¿Qué es la carga viral y por qué ha sido determinante en la gravedad de la COVID-19?

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A un año de que la COVID-19 llegara a cambiar al mundo, cada vez es más claro el papel determinante de la carga viral en las personas que enfermaron gravemente. 

“Ya hay bastante evidencia, aún no contundente ni definitiva, de que entre más carga viral recibe una persona, más fuertes son los síntomas y, por lo tanto, el cuadro puede ser más grave”, nos dijo la epidemióloga Guadalupe Soto Estrada, investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Pero, ¿qué es exactamente la carga viral? ¿Cómo podemos evitar exponernos a una cantidad de virus que perjudique gravemente nuestra salud y cómo están reduciendo su impacto las vacunas?

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Tenemos que hablar de carga viral 

De acuerdo con la epidemióloga Guadalupe Soto Estrada, cuando hablamos de carga viral nos referimos a la cantidad de viriones –partículas de virus completas e infecciosas– que entraron a nuestro organismo cuando tuvimos contacto con el virus.

“Esos virus que empiezan a entrar se multiplican en las células, como si se clonaran. A esto le llamamos carga viral, son virus capaces de producir replicación y de infectar”, nos dijo la experta. 

Cuando ocurrió la epidemia de SARS en 2003 en Asia, “algunos estudios decían que la carga viral tiene que ver con la gravedad de la enfermedad. Y en este caso no fue la excepción”.

Ahora bien, el papel determinante de la carga viral depende de dos factores. “Uno: la cantidad de dosis infectiva que se recibe, la cual puede ser mayor si estoy en un espacio cerrado como un hospital y estoy atendiendo a varios pacientes positivos”.

Y dos: “la respuesta inmunológica, la cual depende de cómo regula cada persona la respuesta al virus”.

Los dos factores determinan la probable gravedad de la enfermedad. Si se recibe una fuerte carga viral, se puede inhibir si se tiene un buen sistema inmune. Y al contrario, la carga viral puede incrementarse si se está inmunodeprimido o se tiene algún problema de base.

“Por ejemplo, se habla en especial del personal de salud, el cual está muy en contacto con diferentes personas y que puede recibir una carga viral muy por arriba de alguien que se contagia por una sola persona en otro lugar”, dijo Soto Estrada.

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¿Por qué es importante saber esto?

Se sabe que una persona tiene más posibilidades de enfermar gravemente si tiene factores de riesgo, pero todavía hay más probabilidades si estuvo expuesta durante mucho tiempo a la carga viral en un espacio cerrado, sin ventilación. 

“La mayor parte del contagio se está dando por una transmisión de persona a persona o por aerosoles, que son partículas que se quedan en el ambiente y son las que contagian”, nos dijo Soto Estrada.

Por otro lado, “la probabilidad de contagiarse por superficies ya se vio que es baja”. De acuerdo con la especialista, es más probable que se reciba una fuerte carga viral de persona a persona que por el contacto con una superficie contaminada.

Sin embargo, “cada superficie tiene diferente capacidad de retener virus, no es lo mismo una superficie metálica a una plástica o un cartón. En el cartón es en donde menos viviría el virus, y en las partes metálicas donde durarían más”, señaló.

Además, la evidencia de un año “ha servido para darnos cuenta que la carga viral tiene un pico máximo en la segunda semana de la enfermedad”. A medida que avanza la enfermedad, en la segunda semana se alcanza esta cima “y en teoría es cuando la persona es más capaz de infectar a otra y ya después va descendiendo”. 

Gracias a eso se sabe que no se necesitan dos pruebas PCR negativas para volver a trabajar ya que, según la experta, “10 días después de que empezó la enfermedad y otros tres sin síntomas, que serían 13 o 14 días en total, la persona se puede reincorporar a sus actividades sin necesidad de hacerse otra prueba”.

La especialista recuerda que hay personas que siguen dando positivo a COVID-19 incluso a los dos meses de su contagio, “pero ya no es útil, la persona no tiene la infección, son fragmentos de virus que persisten pero no son capaces de replicarse ni de infectar”.  

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El misterio de los asintomáticos

Según la doctora Soto Estrada, los pacientes asintomáticos también tienen carga viral, “y se ha visto que tienen un pico en la segunda semana también, aunque mucho menor en comparación con quienes tienen un cuadro moderado o grave. Esa ha sido la gran diferencia”.

Ahora bien, respecto al misterio de qué ocurre con los asintomáticos y por qué parecen preparados por naturaleza para soportar cualquier carga viral de esta enfermedad, la epidemióloga opina que es una mezcla de varios factores.

“Es una situación compleja. Si una persona vive en buenas condiciones de salud, no tiene enfermedades de base, no tiene disposición a ellas y además recibió poca dosis infectiva, lo más probable es que sea asintomático”, dijo Soto Estrada.

Y, lamentablemente, también sucede lo contrario, si se juntan malas condiciones naturales con una carga viral fuerte, “entonces se tendrá un cuadro severo”.

Las vacunas

La investigadora de la UNAM enfatizó que precisamente las vacunas están teniendo un papel clave para reducir la carga viral, lo cual hace que sean muy efectivas para evitar que una persona enferme gravemente. 

“Cuando una persona es inmunizada con la vacuna anti COVID-19 y entra el virus a su organismo, el sistema inmune lo reconoce y entonces se generan anticuerpos que disminuyen la posibilidad de que el virus se replique. Por lo tanto el virus ya no tiene la capacidad de promover una carga viral alta, sino que se empieza a limitar”, dijo.

Y agregó que, dado que la carga viral tiene relación con la gravedad de la enfermedad, “en el caso de que una persona vacunada se enfermara, le darán síntomas leves y no evolucionarán las complicaciones”.

Aunque hay estudios que señalan que las personas vacunadas ya no transmiten el virus, la experta opina que deben tomar medidas de cuidado porque la evidencia aún no es contundente y, de contagiarse, infectarían a alguien más que podría ser vulnerable. 


Por último, con estas evidencias, la especialista recomienda que “los que no estamos vacunados, tenemos que evitar estar mucho tiempo en espacios cerrados, conviviendo con mucha gente de manera cercana. Además de seguir tomando medidas de distanciamiento, higiene y uso de mascarillas”.

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