“Estamos siendo invadidos y necesitamos controlar lo que está sucediendo”, dijo a la prensa a inicios de febrero de 2024 un integrante del autodenominado Ejército de Dios, una organización ultraderechista que convocó a protestar en la frontera con México contra el ingreso de migrantes indocumentados.
La convocatoria desde días previos llamó la atención de la prensa, pues se informó que en el convoy de centenares de vehículos irían hombres armados dispuestos a “defender la frontera”, en momentos en que Estados Unidos vive una gran polarización respecto a las políticas migratorias. Al no juntarse la multitud esperada, solo unas decenas de vehículos llegaron a Eagle Pass, Texas, donde se manifestaron contra la entrada ilegal de migrantes.
Sin embargo, ¿por qué es importante saber de este tipo de organizaciones de extrema derecha que no son nuevas en el país vecino, y que de vez en vez resurgen para llamar la atención y defender lo que ellas llaman su “derecho al territorio”?
“El llamado Ejército de Dios es heredero y tiene raíces tanto del Ku Klux Klan como de los cazamigrantes de Minuteman; además es patrocinado por el grupo conocido como Patriots, el cual dona mucho dinero a la campaña del republicano Donald Trump”, nos explicó al respecto la internacionalista Arlene Ramírez.
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En el contexto de la convocatoria para la caravana antiinmigrante rumbo a los puntos fronterizos de Eagles Pass, Texas; Yuma, Arizona; y San Ysidro, California, se informó sobre los vínculos del Ejército de Dios con grupos ultraderechistas como Oath Keepers (Guardianes del Juramento), Three Percenters y Posse Comitatus.
Los primeros emergieron en EU en 2009 como una milicia de extrema derecha con una visión del mundo centrada en teorías conspirativas y una postura antigubernamental. Mientras que Three Percenters, fundado en 2008, es un grupo paramilitar conocido por su postura antigobierno y su defensa acérrima del derecho a la posesión de armas.
El más antiguo de los tres grupos es Posse Comitatus, que surgió en los años 60 del siglo XX y se identifica con el movimiento Patriota Cristiano, además de tener posturas supremacistas blancas.
Su objetivo: “evitar la invasión”
La también articulista de la revista Forbes Arlene Ramírez nos dijo que esta clase de grupos ultraderechistas resurgen debido a que la narrativa o el discurso antiinmigrante está tomando gran relevancia en el proceso electoral en curso en EU, en el que se votará por un nuevo presidente o la reelección del demócrata Joe Biden en noviembre de 2024.
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“Estos grupos lo que buscan principalmente es reivindicar o justificar el derecho a defender el territorio de Estados Unidos. Debemos remontarnos al pensamiento filosófico de ese país desde la constitución de las 13 colonias, y hay que ir a las bases más fundamentales del protestantismo puritano”, abundó la especialista.
“Algo que es innegable es la visión de estos grupos de que Estados Unidos está siendo invadido, que el presidente Biden es responsable de haber abierto las fronteras, y de que no ha garantizado el derecho a la seguridad… para ellos, el país está amenazado y esa es su narrativa”, apuntó Ramírez.
La también maestra en Diplomacia con especialidad en Terrorismo por la Universidad de Norwich nos aclaró que el Ejército de Dios y otras organizaciones antiinmigrantes son atizadas por el discurso trumpista de que el gobierno de Biden “no tiene la capacidad de articular una estrategia para defender al territorio”.
“Polarizan aún más y enturbian el ambiente político”
Arlene Ramírez consideró que lejos de influir en la actual política migratoria del gobierno de Biden, las organizaciones antiinmigrantes lo que consiguen es enturbiar el ambiente político en el vecino del norte: “son grupos de choque, de presión… agitan el escenario político y abonan a la polarización en un momento crucial para el mantenimiento de las instituciones en Estados Unidos”.
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La académica de la Universidad Iberoamericana nos advirtió que esa situación “es preocupante”, porque EU “es uno de los países más polarizados del mundo en este momento, y este tipo de grupos y narrativas lo que hacen es incrementar el grado de polarización, y además aumentan la incapacidad del gobierno actual para actuar y contener estas ideologías”.
Ramírez concluyó que al ser bases de apoyo de Donald Trump, el Ejército de Dios y otros grupos ultraderechistas replican el discurso de que el magnate “es una víctima del sistema”.
“Esta actitud refuerza mucho la idea de que van a defender a Trump, que no van a dejar fácilmente que las elecciones de noviembre tomen otro curso. Ahí está justamente la mayor amenaza, no solo para los migrantes y la población supuestamente ‘minoritaria’ en Estados Unidos, sino para la democracia y las instituciones”, advirtió la analista.
“Entre más polarizado se sienta el ambiente y se perciba en este tipo de temas, se augura un choque mucho más fuerte cuando se lleve a cabo el proceso electoral de noviembre”, alertó la experta.
