El 1 de septiembre de 2023 el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el primer viaje a bordo de un vagón del Tren Maya después de dar su quinto informe de gobierno desde Campeche. Esta obra que el presidente presumió con orgullo en su discurso como “la más importante que se está construyendo en el mundo” ha sido desarrollada sin planes, con falta de permisos y sin ninguna consideración por el ecosistema o los pueblos que ha destruído.
En 2018 el entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador se comprometió a no talar “ni un solo árbol” en la construcción de esta obra, sin embargo, a cinco años de estas declaraciones por lo menos 6,658 hectáreas en el sureste del país han sido deforestadas por el Tren Maya.
El 73.9% de este territorio no contaba con autorización de la Semarnat para ser deforestado, según el Centro Méxicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
Seguridad Nacional
El presidente ha blindado toda la información alrededor de la construcción del Tren Maya, el cual es considerado como una obra de seguridad nacional. El proyecto ha causado una lucha de poderes entre el Poder Ejecutivo y el Tribunal Supremo del Poder Judicial sobre el nivel de transparencia que debería haber sobre la obra.
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Sin embargo, el presidente se ha mantenido firme en su decisión de construir el Tren Maya en la oscuridad. “Tenemos que proteger las obras porque esos corruptos pueden pararlas”, dijo en su conferencia matutina del 19 de mayo de 2023
Esto ha complicado mucho el trabajo de activistas ambientales que se oponen a este proyecto.
El pasado 2 de agosto Carto Crítico, un proyecto civil que promueve la transparencia y el acceso público a la información socioambiental georreferenciada, publicó imágenes satelitales de la ruta del Tren Maya y las contrastó con los permisos emitidos por la Semarnat para mostrar cómo la mayoría de la obra se ha construído fuera de la legalidad y la magnitud de la deforestación.
Un capricho del presidente
La mala planeación ha caracterizado a esta obra desde un inicio, “no había un proyecto ejecutivo que planeara adecuadamente los pasos a seguir y se ha venido improvisando”, nos dijo Aarón Siller, director regional de la oficina sureste del CEMDA. Los cambios de ruta en varias ocasiones por inviabilidad técnica son “muestra de que no hicieron los estudios adecuados” antes de comenzar a construir, explicó.
La construcción del Tramo 5 del Tren Maya ha sido particularmente polémica. Inicialmente este tramo iba a ser elevado y en la carretera, pero tras la presión de empresarios el proyecto se metió a la selva y se comenzó a construir sobre el mayor sistema de cuevas sumergidas en el mundo.
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En la construcción de este proyecto “han venido destruyendo los ríos subterráneos, cuevas, cavernas que tardaron millones de años en desarrollarse y que son súper importantes para los flujos hidrológicos y mantener los mantos acuíferos”, nos explicó el director regional de la oficina sureste del CEMDA sobre la construcción de este tramo.
Pero a pesar de todos los obstáculos ambientales y técnicos la obra ha continuado por la presión del presidente para que este proyecto quede terminado antes del final de su sexenio. Más allá de desarrollar el sureste, detrás de esta obra está “querer dejar un monumento faraónico y querer marcar época”, nos comentó Siller.
Pasos de fauna
La deforestación es tan solo el primero en una serie de males que causará el Tren Maya, una de las consecuencias más graves que tendrá este proyecto será la fragmentación de hábitats en el sureste del país.
Se espera que a raíz de esto haya un deterioro genético en las flora y fauna de la región, se prevé que una de las especies más afectadas será el jaguar, la cual se encuentra en peligro de extinción.
A pesar de que la pérdida de hábitat es una de las mayores amenazas que enfrenta esta especie, la construcción del Tren Maya ha sido en el corazón de las regiones prioritarias para la conservación del jaguar, según el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés).
“El tren no va a destrozar la selva” dijo en 2020 el Dr. Javier Velázquez, coordinador científico del Tren Maya. La idea que presentaron era crear una especie de puentes llamados pasos de fauna que iban a conectar los ecosistemas y permitir que fluyeran todas las especies sin que ni el tren, ni las carreteras crearán islas.
Sin embargo, la realidad está muy lejos de lo que en su momento se prometió y “los pasos de fauna son unos drenajes”, nos dijo Aaron Siller.
Neocolonización Maya
La promesa del Tren Maya era desarrollar el sureste del país, una zona que concentra mucha pobreza y marginación. Pero los beneficios de la obra para los pueblos que atraviesa el tren no están claros y las afectaciones son muchas.
Los pueblos mayas, de donde obtiene su nombre el proyecto, han sido despojados de sus tierras y hasta ahora no han visto ningún beneficio. Aarón Siller nos explicó que a las comunidades mayas no se les han dado los servicios que se les prometieron, muchas han sido desplazadas y realmente no parece haber un plan para el desarrollo de los pueblos.
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“No estamos en contra del desarrollo pero sí en contra del subdesarrollo”, comentó el representante del CEMDA, “la gente que está en los pueblos no tiene capital ni créditos para que ellos sean quienes desarrollen el sureste (…) básicamente se está abriendo un nuevo mercado al capital para que siga habiendo esta neocolonización de la gente Maya como pasa en el norte de Quintana Roo con los hoteles”, explicó.
Habemus Tren Maya
El presidente ha informado que el proyecto se inaugurará en diciembre de este año. En su quinto informe de gobierno destacó la “dimensión económica, ecológica, turística y cultural” de este proyecto y aprovecho para “agradecer a las empresas, porque han cumplido, están haciendo un trabajo de muy buena calidad”. Para muchos expertos, esta obra quedará como testimonio de la corrupción, ilegalidad, explotación ambiental, violación al Estado de derecho y falta de palabra que ha caracterizado al sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
