Lo que sabemos (y lo que no) sobre los crímenes de odio en México

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Por parte de la sociedad civil hay distintos esfuerzos por registrar los crímenes violentos en contra de la comunidad LGBT+ ya que las autoridades mexicanas no lo hacen. Expertos sospechan que la cifra negra es alta. 

Jaír Martínez, coordinador de la plataforma de registro de crímenes de odio de Letra S, encabeza uno de los proyectos que se encargan de recopilar estos crímenes. Letra S es una organización dedicada a la defensa de los derechos humanos de personas de la comunidad LGBT+. Como parte de sus proyectos existe una plataforma que contabiliza los crímenes de odio, su coordinador nos cuenta que tienen casi veinte años homicidios violentos en contra de personas de la comunidad LGBT+. 

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“Como las autoridades no lo hacen, alguien tiene que hacerlo” nos comenta Jaír Martínez sobre la motivación detrás del proyecto. 

En un inicio, el registro de Letra S se basaba en recortes de periódicos, pero hoy en día el registro se hace no solo a partir de notas de prensa. De igual forma utilizan como fuente asociaciones civiles locales, familiares e información de las fiscalías, nos cuenta el coordinador de este proyecto. 

Estos registros son “una fotografía de la violencia y sus particularidades” en contra de la comunidad, y aunque no son exactos es un trabajo necesario para comunicar a la población la violencia que sufren las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y otras disidencias sexuales, y las consecuencias que tiene esta violencia en “su máxima expresión”, nos explicó Jaír Martinez.

Lo que sabemos

Los datos que se tiene sobre crímenes de odio varían mucho, en especial homicidios, debido a la falta de un protocolo nacional por medio del cual las fiscalías sean capaces de catalogar y registrar esta violencia. 

Por ejemplo, Fundación Arcoiris, una organización que defiende los derechos de disidencias sexuales en América Latina y el Caribe, tiene un registro de 41 homicidios violentos en 2022.

Mientras tanto en el conteo de Letra S Jaír Martínez nos comentó que si bien no está terminado, la cifra preliminar es de 64 muertes violentas en 2022. Y desde 2015, la cifra que reportan es de 638 personas asesinadas. 

Veracruz

Veracruz es una de las regiones más violentas para la comunidad LGBT+. Jaír Martínez nos explicó que esto se debe en parte al contexto generalizado de violencia y a la presencia del crimen organizado. 

Jazz Bustamantes es una activista en el estado que lleva un registro de los crímenes de odio en Veracruz. En un diagnóstico que presentó el 20 de enero expuso que según sus datos 26 personas de la comunidad habían sido asesinadas en Veracruz en 2022. 

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La labor focalizada de Bustamantes en Veracruz, un solo estado, pone en perspectiva no solo la magnitud de la violencia en contra de la comunidad en ese Estado, sino el subregistro que se podría estar dando a nivel nacional. 

¿De donde viene la disparidad en las cifras?

Jaír Mártinez nos explicó que es difícil tener una cifra exacta o que todas las organizaciones reflejen la misma, ya que no hay una cifra de las autoridades sobre la cual se puedan basar y cada organización trabaja con su propia metodología. 

“Cuando ocurre un asesinato no existe un protocolo al que ellos [las autoridades] puedan acudir para determinar si se trata de un crimen de odio o un crimen por perjuicio” nos comentó el miembro de Letra S. 

De hecho, Jaír Martínez nos explicó que ellos prefieren solo clasificar estos crímenes de prejuicio como homicidios violentos de personas que pertenecen a la comunidad LGBT+. Esto se debe a que quienes deberían identificar, investigar y probar que un homicidio estuvo relacionado con la orientación sexual o identidad de género de alguien, es decir las fiscalías, no lo hacen y es difícil para las organizaciones probar la motivación detrás de un crimen. 

Un pasito hacia adelante, miles hacia atrás

El 26 de octubre de 2022 se aprobó la reforma al código civil en Tamaulipas con la que el matrimonio igualitario se volvió una realidad en todos los estados del país. Esa misma semana, una mujer trans y un hombre gay fueron asesinados en el estado. 

Benito tenía 55 años, acababa de mudarse a una casa en la colonia San Juanito cuando su cuerpo fue encontrado en la casa que rentaba con una herida en la frente por un golpe que recibió con un azadón.

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Liz tenía 18 años, era una mujer transgénero que Ciudad Victoria Tamaulipas. Desapareció el 16 de octubre de 2022 en el municipio de Padilla Tamaulipas. Encontraron su cuerpo en una vereda que llega a la presa “Vicente Guerrero”.

Mujeres trans

Liz es solo una de decenas de mujeres trans que son asesinadas en México cada año. Las mujeres trans viven en la intersección de muchas opresiones. Como miembros de la comunidad LGBT+ y como mujeres son uno de los grupos más vulnerables. 

Según los datos de Letra S, la mitad de los homicidios relacionados a crímenes de odio en 2022 fueron contra mujeres transgénero. 

Jaír Martínez nos explicó que estas cifras reflejan las consecuencias de la vida de violencia que viven las mujeres trans. Y que a lo largo de los años ha persistido esta sobrerrepresentación de las mujeres trans en las cifras de homicidios violentos.

Tan solo en el Estado de México el colectivo de Mujeres Trans Famosas Toluca y Aliadas registraron siete transfeminicidios en 2022. La organización aclaró que si bien estos son los casos confirmados, seguramente hay muchos más, ya que la transfobia institucional en México hace muy difícil contabilizarlos. 

“Todavía nos catalogan como hombres vestidos de mujeresdijo Tanya Vázquez, vocera de los colectivos, a El Sol de Toluca. Por lo que, explica la activista, a muchas se les niega la figura del feminicidio. 

En la Ciudad de México, apenas el pasado ocho de diciembre de 2022, fue vinculado a proceso un hombre por un transfeminicidio. Gustavo “N” es acusado de haber asesinado a su pareja sentimental, una mujer trangénero cuyo cuerpo fue encontrado flotando en el Río de los Remedios.

Pese a la deuda de las autoridades los esfuerzos de la sociedad civil por llenar estos vacíos son invaluables para la comunidad. Como dice la activista Kenya Cuevas “nuestra mayor venganza es que seamos felices”.

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