El sábado 24 de junio, en medio de polémicas, se llevará a cabo la edición 45 de la Marcha del Orgullo LGBT+ de la Ciudad de México. La salida será a las 12:00 PM del Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo, dónde habrá presentaciones artísticas y una gran celebración.
El fin de la marcha es exigir “visibilidad y atención a grupos históricamente vulnerados, y reconocimiento legal y social de las identidades trans y no binarias”, explicó Julio Álvarez, miembro del comité organizador.
Desde hace meses la discusión en redes se ha centrado en definir cuál es el fin de este evento, ¿la lucha o la celebración? También se ha cuestionado mucho el rol que las marcas han asumido no solo en la marcha, sino en el movimiento LGBT+ en general.
Comercializando nuestra lucha
Cada junio, mes del orgullo, todo se pinta de arcoíris. La comunidad LGBT+ es un gran mercado y las marcas lo saben: son pocas las que desaprovechan la oportunidad y no lanzan algún comercial o producto para “celebrar” a estos grupos.
Te puede interesar: Tercera Marcha Lencha en la Ciudad de México
Amor es amor se lee por todas partes. Sin embargo, las demandas de la comunidad van mucho más allá del derecho a amar. Las mujeres trans son uno de los grupos más vulnerables e ignorados por el Estado, las mujeres lesbianas mueren sin que nadie hable de ello y la homofobia en México sigue siendo la norma.
La Marcha del Orgullo se ha vuelto un desfile donde las demandas de la comunidad se ven opacadas por los automotores de marcas llenos de famosos.
Este año ha habido un esfuerzo por muchos grupos de la comunidad para recuperar la marcha y no dejar de lado los problemas que todavía enfrentan.
“¿Hasta que punto hemos intentado que nos incluyan que hemos aceptado que las marcas lucren con nosotras, nosotros y nosotres?”, se pregunta Victoria Sámano, activista trans y fundadora de LLECA, la colectiva para atención de mujeres y personas de la diversidad que viven en situación de calle.
Derroche económico para la Ciudad de México
Se esperan entre 550,000 y 600,000 asistentes los cuales dejarán a la ciudad hasta $979,000,000 de pesos entre el 23 y el 25 de junio. El Gobierno de la Ciudad de México también estima que la derrama económica durante todo junio será de $2,500 millones de pesos.
La marcha de la diversidad “representa muchos intereses políticos y económicos” y por esto están tan metidas las marcas y el gobierno, cosa que no sucede en otras movilizaciones como la del 8M, explicó Sámano.
Te puede interesar: Los derechos de las mujeres trans siguen siendo ignorados por el Estado
El gobierno de la Ciudad de México ha estado completamente involucrado en la planeación de la marcha hasta el punto que ignoraron una de las principales exigencias de la comunidad sobre el evento: la exclusión de los automotores. La decisión fue tomada de manera unilateral por las autoridades y sin mayor consideración por lo que demandaba la sociedad civil, nos dijo Sámano.
El problema de fondo, nos comentó la activista, es que mientras cientos de marcas utilizan la marcha para promocionarse, las personas de la diversidad sexual, principalmente a las mujeres trans, se les sigue discriminando en el ámbito laboral.
El “Bloque disidente”
A raíz de los desacuerdos que hubo en la organización de la marcha surgió el “Bloque disidente”: un grupo de personas de la comunidad que protestarán en contra de la inclusión de marcas y de la presencia de los automotores.
Así mismo, este grupo tiene como objetivo poner al frente las demandas de los grupos más vulnerables en la comunidad como lo son las mujeres trans, las personas que viven en situación de calle y quienes viven con SIDA.
Te puede interesar: Lo que sabemos (y lo que no) sobre los crímenes de odio en México
El bloque disidente ha informado que llevarán a cabo una clausura simbólica de los automotores en protesta por su presencia; aclaran que lo harán de forma pacífica.
¿Un desfile, una fiesta o una marcha?
Pero también es importante recordar que la Marcha del Orgullo, a diferencia de otras movilizaciones, sí tiene un componente de celebración. La mera existencia de la comunidad es un logro, sobre todo en un país tan homofóbico y transfóbico como México.
El matrimonio igualitario es también motivo de fiesta. Por fin después de décadas de lucha este derecho está garantizado en todos los estados del país. Tamaulipas fue el último estado en legalizar la unión civil entre personas del mismo sexo en octubre de 2022, 12 años después de que la Ciudad de México fuera el primero en hacerlo.
“No está mal celebrar y no está mal tener una fiesta”, nos comentó la activista, “porque al final de cuentas estamos también celebrando los derechos y el reconocimiento que se ha ganado a lo largo de estas décadas”. Pero es importante “celebrar nuestras vidas sin olvidar porqué estamos aquí”, enfatizó.
