No, la refinería Deer Park no se compró con el dinero de fideicomisos, como dijo AMLO

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La compra por parte de Pemex de la refinería Deer Park, en Houston, Texas, ha estado llena de contradicciones e información falsa por parte del gobierno federal.

Primero porque el presidente Andrés Manuel López Obrador había dicho el 26 de mayo, que parte de los recursos para adquirirla saldrían del Fondo para la Atención de Emergencias (Fonden), el cual está en la lista de los 109 fideicomisos que su gobierno ordenó extinguir en noviembre del año pasado.

Un día después, Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, salió a desmentir lo dicho por el presidente e informó que en realidad la transacción se hizo desde el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) que cuenta con 30,000 millones de pesos y no desde el Fonden, como había dicho López Obrador.

Pero el presidente López Obrador salió a decir otra vez que los recursos para concretar la compra de la refinería Deer Park habían salido de los fideicomisos extintos, como los del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), algo que ya había sido aclarado por Herrera unos días antes. 

“La (extinción de los fideicomisos) nos da para comprar esa refinería, nos dio para reiniciar la construcción de la coquizadora de Tula y nos dio para ayudar a los damnificados por las inundaciones, para la compra de enseres a miles de familias que resultaron afectadas, o sea, nos da para que no nos falte presupuesto”, dijo el presidente.

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¿Se puede comprar una refinería con esos fondos?

Platicamos con Sarahí Salvatierra, investigadora del programa Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción y experta en fideicomisos de Fundar, para preguntarle qué ha pasado con la extinción de los 109 fideicomisos y si sería posible que desde el Fonadin se haya hecho la compra del Deer Park.

En primer lugar, habría que aclarar que el propósito de desaparecer los fideicomisos públicos era destinar esos recursos a la atención de salud por la pandemia, así como en la compra de vacunas, según el decreto presidencial que fue publicado en noviembre del año pasado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

La intención de desaparecer los fideicomisos tenía como objetivo acabar con la corrupción con la que se dijo que operaban, pues el destino de sus recursos era totalmente opaco. En octubre de 2020 prometió que iba a demostrar cómo operaban estos fondos, con esquemas de corrupción y opacidad. Hasta hoy no lo ha hecho, sin embargo.

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¿Qué pasa con los fideicomisos que se extinguen?

La Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito establecen que una vez extintos los fondos de los fideicomisos, se deben reintegrar los recursos a la Tesorería de la Federación para que el gobierno federal pueda hacer uso de esa bolsa. 

Sin embargo, este proceso es más complicado de lo que parece. En primer lugar porque en los contratos de algunos fideicomisos establecen que cuando finalicen, o se extingan,  “los recursos se utilizarán para cierto fin específico”, es decir, no podrían ocuparse para otros temas.

“No es tan sencillo como parece. A veces los recursos ya están comprometidos. Si son fideicomisos de infraestructura se invierten en bienes inmuebles y tienen que liquidarse para recuperarlos; depende de cada fideicomiso”.

El Fonadin, por ejemplo, tiene como objetivo apoyar el desarrollo de infraestructura del país, principalmente en las áreas de comunicaciones, transportes, hidráulica, medio ambiente y turística. Ahora los recursos de este fondo serán utilizados también para la inversión de la refinería Deer Park que Pemex adquirió.

Pero el tema es que el Fonadin todavía es un fideicomiso vigente, de acuerdo al último informe trimestral del Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 (PEP). Es decir, si los recursos para adquirir Deer Park se obtuvieron de esa bolsa, no se trata de un fideicomiso extinto, como había dicho el presidente, nos dice Salvatierra.

Hasta ahora aún hay incertidumbre sobre lo que va a suceder con los recursos de los fideicomisos que se decidieron extinguir, pues no se han dado avances de su proceso de extinción ni sobre cómo van a ser manejados esos recursos. El 30 de junio es la fecha máxima para que termine su extinción, y el decreto establece que una vez que se recuperen sus recursos podrían utilizarse hasta el próximo año fiscal, es decir, para 2022, de acuerdo con Sarahí Salvatierra.

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¿Y qué es la refinería Deer Park?

La refinería de Deer Park se formó como empresa conjunta en 1993 entre Pemex (50% de las acciones) y la petrolera multinacional Shell (50% restante), según su sitio web.

Desde entonces México invirtió recursos en Deer Park para procesar parte del crudo pesado del país, que suele ser un petróleo denso. La refinería en Deer Park tiene la capacidad para procesar 340,000 barriles de petróleo por día, con lo cual se producirán más combustibles como gasolina o diésel.

Esta capacidad de refinación es la misma que tendrá la refinería de Dos Bocas, ubicada en Tabasco, estado al sureste de México.

El gobierno federal presumió que con esta compra “seremos autosuficientes en gasolinas y diésel” para 2023, y no habrá aumentos en los precios de los combustibles.

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