Cuando la pandemia por COVID-19 estalló en México pareció que el mundo se puso en pausa. La vida de todos y todas cambió, pero mientras algunos se encerraban en sus casas hubo quienes se quedaron sin hogar. Muchas mujeres trans trabajadoras sexuales pertenecían a este segundo grupo.
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Victoria Sámano, mujer trans y ahora activista, nos cuenta que a inicios de la pandemia empezó a tener acercamiento con personas en situación de calle. Al principio les llevaba comida y apoyo para subsistir, sin embargo, poco a poco fue desarrollando lazos de amistad y encontró una comunidad de mujeres trans en la Delegación Cuauhtémoc que habían sido desalojadas de los hoteles en los que vivían y trabajaban.
Un lugar seguro
Sámano identificó que uno de los principales problemas que enfrentan estas mujeres es que “no hay espacios seguros, ni albergues seguros para personas de la diversidad que están viviendo en situación de calle”, ya que entre otras cosas al interior de lo albergues “el personal las discrimina y los demás usuarios las violentan”, nos contó.
A raíz de esta experiencia decidió abrir las puertas de su departamento a su comunidad y creó en su hogar un espacio seguro para mujeres y personas de la diversidad sexual en situación de calle o en riesgo. Poco a poco se fueron uniendo más personas a la causa y en 2021 fundó Lleca, una organización enfocada a ayudar a estos grupos vulnerables.
El departamento de Victoria continuó operando como albergue por un año y medio, pero la situación se ha vuelto insostenible debido a la escasez de recursos. Se vieron obligadas a cerrar el espacio en diciembre de 2022 y en estos momentos están buscando que la Ciudad de México les ceda un espacio para abrir un refugio para esta población.
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Actualmente Lleca se está constituyendo como una asociación civil con la esperanza de llegar a dar un refugio a las personas de la diversidad que se encuentran en situación de calle.
Violencia diaria
Las mujeres trans son uno de los grupos más vulnerables de la sociedad. Esto, porque se encuentran en la intersección de ser mujeres, miembros de la diversidad sexogenérica y, en muchos casos, ejercen el trabajo sexual y viven en situaciones precarias.
Según el registro de Letra S, una organización civil que defiende y protege los derechos de las personas miembros de la comunidad LGBTI y personas con VIH, en los últimos siete años han asesinado por lo menos a 368 mujeres trans en México.
En la mayoría de los casos que ha registrado esta organización no se tiene mucha información sobre la víctima. Sin embargo, de los casos que se conocen se sabe que la mayoría de los asesinatos se cometen con armas y que una gran parte de estas mujeres eran trabajadoras sexuales.
Como te contamos en esta nota, hay un subregistro importante en cuanto a crímenes de odio en contra de la comunidad porque no existen cifras oficiales, y el esfuerzo que se hace desde la sociedad civil no alcanza a cubrir todo el país.
Veracruz, por ejemplo, es el estado con más homicidios violentos de mujeres trans según el registro de Letra S. Esto se debe a que por una parte el estado está inmerso en un contexto de violencia criminal.
En ese estado, la activista Jazz Bustamantes ha hecho un gran esfuerzo para registrar todos los asesinatos de mujeres trans. Hay muchos estados de los cuales se sabe muy poco sobre lo que realmente le sucede a esa comunidad.
Victoria Sámano nos explicó que muchas veces este subregistro se debe a que las fiscalías no están capacitadas para actuar con perspectiva de género y eso causa que las fichas de desapariciones o los registros de homicidio se hacen bajo el género y el nombre con el que están registradas.
Pero la falta de información no solo es en temas de violencia. La activista nos explicó que esto sucede en todos los ámbitos, ya que se ha estudiado muy poco sobre cómo vive la comunidad y sus necesidades, hasta en el sector médico. “Pareciera que las personas trans acaban de surgir” cuando la realidad es que “las personas trans llevamos existiendo toda la historia, pero apenas sabemos cómo nombrarnos”, nos dijo.
Símbolos vacíos
El 31 de marzo fue el Día Internacional de la Visibilidad Trans. Muchos edificios del centro de la Ciudad de México se iluminaron de rosa y azul en solidaridad con la causa. Desde el Estado se realizaron publicaciones en redes sociales en apoyo. Sin embargo, Victoria Sámano nos explicó que este no es el verdadero apoyo que necesita la comunidad.
“A mi de qué fregados me sirve que ese edificio tenga esos colores si al final de cuentas no están asegurando que yo tenga acceso a mis derechos (…) aquí estamos gritándole al gobierno con nuestras propias voces lo que necesitamos. Nadie nos está escuchando, nadie salió a recibirnos. Entonces, ¿yo para qué quiero que pongan la bandera trans? (…) A mi en lo personal se me hace algo muy inutil”, nos dijo la fundadora de Lleca.
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Incluso la tipificación del trans feminicidio, nos comenta la activista, no es suficiente. Lo que necesita la comunidad es una ley integral que cubra educación, vivienda, salud y trabajo, si realmente el estado quiere ayudar a las mujeres trans, nos dijo.
Visibilidad
La comunidad trans salió a las calles el pasado 31 de marzo a exigir que se les respete como miembros de la sociedad. En su paso por el Congreso de la Ciudad de México las manifestantes arrojaron flores a este edificio como “acto simbólico contra la transfobia institucional y los discursos de odio”.
Los discursos de odio son peligrosos, los estereotipos dañan y aunque la visibilidad no es suficiente si es fundamental. “Al final de cuentas somos seres humanos. No estamos borrando a nadie, no estamos intentando quitarles sus espacios, solamente estamos pidiendo derechos”, concluyó Victoria Sámano.
