Partidos políticos en México han fracasado en su principal labor: representar a la sociedad

Compartir:

Desde hace algunas décadas, en Europa y en América Latina los partidos políticos pasan por una crisis de representación, que es la dificultad para canalizar las identidades, demandas y proveer respuestas a los problemas básicos de la ciudadanía, señaló la doctora en Ciencia Política Flavia Freidenberg, profesora del Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Esta crisis de representación ataca a todos los partidos políticos de igual manera, nos explicó en entrevista Freidenberg. 

En un sistema de democracia representativa como el de México, la representación política es la relación que debería de haber entre la ciudadanía y las y los representantes políticos. Y se dice que está en crisis, porque estos últimos no están representando adecuadamente los intereses, ni mejoran la situación de la ciudadanía.

Te recomendamos: Ir en bloque es la única manera de que sobreviva la oposición

Los partidos políticos que han tenido más problemas son los partidos de centro, porque son los que impulsaron una serie de políticas públicas, algunas neoliberales y otras que no consiguieron redistribuir la riqueza en igualdad de condiciones a todos los grupos sociales y por eso la gente los responsabilizan de los problemas que ahora tienen.

De ahí que surjan liderazgos para canalizar la frustración y el desencanto de la gente con la política tradicional, así lo expuso la también coordinadora del Observatorio de Reformas en América Latina del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y la Organización de Estados Americanos.

Y¿cuáles serían los partidos de centro en México? Son el PRI y el PRD, nos expuso la investigadora. Así, “Morena surge desde dentro del sistema político para encarnar una alternativa, al menos discursiva, de nuevas formas de representación basada fundamentalmente en la representación populista”.

Morena es un vehículo electoral de la mano de un liderazgo carismático para acceder a las instituciones, en el marco de la democracia representativa, que busca canalizar los intereses de grupos o sectores que se sentían fuera del sistema, mal representados o no representados.

Aunque en otras funciones como la de competir y ganar elecciones ahí no necesariamente les va mal a los partidos políticos, puntualizó la fundadora y coordinadora de la Red de Politólogas.

En las últimas décadas han surgido, a los márgenes del sistema político, liderazgos o partidos extremos tanto de izquierda como de derecha que se presentan como una alternativa a la representación centrista a la que la sociedad estaba acostumbrada.

“Es imposible la democracia sin partidos políticos”

Los partidos políticos son el corazón de la democracia representativa, esta se sustenta en el proceso de participación y de representación de las sociedades diversas. Los partidos políticos organizan a las personas y grupos políticos que encarnan las ideas sobre los problemas fundamentales de la sociedad y cómo dar soluciones a los problemas que enfrentan, señaló Flavia Freidenberg.

Así, el objetivo de los partidos políticos es convertirse en los canales para que las y los integrantes de los grupos políticos accedan a cargos de representación popular.

Por esto, necesitamos a los partidos políticos, “aunque estén muy desprestigiados”, porque cumplen funciones insustituibles o que ninguna otra organización puede cumplir, como organizar y dar coherencia a las contiendas electorales, nos dijo la doctora en Ciencia Política Esperanza Palma, profesora-investigadora del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Azcapotzalco.

Los partidos políticos reclutan a quienes van a gobernar y legislar, seleccionan candidaturas y por ley tienen que presentar una plataforma electoral, es decir, una agenda legislativa que contenga ciertos objetivos políticos o ciertas metas que comparten entre sus integrantes.

Flavia Freidenberg puntualizó que en toda democracia tiene que haber partido de gobierno y partidos de oposición. Si sólo hay partido de gobierno y no hay condiciones de cancha pareja para que los partidos de oposición puedan alternar en el poder al partido en el gobierno no sería una democracia.

Sin embargo, Esperanza Palma coincide en que en las últimas décadas la función de representación de los partidos políticos se ha deteriorado mucho.

Es decir, la tarea de llevar demandas, voces y valores de sectores del electorado al campo de la representación política. Actualmente, “buena parte de la ciudadanía se siente alejada de los partidos, no confía en los partidos”. 

A esto se suma otro fenómeno: los partidos políticos están dirigidos por profesionales de la política. Por lo tanto, son las direcciones de los partidos políticos las que concentran las decisiones y las que deciden qué temas se van a proponer, más que recoger las demandas de las organizaciones o de los movimientos sociales, nos dijo la también integrante de la Red de Politólogas.

Te puede interesar: El Senado, otra vez el campo de batalla para reformas propuestas por AMLO

Más identidades apartidistas 

Además de la falla en la función de representación política de los partidos, otro factor que explica la crisis de los partidos políticos, detalló Esperanza Palma, es que desde hace décadas las identidades partidistas se han debilitado. El electorado no tiene lealtades con ningún partido, tampoco hay vínculos a largo plazo. Por tal razón, el electorado puede cambiar con enorme facilidad su voto por un partido de una elección a otra. 

“Esto es algo que todos los partidos políticos deben de tomar en cuenta. Aún los partidos que reciban más votos. Porque ahora podrán ser mayoría electoral, pero en la siguiente elección pueden ser minoría”. 

La gran mayoría es un electorado independiente que tampoco se define a partir de la clase social, como de izquierda o de derecha, estos son elementos identitarios que se han debilitado a lo largo de varias décadas, nos expuso la doctora Palma. 

Bajo su análisis, con un electorado complejo es difícil que los partidos políticos generen agendas que les puedan dar respuesta a las identidades políticas contradictorias y complejas. Frente a este panorama, “a los partidos políticos les cuesta mucho tener bases sociales estables”.

Algunas demandas sociales que los partidos no representan

De acuerdo con Esperanza Palma, hay temas que los partidos políticos no están incorporando a las agendas legislativas y esto demuestra que hay un problema de falta de representación.

Por ejemplo, puntualizó la investigadora, los partidos no están respondiendo a las demandas de las organizaciones, madres, padres y familias que están buscando a sus personas desaparecidas, “no veo que eso sea prioritario ni les interese en las agendas legislativas”.

Otra demanda que no está siendo representada por los partidos políticos eficazmente es combatir la violencia; así como, las demandas del movimiento feminista para erradicar, prevenir las violencias machistas y lograr justicia a los casos de feminicidio. “Lo único que han hecho es legislar más y más, pero no hay una respuesta institucional eficaz ante el problema de los feminicidios”. 

Aunque sí han logrado algunos avances como: tener una Legislatura de la paridad, que los productos para la gestión menstrual no tengan IVA o la Ley Olimpia, señaló.

Te sugerimos: Falta de liderazgos impide a la oposición definir a su aspirante presidencial

Rumbo a las elecciones de 2023

Los partidos políticos, de cara al 2023, se encuentran en un desafío constante respecto a sus dificultades para enamorar a la ciudadanía, puntualizó Flavia Freidenberg.

No parecería que hubiera alternativas, pero no solo en México, esto pasa en casi todos los países de la región de Latinoamérica. Parecería que es muy difícil hacer frente a liderazgos carismáticos con tanta capacidad de vincularse directamente con la ciudadanía, como en el caso del liderazgo de Morena.

“Todavía es pronto para que la oposición consiga articular una alternativa que seduzca a la ciudadanía de manera mayoritaria y que se presente como una alternativa al partido en el poder”, considera Flavia Freidenberg.

Por su parte, Esperanza Palma recuerda que en las elecciones intermedias de 2021, Morena obtuvo alrededor del 35.8% de la votación, pero no tiene la mayoría calificada en el Congreso de la Unión. “Todavía tenemos un país bastante plural en términos partidistas”, el PAN, el PRI y el Movimiento Ciudadano mantienen un cierto caudal de votos.

La mayor parte de quienes votan por Morena lo hace como apoyo al lopezobradorismo, no necesariamente por ser morenista. Lo cual representa un reto para Morena, porque va a tener que institucionalizarse como partido político para mantener una base social, cuando López Obrador ya no esté en la Presidencia, nos dijo la investigadora.

No obstante, Morena está generando liderazgos suplentes al liderazgo de López Obrador, con la sucesión presidencial adelantada.

Como ha señalado el periodista Alejandro Moreno, en El Financiero, “del sentir de los apartidistas depende cómo se mueva el respaldo al presidente (López Obrador) y, con ello, muy probablemente el respaldo a su partido en 2024”.

Ya que “las personas apartidistas no solo representan más de la mitad del electorado nacional, también son poco más del doble de morenistas (en promedio 25%) y el triple de oposicionistas identificados con el PAN, PRI o PRD (en promedio 18%)”, según datos del diario.

Finalmente, Esperanza Palma señaló que en el contexto de la reforma electoral y con las marchas que hubo en noviembre pasado para defender al INE y en torno al liderazgo López Obrador, son elementos que sí pueden unificar a los partidos políticos opositores rumbo a las elecciones locales de 2023.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.