Crecimiento del gasto en pensiones, a costa del resto de la seguridad social

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En 2023 se destinarán $1.7 billones de pesos a las pensiones y jubilaciones tanto contributivas como no contributivas, lo cual equivale a un 20% del presupuesto para 2023 y 5.4% del Producto Interno Bruto. Un aumento del 12% en términos reales de lo que se destinó a este rubro en 2022. 

Si bien es normal un aumento anual en lo que se destina a pensiones debido a “la dinámica poblacional”, es preocupante la proporción del gasto en seguridad social que se está yendo a esto, nos explicó Alejandra Macías, Directora Ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

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Como te contamos en esta nota, las pensiones se han convertido en un problema preocupante para las finanzas públicas mexicanas. Cada vez hay más personas mayores que se están jubilando y, debido a los avances de la medicina moderna, estas personas jubiladas cada vez viven más. 

De igual manera, la creación de una pensión no contributiva llamada Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (PBPAM) en 2019, ha ejercido mucha presión sobre el gasto.

La realidad es que el Estado Méxicano no tiene los recursos suficientes para cubrir todas las necesidades de la población y en el rubro de la seguridad social temas como educación y salud han pasado a un segundo plano en favor de las pensiones. 

¿Cómo llegamos a esto?

Alejandra Macías nos dijo que los problemas con las pensiones vienen fundamentalmente de una mala planeación del sistema, iniciando por su fragmentación. Son muchas las instituciones que proveen pensiones, y aunque solo se tiene información de las federales también las hay a nivel local, pero “no hay una entidad que regule esos sistemas de pensiones”. 

Antes de la reforma de pensiones de 1997 existía un esquema de reparto o beneficio definido en el cual los contribuyentes recibirían de por vida un monto determinado (ajustado a la inflación) y era independiente de las aportaciones, nos explica la Directora Ejecutiva del CIEP, que este sistema creó una brecha que “tuvimos que cubrir todos”. 

Si bien en 1997 se hizo la transición a cuentas individuales con contribución definida, todavía hay quiénes se jubilan bajo el esquema anterior debido a la fragmentación del sistema. Como cada institución tiene su forma de operar, aún hay una parte importante de la población jubilada bajo un esquema de beneficio definido. 

Hay pensiones de más de un millón de pesos anuales y estas son las que ejercen la mayor presión sobre el sistema, nos dijo Macías. 

Pensión del Bienestar 

Se ha hablado mucho sobre el gasto en la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, uno de los proyectos prioritarios para la administración de Andrés Manuel López Obrador. 

Poco más de $1.3 billones de pesos se irán a pensiones contributivas y $335,500 millones de pesos a pensiones no contributivas como las pensiones para el bienestar. 

A pesar de no ser el gasto principal en pensiones, el de la Pensión para el Bienestar de Personas Adultas Mayores ha ido creciendo de manera importante año con año. En 2023 el apoyo aumentó en un 25% por lo que se entregarán $4,800 pesos bimestrales

Además, se han relajado los criterios de calificación por lo que cada vez son más los beneficiarios y por ende el gasto para el Estado. 

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Esta pensión se diseñó originalmente con el problema de la informalidad en mente y con el objetivo de evitar que adultos mayores que trabajaron toda su vida fuera del sector formal cayeran en la pobreza.

Ana Lambarri, analista de temas presupuestales, nos explicó que gran parte del problema con este programa es que ya no está enfocado en atender a quienes más lo necesitan, sino que se ha abierto a toda la población de adultos mayores de 65 años sin importar condición socioeconómica o si ya tienen otra pensión.

Perspectiva de Género 

Las mujeres son quiénes más se han beneficiado de la PBPAM, sin embargo, Macías nos explica que ella no considera que por esto sea correcto decir que está diseñada con perspectiva de género. El beneficio a las mujeres ha sido más bien “accidental” porque son quienes históricamente han sido excluidas del sector formal y el trabajo remunerado

La también doctora en políticas públicas por el Tecnológico de Monterrey señaló que hay quienes, en su mayoría hombres, reciben esta pensión aparte de una pensión contributiva. Lo cuál solo incrementa la brecha entre hombres y mujeres con respecto al ingreso en pensiones. 

Según un estudio realizado por el CEIP existe una brecha importante entre hombres y mujeres en ingresos por pensiones. No solo son más los hombres que reciben pensiones sino que en promedio los hombres reciben montos más altos que las mujeres. La diferencia en cantidad de pensionados es más pronunciada en los deciles más bajos. 

El bienestar no solo es económico

Independientemente de si los motivos del gasto en pensiones son políticos o no, resulta paradójico que si se pretende beneficiar adultos mayores no se invierta en salud. “Si te importa el bienestar de los adultos mayores, también deberían tener acceso a servicios médicos de calidad”, nos comenta Alejandra Macías. 

Ana Lambarri nos explica que el problema con el gasto tan elevado en pensiones es que se pone “muy por encima de temas prioritarios para la sociedad en general” como lo son la salud, educación y reducción de la violencia de género. De hecho, nos explicó que el gasto más grande de instituciones de salud pública como el IMSS o el ISSSTE es el de pensiones. 

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La analista nos comentó que mientras el costo en pensiones aumenta, se han ido dejando de lado temas urgentes como el rezago educativo por la pandemia y el desabasto de medicamentos. 

La solución no es quitar las pensiones, nos dijo Ana Lambarri, pero se debe encontrar un balance con inversión pública que traiga crecimiento económico. Así mismo es necesaria una reforma fiscal que fomente la recaudación ya que de no ser así el problema se convertirá en “una bola de nieve: se va a seguir contratando deuda y se va a seguir aumentando este tipo de gastos”. 

No hay señales de que una reforma fiscal sucederá en 2023 y mucho menos en 2024 debido a las campañas electorales, a pesar de que, como nos explicó Ana Lambarri “no hay dinero” y  “ya llevamos más de una década en déficit fiscal, se está recaudando menos de lo que se está gastando y se está incurriendo en deuda”

El gasto en pensiones y jubilaciones no es sostenible para el estado mexicano, pero tomando en cuenta el costo político que reducir un apoyo social pueda tener, no se puede esperar que con elecciones importantes en puerta el gobierno actual haga algo al respecto. 

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