¿Qué celebramos las mujeres el Día del Trabajo (1 de mayo)? Pues no mucho, porque el lento avance para disminuir la brecha laboral de género sigue siendo un problema que nos afecta a todas.
A pesar de los avances logrados en los últimos años en materia de igualdad de género y que México reporta uno de los índices menores de brecha salarial -14% de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)– hay muchas mujeres que enfrentan obstáculos y discriminación en su lugar de trabajo. Esto les impide avanzar en sus carreras y ganar salarios justos.
Las causas de esta disparidad son profundas: tienen menos acceso a puestos de liderazgo, a oportunidades de capacitación y desarrollo profesional. También culturalmente tienen el doble de carga de trabajos no remunerados en el hogar, el cuidado de niños, niñas, personas con discapacidad y adultos mayores.
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Magda Coss, directora general de Inspiring Girls México –organización dedicada a aumentar las expectativas profesionales y de vida de las niñas- nos dijo que aunque sí hay muchos avances para incorporar cada vez más a las mujeres en sectores profesionales tradicionalmente masculinos, todavía hay mucho por hacer.
“En general la tasa de participación laboral femenina en México sigue siendo bastante menor que la de hombres. La tasa de participación de mujeres es alrededor del 45% y cerca del 80% la participación de hombres”, detalló la especialista.
La directora de Inspiring Girls México resaltó que además hay sectores de la población como las mujeres indígenas, con alguna discapacidad y de sectores más vulnerables que tienen muchos más retos para incorporarse en igualdad de condiciones y oportunidades al mercado laboral.
En el sector inmobiliario y de construcción hay una menor brecha de género
De acuerdo con el IMCO, en los servicios inmobiliarios, construcción y minería existe una tendencia hacia que las mujeres ganen más que los hombres. Pero la lectura de esto no es tan simple, ya que la representación de mujeres en esas áreas es tan solo del 4% y la mayoría de las mujeres del sector alcanza puestos administrativos al contar con estudios de licenciatura.
Sin embargo, Magda Coss nos dijo que los sectores mejor pagados son también los que tienen una brecha más amplia -como las ingenierías y las carreras tecnológicas- que tienen una participación masculina mayor.
Se requiere mayor compromiso de la iniciativa privada
La vida profesional de una mujer se complica al ser madres, nos explicó Coss. Las oportunidades de desarrollo laboral de una mujer sin hijos y una que tuvo su primer hijo se separan porque socialmente se asume que es la mujer la que debe hacerse responsable de la crianza y lo que esto conlleva.
“Necesitamos una participación muy activa por parte de la iniciativa privada para hacer esta transformación cultural y generar igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Sobre todo tiene que ver esto con el tema de los cuidados en el hogar de las poblaciones que son dependientes”, nos dijo.
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La experta explicó que si bien hay algunos países donde se han incentivado políticas públicas muy favorables para mejorar el balance entre la vida familiar, la vida profesional, repartir mejor las labores del hogar entre hombres y mujeres, en general se ha asignado que las mujeres son las que tienen que responder a las labores de cuidado y del hogar.
Lo laboral no solo sucede fuera del hogar
Faurí Aguirre, especialista en Género, Medios y Cultura, nos explicó que debemos dejar de pensar que el trabajo solo sucede fuera de los hogares, Esto sucede, dijo la experta, porque hay una visión patriarcal que no considera el trabajo del hogar y de cuidados como una labor que debe ser remunerada.
“Si fueran hombres quienes estuvieran haciendo el trabajo de cuidados, de limpieza, de cocina, cambiaría hasta la percepción sobre esto”, acusó Aguirre.
La especialista hizo énfasis en ciertas costumbres que impiden que podamos hacer este cambio de visión, como cuando los padres y madres dejan encargados a sus hijos e hijas con las abuelas. De inmediato se asume que es responsabilidad de las abuelas tomar esta responsabilidad sin pagarles por el servicio de cuidado que están realizando.
Buenas prácticas que combaten la desigualdad laboral de género
Cuando las mujeres no tienen acceso a las mismas oportunidades que los hombres, las empresas pierden talento valioso y limitan su capacidad para innovar y crecer. Además, la brecha salarial de género reduce el poder adquisitivo de las mujeres y limita su capacidad para invertir en la economía.
La experta en temas de género Faurí Aguirre y la directora de Inspiring Girls México Magda Coss, coincidieron en que es necesario tomar medidas para abordar esta brecha laboral en México y en todo el mundo.
Esto incluye la implementación de políticas y prácticas que promuevan la igualdad de género en el lugar de trabajo, la eliminación de estereotipos de género y la promoción de la diversidad e inclusión en la contratación y promoción de personal.
Faurí Aguirre dijo que esto no solamente se debe pensar para garantizar la justa inclusión de las mujeres al mercado laboral: la empresas y los gobiernos deben ofrecer servicios de guardería, de cuidados en horario fuera de la escuela, como lo hacía el programa de escuelas de tiempo completo.
Las empresas también pueden optar por ofrecer modalidades de trabajo remoto y las políticas públicas por ampliar los tiempos de incapacidad por paternidad para que los hombres puedan involucrarse en el cuidado de sus bebés los primeros meses.
“¿Cinco días de licencia de paternidad? Sirve para que el papá llegue, arme la cuna y listo. No da para más”, acusó Aguirre.
Con todo, existen buenos ejemplos de políticas públicas a nivel internacional que podemos seguir y el Instituto Nacional de las Mujeres de México en alianza con ONU Mujeres ha sido uno de los promotores de la Alianza Global por los Cuidados que está haciendo llamados a los gobiernos para que se implementen políticas que ayuden a la familias a no enfrentar esta desigualdad de manera individual, nos dijo Magda Coss.
“Hay empresas globales, nacionales, que están haciendo mayores prácticas de inclusión e igualdad laboral y está la norma 025 -que reconoce a empresas con buenas prácticas en materia de igualdad laboral y no discriminación- que si bien aún no es mandatoria para todas las empresas, hay muchas que están creando los cimientos para crear ambientes de trabajo mucho más igualitarios”, detalló Coss.
Aún falta mucho por hacer para que las mujeres puedan trabajar y tener familia sin que se convierta en una eterna complicación. Tanto el gobierno, como la iniciativa privada y la sociedad debemos aportar para que esto suceda y no tengamos que esperar más de un siglo como se tiene estimado.
