Avances y retos a más de un año del T-MEC

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Mientras la pandemia por COVID-19 atraía la atención de casi la totalidad de los medios de comunicación, también entraba en vigor el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el nuevo acuerdo comercial de América del Norte.

El T-MEC es el resultado de una renegociación general del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que estuvo en vigor entre 1994 y 2020. Las pláticas comenzaron en 2017 y el tratado se formalizó en julio de 2020.

El nuevo tratado cobró aún más relevancia con la llegada de la crisis económica que puso a prueba la firmeza de la economía. La pandemia cerró fronteras, negocios y cadenas de suministro, sin embargo, el acuerdo siguió adelante. A poco más de un año de su entrada en vigor, ¿cómo van las cosas?

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El T-MEC empezó con retos

Alrededor de tres años de negociaciones del T-MEC terminaron en buenas noticias para el comercio regional y la economía mexicana, al menos así lo expresó hace un año en este artículo Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), una organización dedicada a la investigación en políticas económicas.

Y no solo la pandemia implicaba algunas barreras físicas para el comercio, también hay aspectos que pudieron haber sido más favorables para la fuerza laboral mexicana en el extranjero, así lo describía Valeria Moy.

Primero, se esperaba mejorar las condiciones laborales, como por ejemplo los salarios. Segundo, el Tratado es ambiguo sobre temas de regulación laboral.

Lo anterior significa que existe la posibilidad de que Canadá y Estados Unidos apliquen medidas proteccionistas; es decir, que no contraten a mano de obra mexicana.

Más allá de estos retos, ¿qué otros hubo en el camino?

Desde su entrada en vigor, el T-MEC ha navegado en el contexto de la pandemia del nuevo coronavirus que derivó en que varios sectores de la economía se pusieron en pausa.

De acuerdo con este otro artículo de IMCO, para México, el golpe fue más profundo que para sus vecinos del norte. El Producto Interno Bruto (PIB), es decir, el valor de la producción de bienes y servicios de un país, disminuyó 8.5% para México, 5.3% para Canadá y 3.5% para Estados Unidos.

¿Cómo ayudó el Tratado a México? Principalmente, en exportaciones de bienes primarios. Los sectores más ligados con la demanda exterior fueron el agropecuario y el manufacturero.

Estos dos grupos de la economía fueron los primeros en recuperar los niveles pre-pandemia, de acuerdo con los datos del PIB del INEGI al inicio de 2021.

Además, el impacto inicial en los sectores agropecuario y manufacturero no fue tan severo, el empleo en estos dos cayó en menor proporción que en otros grupos de la economía, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

Y según Dicex Integral Trade, una consultora en negocios, la demanda de productos mexicanos por parte de Estados Unidos aumentará todavía más porque, aunque el golpe fue menor que en México, todavía tiene que acabar de reactivar su economía.

Entonces, no va tan mal, pero sí podría mejorar

En el T-MEC, hay 12 nuevos capítulos sobre temas que antes no estaban del todo desarrollados en el TLCAN, de acuerdo con este análisis del primer año del nuevo acuerdo por parte del Wilson Center, un centro de investigación en economía.

Entre los nuevos aspectos están el comercio digital, cuyo flujo comercial todavía tiene que desarrollarse para analizar qué tan bien (o qué tan mal) avanza.

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Además, para acceder completamente a estas nuevas y otras oportunidades, como la mayor regulación en pequeñas y medianas empresas que ahora existe, México debe tener una regulación más firme en derechos y procedimientos laborales, especialmente porque Estados Unidos y Canadá mostraron resistencia en las negociaciones.

Por otra parte, para que el T-MEC pueda explotar todo su potencial, es necesario un mercado abierto y con libre (y muchísima) competencia. Actualmente, el gobierno intenta implementar medidas que ponen en riesgo la apertura del mercado, como la reforma al sector eléctrico que le da prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre otros productores.

Encima de esto, México no tiene un compromiso ambicioso en el cuidado del medio ambiente en su desarrollo productivo como sí lo tiene Estados Unidos y en mayor medida Canadá, según el informe del Wilson Center. Esto es importante para el sostenimiento de la agricultura y el mantenimiento de las granjas.

El T-MEC tiene todo el potencial para ser un pilar importante de la economía de América del Norte y el camino está trazado para un crecimiento todavía mayor ahora que el mundo se está recuperando de los estragos de la pandemia.

Solo hay que cuidar que México implemente medidas que faciliten que el Tratado cumpla con lo que tiene que cumplir.

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