Entre junio y julio de 2020, la economía mexicana hiló dos meses de crecimiento significativo. Sin embargo, las cifras más recientes del Inegi muestran que esta recuperación comenzó a estancarse en agosto, al aumentar tan solo 1.1% respecto a la actividad económica de julio.
Mientras que en junio la actividad económica del país creció 8.9% y en julio aumentó 5.7% -meses después de la aplicación de la Jornada Nacional de Sana Distancia que buscó reducir los contagios por la COVID-19 en agosto se registró el menor avance desde que se dio la reapertura.
Esto provocó que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) -que permite analizar la evolución de la economía en el corto plazo- alcanzará niveles similares a los observados en septiembre de 2014, de acuerdo con el propio presidente del Inegi, Julio A. Santaella.
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Los sectores más afectados por esta situación fueron la agricultura (sector primario) y la industrias turísticas, comerciales, de comunicaciones, así como la de servicios y transportes (sector terciario), los cuales variaron -5.9% y 0.4% contra lo observado el mes anterior, respectivamente.
Mientras tanto, el sector secundario -conformado por las industrias de minería, construcción, extracción de petróleo y gas, así como manufacturas- fue el único que presentó un crecimiento significativo, al aumentar 3.3% en agosto.
¿A qué se debe?
De acuerdo con Ana Bertha Gutiérrez -economista y coordinadora de México, ¿cómo vamos?– podemos decir que actualmente la economía sí está atravesando por una desaceleración, la cual es también visible en otros indicadores como el empleo (sobre ese tema puedes consultar esta nota).
Gutiérrez explica que gran parte de la desaceleración es explicada por la inesperadamente baja recuperación que sufrió el sector de servicios de nuestro país (terciario), ya que “representa más del 60% de la actividad económica del país”. Y añade que otros sectores importantes como las maquiladoras, también tuvieron un incremento mínimo (0.8%) que redujo el ritmo de la recuperación.
Respecto a la caída en el sector primario, la entrevistada detalló que, a pesar de la caída mensual de agosto de -5.9%, siguen casi 6% por encima del nivel observado el año pasado.
Pero advierte que estas actividades representan menos del 4% de la actividad económica del país y además involucran actividades “muy volátiles y estacionarias, que dependen de muchos factores que son difíciles de controlar”.
Finalmente, la economista alerta que existe un cierto rezago con este indicador pues habla de la situación de agosto cuando ya estamos por terminar octubre, por lo que “todavía hay un riesgo latente de caídas dependiendo de la confianza de los consumidores, los rebrotes o las noticias sobre la pandemia”.
Una sorpresa negativa
A pesar del crecimiento de 1.1%, el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, expresó su preocupación, pues todos los modelos de pronóstico de la evolución de la actividad económica se encontraban por encima de lo observado, siendo el del Inegi el más “certero” con una tasa de 2%.
Por este motivo, el funcionario prevé que la tasa de crecimiento económico para el tercer trimestre (julio-septiembre) difícilmente logre ser del 12%, como se empezaba a considerar en algunos pronósticos.
La COVID-19 parece que regresará con mucha fuerza en los meses finales del año, lo que pondría en riesgo nuevamente no solo al sistema de salud, sino también a la ya muy frágil economía del país.
¿Estará preparado el gobierno para enfrentar esta nueva ola que ya está golpeando a muchos países?
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