No fue hasta el año 2000 que las mujeres pudieron ser reclutadas voluntariamente para cumplir con el servicio militar que desde 1942 es obligatorio para los hombres, de acuerdo a lo que señala la Ley del Servicio Militar promulgada en 1940 durante el gobierno del ex presidente Lázaro Cárdenas.
A pesar de que las mujeres solamente han podido participar en el Servicio Militar durante 22 años, la bancada de Morena en la Cámara de Diputados lanzó una propuesta de reforma desde la Comisión de Defensa Nacional para que también para ellas sea obligatorio cumplir con esta medida que implica adiestramiento militar, unirse a las fuerzas militares en caso de ser necesario y colaborar en el Plan DN III con el que se realiza ayuda humanitaria en caso de desastres naturales, como sismos, derrumbes e inundaciones.
La motivación de la iniciativa que fue presentada por la diputada morenista Laura Imelda Pérez, se respaldaba en el argumento de que obligar a las mujeres a unirse al servicio de armas ayudaría a alcanzar la equidad de género, sin embargo el día de su discusión en la Cámara de Diputados fue retirada del orden del día.
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Esto, gracias a la petición del morenista Miguel Carrillo Cubillas, ya que consideró que es necesario realizar un análisis más profundo de las implicaciones que esta modificación tendría en la Constitución.
Pero, ¿es necesario el servicio militar obligatorio?
Daira Arana Aguilar, experta en militarización y directora general de Global Thought -una organización mexicana que atiende asuntos internacionales- nos explicó que incluso muchos países se han cuestionado sobre la utilidad de esta medida que no ha demostrado tener beneficios para la ciudadanía.
“A la luz de cómo está el servicio militar al día de hoy en México, realmente la aportación social de este es mínima y, sobre todo, su vinculación a la pertenencia a largo plazo a las fuerzas armadas. El número de personas que ingresan a las fuerzas armadas a partir del servicio militar no es nada en comparación con el número de personas que hacen servicio militar”, nos dijo Arana.
En consideración de la especialista, el servicio militar es discrecional de acuerdo con las zonas donde se realiza, esto hace que existan diferencias en el entrenamiento y las actividades que realizan hombres y mujeres, por lo que no aporta necesariamente a la equidad de género.
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“Las preguntas tendrían que ir encaminadas a ¿realmente seguimos necesitando un servicio militar en las características que tiene de obligatorio para los hombres en México? Me parece que no”, acusó la directora de Global Thought.
Para la maestra en Relaciones Internacionales y especialista en temas de Estudios Estratégicos y Seguridad, Patricia Baranda Carmona, una de las características de la actual administración federal morenista, con el presidente López Obrador al frente, es precisamente promover la equidad de género de manera transversal, aunque no sea algo nuevo, pues se ha venido implementando desde hace años y las Fuerzas Armadas no se quedan al margen.
“En la Secretaría de Marina se han implementado códigos de ética y han recibido capacitación en torno a la equidad de género, donde de acuerdo con mi acercamiento, puedo ver más apertura hacia estos temas, aunque no quiere decir que no se haga por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional”, nos dijo.
Hay diferentes factores, sobre todo internacionales, que inciden en la implementación de la perspectiva de género, nos dijo la especialista.
Sin embargo, ¿qué tanto en los hechos -no en la norma- se aplica esta visión equitativa entre géneros?
“En la práctica es donde aún se encuentran resistencias. Al final de cuentas, son instituciones que tienen políticas de Estado, independientemente del partido que esté en el poder, estas instituciones mantienen una línea. Han habido algunos avances en estas instituciones durante esta administración en términos de la inclusión de las mujeres, pero aquí lo que está en debate es el tema de la militarización”, detalló Baranda.
Ahora, un tema importante es que a pesar de que el interés de las mujeres de integrarse a las Fuerzas Armadas ha aumentado en las últimas décadas, su participación en el servicio militar de manera voluntaria ha disminuído desde que se permitió la inclusión de las mujeres en el año 2000, explicó Patricia Baranda.
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Esto, nos dijo la especialista, responde a que en realidad cumplir con el servicio militar no representa ningún beneficio para este sector, que incluso, durante muchos años estuvo relegado al área de enfermería o administración dentro de las Fuerzas Armadas, aunque en las últimas décadas ha habido una apertura en otras tareas.
Aunque pudiera representar una opción de carrera para las mujeres jóvenes, el mismo rol que ejercen dentro de la sociedad mexicana les podría dificultar cumplir cabalmente con el servicio militar, pues en la realidad mexicana, muchas de ellas – a sus 18 años de edad- ya son madres o tienen un papel de cuidadoras de familiares en sus casas.
Sin embargo, la inclusión de las mujeres en las Fuerzas Armadas sí es necesaria, dijo Baranda, visto desde la utilidad del uso del “poder suave”, es decir la diplomacia, pacificación y respeto de los derechos humanos en instituciones que históricamente han sido lideradas por hombres y que, frecuentemente, tienen daños colaterales en las zonas de conflicto, agregó la experta.
El equilibrio que las mujeres representan en estas organizaciones que finalmente están destinadas a la defensa y salvaguarda de la ciudadanía -de origen ante amenazas del exterior o por catástrofes naturales- hace que sea necesaria su inclusión, pero no significa que la obligatoriedad del servicio militar para hombres ni para mujeres ayude a engrosar los cuerpos castrenses, ni a mejorar su actuación, concluyó la entrevistada.
