Como cada año, el 8 de septiembre el presidente entregó el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2023 a la Cámara de Diputados.
El PPEF es un documento de política pública elaborado por el Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el que se describen la cantidad, la forma de distribución y el destino de los recursos públicos de los tres poderes, de los organismos autónomos, así como las transferencias a los gobiernos estatales y municipales.
Un primer análisis al Proyecto de Presupuestos muestra que a dos años y medio de la pandemia por COVID-19 y ya con la jornada de vacunación para niños menores de 12 años, el gobierno federal decidió disminuir el presupuesto que va a estar destinado a la vacunación el próximo año.
Te puede interesar: Ebrard agradece a EU por invitar a México a programa de millones de dólares para producir microconductores
Reducción al dinero en vacunas
En el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, dentro del rubro de Prestación de Servicios Públicos se encuentra el Programa de vacunación junto con otros programas de prevención y atención de adicciones, y la protección derechos de las infancias.
Según el documento, la propuesta de la Secretaría de Hacienda para el Programa de Vacunación pasará -si en la Cámara no hacen modificaciones- de un monto de 29,854 millones de pesos en 2022, a uno de 14,021 millones para el próximo año.
Sin embargo, incluso con ese recorte, el presupuesto asignado a vacunación para 2023 sería el doble de lo que se gastó en 2021, cuando el monto aprobado para el Programa de Vacunación fue de 2,279 millones de pesos, aunque se terminaron ejerciendo 7,863 millones por la compra de vacunas para la COVID-19.
Impacto de la COVID-19
Durante la pandemia, el gasto en vacunación se incrementó por la necesidad de inmunizar contra la COVID-19. Incluso, se disminuyó la inmunización de otros padecimientos según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021.
Aún así, el Programa de vacunación del año pasado establecía como prioridad las infancias menores a seis años. Principalmente, “alcanzar y mantener el 95% de cobertura de vacunación por entidad federativa con cada una de las vacunas del cuadro”, se lee en el programa.
Sigue leyendo: Crecen casos de COVID-19 en México pero las vacunas están funcionando
Crisis de inmunizados
El recorte que se proyecta para el siguiente año se da en un contexto de baja cobertura de inmunización, desde hace más de una década.
Por ejemplo, de acuerdo con los resultados del Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), la cobertura con esquema completo (vacunas obligatorias para menores de un año) en niñas y niños de uno y dos años experimentó una caída entre 2006 y 2021, cuando pasó de 84.7% a 35.8%.
Según el informe de resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021, los problemas con las coberturas coinciden con el rebrote de enfermedades como el sarampión y la tuberculosis. En México, se presentaron 196 casos de sarampión en 2020.
Y, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud, hasta julio de 2022 se habían registrado 11,117 casos de tuberculosis respiratoria, frente a 9,224 casos que se habían documentado en 2021.
Los rebrotes y la falta de organización para la inmunización ha generado a su vez, desabasto de vacunas. Por ejemplo, como mencionamos en esta nota, en 2019 hubo desabasto de vacunas contra la tuberculosis, hepatitis, difteria, tosferina y tétanos.
La falta de aplicación de vacunas durante la infancia resulta preocupante pues podría generar problemas de salud más adelante. No solo es necesario aumentar la inmunización sino también tener el abasto suficiente y permanente de las vacunas que actualmente forman parte del esquema de vacunación infantil.
