congreso a la Casa Rosada y por la noche, a la gala en el Teatro Colón.
Fue un largo año electoral. Tres elecciones nacionales consecutivas para elegir al nuevo presidente de Argentina. El domingo 13 de agosto, en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), los precandidatos de cada frente compitieron para determinar quiénes serían los candidatos definitivos. El 22 de octubre, en las elecciones generales, la sorpresa la dio Sergio Massa, el entonces ministro de economía, ya que con una inflación cercana al 150% anual, quedó en el primer puesto con el 36% de los votos. Finalmente, el 19 de noviembre, el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, obtuvo el 55.7% de los votos en segunda vuelta.
El presidente y la vicepresidenta, junto con la canciller Diana Mondino recibieron a los mandatarios internacionales. El primero fue el Rey Felipe de España. Siguieron el presidente de Paraguay Santiago Peña; el presidente armenio, Vahagn Jachaturián; el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou y el chileno, Gabriel Boric. Lula no vino, pero Bolsonaro sí. En una entrevista para La Nación, el brasileño dio un mensaje para los argentinos: “Tengan paciencia.” Bolsonaro piensa que Argentina está pasando por un punto de inflexión y augura tiempos mejores.
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En los primeros cuatro días, el ministro de economía, un conocido ex funcionario de la era Mauricio Macri, -presidente del 2015 al 2019- anuncia medidas. Se reducen los Ministerios de 18 a 9. Se reducen los subsidios a la energía y el transporte. Se terminan las licitaciones de obra pública y se cancelan aquellas que no habían iniciado. Se devalúa la moneda. Milei habla en un corto video para redes sociales. “Hoy mi máxima prioridad es terminar con la hiperinflación. […] De ahí, que hicimos un programa hiper ortodoxo con un fuerte ajuste fiscal para llevar el déficit financiero a cero.”
La agenda de género
Cuando el gobierno es tomado por los grupos conservadores, la agenda de género sufre reveses. El 24 de junio de 2022, la Corte Suprema de Estados Unidos revirtió el fallo Roe vs Wade que garantizaba el derecho al aborto. Durante la campaña, Victoria Villarruel, actual vicepresidenta, declaró que reabriría la discusión sobre la ley de aborto legal –un derecho conseguido en Argentina en 2020– y que si de ella dependiera, la derogaría. Para Milei, ser liberal no se contradice con estar en contra del aborto, porque la vida inicia desde la concepción.
Jair Bolsonaro ordenó a su ministro de educación prohibir la “ideología de género” en la enseñanza básica. Lo primero que confunden es la “ideología de género” con la “identidad de género”, es decir, la percepción que cada persona tiene sobre sí misma en cuanto a su género.
La Educación Sexual Integral (ESI), uno de los bastiones de Argentina, cuyos ejes son el cuidado del propio cuerpo, la valoración de las emociones y de los sentimientos en las relaciones interpersonales, el reconocimiento de la perspectiva de género, el respeto a la diversidad y el ejercicio de los derechos que atañen a la sexualidad, han sido puestos en duda por el actual presidente argentino. Para él, es parte de una “agenda postmarxista”, “un ataque directo contra la familia”.
Está también la batalla por el lenguaje. Para el periodista Eduardo Feinmann, un influyente presentador de radio y televisión argentino, el lenguaje inclusivo “no es un lenguaje, y de inclusivo tiene muy poco.” La vicepresidenta es enfática en hacerse llamar “vicepresidente de los argentinos”. Karina Milei, la nueva secretaria general de la presidencia es llamada por su hermano “el jefe”, así en masculino. Y a ella no le molesta.
Los 18 Ministerios que tenía Argentina fueron reducidos a nueve como parte de la política de ajuste. Un tercio son ocupados por mujeres. Patricia Bullrich, contendiente de Milei durante la campaña a la presidencia y ministra de seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri, está nuevamente en el cargo. Su primera medida fue la publicación de un protocolo de medidas contra los cortes de calles, anticipándose a las movilizaciones que asoman en el panorama ante las medidas de ajuste del actual gobierno.
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Diana Mondino, la actual ministra de relaciones exteriores, declaró en torno al matrimonio igualitario que como liberal, “está de acuerdo con el proyecto de vida de cada uno” y agregó “dejame exagerar, si vos preferís no bañarte y estar lleno de piojos y es tu elección, listo. Después no te quejés si hay alguien a quien no le gusta que tengas piojos.”
Sandra Pettovello tendrá a su cargo el Ministerio de Capital Humano, una entidad que abarca los ex Ministerios de Educación, Trabajo, Desarrollo Social y Cultura; y que absorbió -no queda claro dónde- al antiguo Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. En una entrevista, Pettovello explicó que la idea de un Ministerio de Capital Humano surgió de una conversación con Javier Milei, ya que ambos comparten las ideas del economista Gary Becker. En la teoría económica, el capital humano es un factor más de la producción, dependiente del grado de formación y la productividad de las personas.
Claudia Peiró, periodista de un reconocido medio digital, celebró el cierre “de un Ministerio que nunca fue de las Mujeres”. Para ella, en Argentina, “contra lo que dicen las feministas, no hay brecha salarial de género”. Piensa que la educación sexual es una “doctrina de género que niega la realidad biológica, para colocar a los varones en una situación de permanente sospecha”. Peiró celebra que las mujeres vuelvan simbólicamente al lugar del que nunca debieron salir: la Secretaría de Niñez y Familia, parte del nuevo Ministerio de Capital Humano.
La reducción de Ministerios, la devaluación de la moneda y la revisión de políticas como la Educación Sexual Integral han generado un intenso debate en la sociedad argentina. Mientras algunos celebran la posibilidad de tiempos económicos más estables, otros expresan preocupación por posibles retrocesos en materia de derechos y equidad de género.
