El debate sobre la gerontocracia en EU: una clase política envejecida genera dudas

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En julio de 2022, el ex presidente Donald Trump publicó un mensaje en su plataforma Truth Social. El mensaje no tenía nada de ingenuo, tenía mucho de sarcasmo y reflejaba una realidad de la clase política de EU, que está ya entrada en los 70 y 80 años de edad.

“La vida comienza a los 80”, escribió Donald Trump. 

El mensaje de Trump apareció cuando en EU se cuestionaba si el presidente Joe Biden debería o no presentarse para contender por la reelección en 2024. 

Por esas fechas una encuesta publicada por el New York Times y el Siena College señalaba que 64% de los votantes demócratas prefería a otra persona para encabezar el Partido Demócrata en su intento por conservar el poder en las elecciones presidenciales. Además, el 33% de ese grupo consideraba que la edad de Joe Biden era un factor relevante para tomar esa decisión.  

En la historia reciente de EU, Joe Biden es el presidente que asumió el cargo con mayor edad y en noviembre próximo cumplirá 80 años. Pero el mensaje de Donald Trump cumplía un doble propósito, pues el también aspirante a la presidencia de ese país tiene 77 años y en caso de ganar las elecciones de 2024 se romperá el récord y sería el presidente más viejo en asumir el poder en EU. 

El incidente McConnell

El pasado 30 de agosto el senador republicano Mitch McConnell, de 81 años de edad, estaba respondiendo preguntas de periodistas tras un acto con la Cámara de Comercio del Norte de Kentucky, en Covington, cuando se quedó paralizado, con la mirada perdida y sin responder.

McConnell permaneció así 30 largos segundos hasta que un asistente lo abordó. El senador comenzó a hablar de nuevo, pero necesitó que un ayudante le repitiera las preguntas de los periodistas. Sólo respondió a dos preguntas más y se fue. Su voz era temblorosa.

Esa no fue la primera vez que McConnell se quedaba paralizado. Era la segunda vez que le ocurría en poco más de un mes. La primera ocasión fue en el Capitolio, el 26 de julio, cuando McConnell se quedó paralizado en medio de una rueda de prensa

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McConnell puede permanecer en el Senado hasta 2026. Para entonces tendrá 84 años de edad y si resulta reelecto estaría en su puesto hasta los 90 años. 

Este lapsus del senador disparó nuevamente el debate sobre la avanzada edad de los representantes y políticos de ese país en el que 3.94% de la población tiene entre 80 y 100 años de edad.

En la página del Senado de EU hay una lista de 301 legisladores y legisladoras que han muerto mientras desempeñaban su cargo. Muchos y muchas tenían más de 90 años y llevaban más de medio siglo en la Cámara Alta. 

La edad promedio del Senado de EU es de 64 años, pero de acuerdo con esta nota del New York Times 20 senadores, senadoras y representantes de la Cámara Baja tienen 80 años y más

Eso sin mencionar el caso de Strom Thurmond, senador por Carolina del Sur que en 2002 se retiró al cumplir 100 años de edad. Para entonces, Thurmond utilizaba silla de ruedas, casi no hablaba y no oía. 

Otro ejemplo es el de la jueza del Tribunal Supremo de EU, Ruth Bader Ginsburg, quien se mantuvo en su puesto, un cargo vitalicio, hasta morir en 2020 a los 87 años de edad, 11 años después de ser intervenida de cáncer de páncreas.

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Y también la ex vocera de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien a sus 83 años de edad y en medio del debate sobre la edad de la clase política de Washington dejó entrever que buscará un escaño en el Congreso de EU para el siguiente periodo, a pesar de que ha estado ahí los últimos 40 años. 

Pelosi hizo el anuncio al defender a la senadora Dianne Feinstein, de 90 años, quien al igual que McConnell tuvo un lapsus en el Senado y cuyos problemas de salud mantuvieron inactiva la comisión de justicia durante meses, bloqueando los nombramientos de jueces federales designados por Joe Biden debido a la falta de quórum. 

¿Es la salud de los representantes un tema de interés público?

Aunque en EU se cuestiona la avanzada edad de quienes se encuentran en la cima de la clase política, el debate de fondo es qué tan apto y saludable está este grupo de personas para desempeñar sus cargos y responsabilidades. 

Esta preocupación ya se ha expresado anteriormente, dada la larga historia de encubrimiento de las condiciones de salud de los presidentes y políticos de EU, desde que en 1893 el presidente Grover Cleveland se fue a un viaje de pesca, cuando en realidad se sometió a una cirugía por el cáncer que padecía. 

Más tarde, en 1919, el mandatario Woodrow Wilson sufrió un infarto que lo paralizó. Sólo su círculo más íntimo supo de este evento, que después se hizo público, cuando dejó la presidencia en 1921. 

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John F. Kennedy, quien al ser electo presidente a los 43 años de edad proyectaba la imagen de vitalidad y salud, en realidad sufría de hipotiroidismo y enfermedad de Addison, una condición que afecta a las glándulas suprarrenales y provoca náuseas, fatiga y mareos. 

Para atajar estas dudas, en 2008 un panel de especialistas recomendó que las personas aspirantes a la presidencia y vicepresidencia de EU se sometieran a exámenes clínicos a cargo del Colegio Americano de Médicos, pero la propuesta no prosperó.

Ese mismo año, la especialista en ética de la salud de la Facultad de Derecho de la Universidad de Utah, Teneille Brown, escribió un ensayo en el que destacaba la importancia de acceder a información sobre la salud de aspirantes a cargos en EU e incluso proponía la realización de pruebas genéticas. 

 “Los estadounidenses merecemos examinar legítimamente a nuestros candidatos para ver si están a la altura de los enormes retos y responsabilidades”, escribió.

En tanto, Jerrold Post, autor del libro “Cuando una enfermedad afecta a un líder: el dilema del rey cautivo”, ha considerado que este es un tema controvertido pues hay enfermedades que pueden sacarse de proporción a pesar de que con tratamientos y medicina el paciente puede recuperarse satisfactoriamente, sin embargo con otras enfermedades, como el Alzheimer, la historia cambia. 

Edad y capacidad, el nuevo debate en EU

Una encuesta de AP-NORC publicada el pasado 28 de agosto indicó que dos tercios de la población que participó en el sondeo está a favor de fijar una edad límite para el presidente, miembros del Congreso y jueces de la Suprema Corte de Justicia.

Nikki Haley, quien contiende a sus 51 años por la candidatura republicana, pidió al lanzar su campaña que se realicen pruebas de facultades mentales a políticos mayores de 75 años de edad como Donald Trump y Joe Biden.

Mientras que otro contendiente de ese partido, Ron DeSantis, pone el acento en la edad de Joe Biden para colocarse a sus 44 años de edad como un ejemplo de vigor y fuerza necesarios para conducir al país.

“Antes se servía en pleno uso de facultades y luego se pasaba la estafeta a la siguiente generación, pero esta generación no ha estado tan dispuesta a hacerlo. Necesitamos vigor, vitalidad”, dijo en una entrevista con SiriusXM.

Para la editorialista Michelle Cottle, quien ha escrito artículos sobre el envejecimiento de la clase política en EU, en ese país ciertamente hay un debate sobre la gerontocracia y la capacidad que tiene esa generación para relacionarse con electores más jóvenes, aunque menciona que un caso aparte es Bernie Sanders

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“Desde luego que hay un tema de gerontocracia. Hay un asunto con la gerontocracia en toda nuestra sociedad, no solamente en la política”, comentó para el podcast The Argument

“Hasta cierto punto este tipo de cosas son cíclicas. Por ejemplo, tuvimos a Bill Clinton, que era muy joven y fresco, seguido de George W. Bush, que era también joven y se suponía que sería un nuevo tipo de republicano, y luego llega Barack Obama”.

En ese sentido, el columnista David Brooks considera que en EU se tuvo la impresión después del mandato de Obama que llegarían nuevos políticos jóvenes a posiciones de poder, sin embargo la realidad es que no ocurrió y se ubican en estratos medios. “Tenemos actualmente a gente que nació entre 1938 y 1942, y hemos estado atrapados con esa generación por mucho tiempo, por lo que creo que nos saltaremos a toda una generación y llegará gente realmente joven, que representará algo diferente. ¿Por qué la gerontocracia ha permanecido en el poder? Porque han sido capaces de perseverar y estar ahí”, concluyó.

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