Con un aparente desgaste, y en medio de una incertidumbre legal y laboral, la Guardia Nacional –que nació como fuerza civil y después se volvió militar– sigue sin consolidarse como la institución de seguridad pública que enfrentaría de manera eficaz al crimen organizado, señalaron especialistas en seguridad nacional y académicos.
El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM Javier Oliva nos explicó que con base en el Primer informe semestral de la Fuerza Armada Permanente en tareas de seguridad pública, presentado ante el Senado el 30 de mayo de 2023, la Guardia Nacional ha dado “resultados positivos” en el combate a la delincuencia, pero -aclaró- “las instituciones policiacas a nivel local, y de procuración y administración de justicia no han estado a la altura” de estas labores.
Según ese informe, la participación del Ejército y la Marina en tareas de seguridad pública “ha sido fundamental para contener la inseguridad y violencia que se registra en algunas zonas del país, al coadyuvar en la labor que realizan la Guardia Nacional, las policías estatales y municipales para reducir la incidencia delictiva”, sobre todo en delitos como homicidio doloso, feminicidio, secuestro y robo, que “presentaron una tendencia a la baja en abril de 2023”.
Sin embargo, el investigador en temas de seguridad nacional Javier Oliva nos precisó que con sus más de 128,000 elementos, la Guardia Nacional “tiene que cubrir lo que no hacen o dejan de hacer las instituciones municipales y estatales de seguridad”. A esto se suma -añadió el experto- la polémica legal en la que se encuentra esta fuerza policial sobre si es civil o militar.
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“Eso genera incertidumbre laboral al menos entre el personal operativo de la Guardia Nacional. Tan es así que el presidente López Obrador le ordenó al secretario de la Defensa y a la de Seguridad y Protección Ciudadana que hicieran una gira nacional para hablar con el personal desplegado de la Guardia, y explicarles que su situación laboral y condiciones de trabajo seguían intactas”, abundó el académico.
Según una nota reciente del diario Milenio, los elementos de la Guardia Nacional cuentan con prestaciones como seguro de vida, créditos bancarios, fondo de ahorro para la vivienda, y servicio de alimentación para el empleado y su familia.
Asimismo, de acuerdo con datos de la Plataforma Nacional de Transparencia solicitados por Milenio, un soldado de la Guardia Nacional tiene un sueldo de $11,000 pesos al mes, siendo el grado más bajo dentro de la corporación. Mientras que el ingreso del grado más alto (coronel) es de $72,033 pesos.
“Ficción jurídica”
El 6 de junio de 2023, el diario El Universal publicó que desde la creación de la Guardia Nacional en 2019, más de 9,000 elementos han abandonado la corporación. Entrevistado por este medio, Sergio Padilla, investigador del Instituto para la Seguridad y la Democracia, dijo que “hay un desgaste” en la forma en que opera la Guardia, lo cual sería una de las razones de la salida de sus integrantes.
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Mientras que Víctor Hernández, profesor-investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, declaró al mismo medio que la Guardia Nacional es una “ficción jurídica”, pues ocho de cada 10 de sus integrantes pertenecen al Ejército y la Marina: “se les disfraza de guardia para fingir que son elementos de policía, pero en realidad es una corporación que nunca se consolidó”.
En el mismo sentido, en un análisis reciente de la Universidad Iberoamericana se explica que la Guardia Nacional “todavía no existe como un órgano de Estado integrado”, y se pone de ejemplo que la institución se declara incompetente para informar sobre detalles tan elementales como la capacitación de su personal.
Igualmente, en el estudio se indica que la Guardia Nacional, “a pesar de su enorme importancia en la estrategia del gobierno, es un organismo todavía efímero”. “En 2023 no existe claridad sobre el rol de la Guardia Nacional, que en gran medida funciona para suplantar a las policías estatales… La única certeza es que las Fuerzas Armadas han ampliado de manera acelerada su influencia sobre la seguridad pública en México”, se concluye en el análisis.
Al respecto, el también doctor en Ciencia Política Javier Oliva nos explicó que desde un principio la Guardia Nacional debió haber sido concebida como una instancia militar que después ya tiene responsabilidades de carácter civil, o de apoyo a la población en determinadas situaciones.
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“En el caso de México, lamentablemente se toman decisiones a medias con tal de salvar una negociación política, lo cual tiende a volver más complejas las misiones de la institución que se está perfilando, en este caso la Guardia Nacional, y ésta sería una de las explicaciones de su aparente ambivalencia en el inicio de sus funciones”, agregó el especialista.
¿Y sí respeta los derechos humanos?
Desde su despliegue oficial, el 2 de julio de 2019, la actuación de la Guardia Nacional ha estado bajo la lupa en cuanto al respeto de los derechos humanos. En febrero de 2023, Ernesto López Portillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, dijo en una entrevista que según la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad, la Guardia Nacional es “ligeramente más propensa” a violar los derechos humanos de las personas detenidas en comparación con el Ejército.
El académico precisó que con base en datos de esa encuesta, 39% de las personas aprehendidas por la Guardia Nacional entre 2019 y 2021 sufrieron alguna agresión física tras la detención, comparado con 34% del Ejército. Sobre el número de quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), López Portillo dijo que de 2020 a 2022 la Guardia Nacional acumuló 1,431 quejas contra 1,223 del Ejército.
Sin embargo, el profesor de la UNAM Javier Oliva nos aclaró que en ese aspecto hay que distinguir entre una queja y una recomendación de la CNDH: “quejas puede haber cientos, desde asuntos como el salario o porque se duplicó una jornada de trabajo, y otra cosa es una recomendación, es decir, cuando la CNDH avala que hubo una violación seria, sistemática y continuada de un integrante de la Guardia Nacional o de la Guardia en su conjunto en contra de algun particular”.
Oliva concluyó que pese a los señalamientos en contra, la Guardia Nacional se ha ubicado al menos en tercero o cuarto lugar en términos de confianza hacia las instituciones: “la población confía en el personal desplegado de la Guardia Nacional para atender sobre todo los delitos de alto impacto”.
