México-Cuba: una relación especial en el discurso y los símbolos pero no en lo comercial

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El 11 de febrero pasado, el mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tuvieron un encuentro más. Ambos ratificaron su intención de profundizar las relaciones entre la isla y México.

Incluso López Obrador prometió encabezar acciones en América Latina a favor de Cuba y en contra de las sanciones comerciales de Estados Unidos, que ya llevan 61 años desde que John F. Kennedy firmó la orden número 3447 el 3 de febrero de 1962.

Sin embargo, a diferencia de lo que se pudiera creer, el relanzamiento de la agenda bilateral México-Cuba no se refleja en un aumento de la relación comercial, con un volumen de créditos o inversiones entre ambos países, señaló el doctor en Historia, Rafael Rojas, profesor e investigador del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México.

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En mayo de 2022, ambos mandatarios también habían pactado fortalecer la relación México-Cuba, para la cual se comprometieron a potenciar el desarrollo en las áreas educativa, cultural, comercial y económica. Pero Rafael Rojas no identifica que dicha relación bilateral sea más fuerte que en otros sexenios.

“Esto de una nueva etapa en las relaciones entre México y Cuba es algo que se ha estado repitiendo en el discurso presidencial y menos en el lenguaje diplomático oficial de la cancillería, por lo menos desde el 2021”, nos expuso el experto en la relación entre estos países.

El también director de la revista Historia Mexicana precisó que la relación comercial entre México y Cuba se mantiene en los mismos niveles, incluso un poco más bajo de lo que alcanzó el intercambio económico en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y que se recuperó durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Relación reforzada simbólica y diplomáticamente

Para Rafael Rojas es evidente el interés del gobierno de López Obrador por imprimir un carácter especial a dicha relación bilateral, pero es una nueva relación en términos de diplomacia “a nivel discursivo, retórico o simbólico”. Rojas lo considera “desafíos protocolarios”, como la invitación al presidente Díaz-Canel para hablar en el desfile militar del 16 de septiembre de 2021.

Otro ejemplo es el discurso que dio el presidente López Obrador, en el Palacio de la Revolución de La Habana, durante su viaje a la isla en mayo de 2022, cuando le fue conferida la Orden José Martí -la más alta que entrega el gobierno de Cuba. Fue un largo discurso que “retóricamente sí marca algún tipo de diferencia con la política hacia Cuba de los últimos sexenios”.

Luego, Díaz-Canel devolvió la visita a México, el 11 de febrero pasado, donde López Obrador le otorgó la Orden del Águila Azteca, la más alta distinción que entrega el gobierno de México a personas extranjeras.

“El discurso de López Obrador tiene muchas sintonías con el discurso hacia Cuba de los ex presidentes Luis Echeverría y José López Portillo, durante los años 70 y 80”, sostuvo el académico. 

No obstante, fuera del estilo discursivo del presidente López Obrador, el sistema mexicano no se acerca al cubano, porque en México hay una economía desregulada de mercado y la integración a Estados Unidos se profundiza, según Rafael Rojas.

“Quizá lo nuevo”, apuntó, sería el anuncio de López Obrador de que México encabezaría una campaña en contra del embargo comercial de Estados Unidos contra la isla. Pero no está claro cuál será la ruta de liderazgo que tomé México, pues en la Asamblea General de la ONU, el liderazgo contra el bloqueo lo lleva el propio gobierno de Cuba.

“No queda muy claro cuál sería esa ruta, por lo tanto, es muy difícil caracterizar la política del gobierno de López Obrador hacia Cuba como una nueva etapa”, apuntó Rafael Rojas.

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Imitar el estilo de gobernanza de Cuba

Para Ricardo Pascoe, ex embajador de México en la isla, lo que es nuevo es “el esfuerzo por imitar el modelo cubano en México”. A su parecer el presidente López Obrador ha decidido replicar en México el modelo de gobernanza que hay en Cuba, un régimen cívico-militar donde civiles y militares son dueños de los sectores de la economía cubana.

“Los militares son dueños de líneas aéreas, la flota mercante, hoteles, una parte muy importante del turismo en la isla, algunas de las franjas de la minería y la explotación petrolera” y “los civiles, ministros de los distintos sectores, también se dedican a hacer negocios con las empresas que dirigen”, indicó Pascoe.

¿México liderará un nuevo bloque latinoamericano a favor de Cuba?

“Yo ofrezco al presidente Miguel Díaz-Canel que México va a encabezar un movimiento más activo para que nos unamos todos los países y se defienda la independencia, la soberanía de Cuba. Nada de darle trato de país terrorista o ponerlos en la lista negra de supuestos terroristas; es un pueblo y un gobierno profundamente humano”, afirmó López Obrador durante la reciente visita de Díaz-Canel a Campeche.

Por su parte, Ricardo Pascoe nos dijo que “no hay nada nuevo” en la propuesta de López Obrador, porque esa ha sido una política histórica de México: estar en contra del embargo, como lo ha sido de todos los países de América Latina. 

Al igual que Pascoe, Rafael Rojas apuntó que México siempre ha tenido una posición en contra del bloqueo comercial de EU a Cuba. Igualmente, México siempre se ha opuesto, como en tiempos de López Mateos, a la exclusión de Cuba de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y de otros foros regionales, interamericanos y globales.

“Todos van a seguir votando en contra del bloqueo; en la ONU como lo han hecho durante todos estos años, pero crear un movimiento e ir al enfrentamiento con EU en torno a Cuba, simplemente no hay ningún consenso en América Latina para eso”, consideró Pascoe.

“No hay la menor posibilidad de que esa propuesta que han hecho López Obrador y Marcelo Ebrard tenga la posibilidad de prosperar”, enfatizó.

De acuerdo con el análisis de Ricardo Pascoe, el gobierno de México ha fracasado estrepitosamente en convertirse en líder en América Latina. 

“El gobierno de México tuvo la gran oportunidad de convertirse en líder cuando se realizó la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), hace dos años. La idea era lanzar una gran iniciativa para unir a los países de América Latina en un nuevo frente y abandonar todos juntos la OEA y crear un organismo exclusivamente latinoamericano”, recordó.

“Ese era el sueño de López Obrador, pero fracasó y ni siquiera se planteó el asunto en la reunión, ya que López Obrador y Marcelo Ebrard descubrieron que no había apetito en el resto de los países de América Latina para semejante acción”, añadió Pascoe.

Además de que las naciones de América Latina no veían en México solidez de liderazgo para un proyecto de esa envergadura. “Lo que ven en López Obrador es un líder carismático en México sí, pero que realmente carece de un fundamento ideológico más allá de su pretensión de aferrarse al poder”.

Además, otra relación diplomática que se ha perdido durante la administración de López Obrador con su apoyo a Cuba es la relación triangular que hubo durante décadas entre México, Cuba y EU. “México dejó de ser un mediador con el gobierno de Estados Unidos sobre Cuba, porque se puso del lado de los cubanos en contra de Washington”, nos dijo.

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Buscan crear frente de países progresistas 

Después de la última visita del presidente cubano a México, Marcelo Ebrard confirmó que López Obrador acordó con Díaz-Canel convocar a una cumbre de países progresistas latinoamericanos junto con Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Venezuela, Bolivia, Chile, y Honduras. El objetivo es alcanzar acuerdos en materia alimentaria, inflacionaria, regulaciones sanitarias, compra de medicamentos, entre otros.

Sobre dicha propuesta, Rafael Rojas nos expuso que dentro del campo de la nueva izquierda latinoamericana hay múltiples diferencias. El grupo de Puebla, formado en 2019 y que parecía ser una plataforma para impulsar a la nueva izquierda, “ha ido tomando posiciones que se diferencian de los gobiernos de López Obrador, de Alberto Fernández en Argentina, o Gustavo Petro en Colombia y Gabriel Boric en Chile”.

Además, dijo, Ebrard incluyó en la lista para la cumbre a gobiernos no democráticos: Venezuela, Nicaragua y Cuba. Y en los estudios académicos se hace una distinción entre esa nueva izquierda o ese nuevo progresismo y la izquierda del bloque Bolivariano a la que pertenecen Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Por lo que, sostuvo, “es probable que el objetivo de esta cumbre sea disolver las diferencias entre la nueva izquierda democrática y la vieja izquierda autoritaria”. 

Pero apuntó que es difícil saber con certeza cuál será la ruta para trabajar dicha cumbre. Porque la forma en que la administración de López Obrador conduce su política hacia Cuba “es una mezcla de hermetismo u opacidad y después de gran espectacularidad”, como ocurrió con la decisión de otorgar la Orden del Águila Azteca a Díaz-Canel, “hasta unas horas antes de la entrega se supo”.

Una relación necesaria para mantener autonomía frente a EU

Finalmente, Rafael Rojas señaló que mantener una buena relación con Cuba es una política del Estado Mexicano desde hace más de 60 años, para crear un margen de independencia frente a Estados Unidos y más con la actual “aceleración del modelo de integración de América del Norte”.

Es decir que como en los tiempos de Luis Echeverría y José López Portillo, el presidente López Obrador “utiliza a Cuba para reservar un margen de autonomía frente a Estados Unidos, en medio del avance del T-MEC”, explica el investigador.

Además, nos dijo que dicha forma de “autonomizar la política exterior mexicana en la región tiene un valor estratégico con El Caribe y Centroamérica, donde Cuba todavía sigue ejerciendo algún tipo de liderazgo”.

Como conclusión, Ricardo Pascoe sostuvo que la política exterior de México “seguirá por la misma ruta confusa, contradictoria, de necesitar ser aliado económico de EU, al mismo tiempo que mal habla de su socio principal. ¿A ver hasta dónde aguanta esa relación y si un próximo gobierno estadounidense quiera seguir tolerando a México en ese plan?”

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