Antonio Guterres: diplomacia entre pistoleros

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El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, realizó una gira diplomática por Moscú y Kiev y ha recibido una cantidad importante de críticas. Desde el principio Guterres, quien como secretario general no tiene la obligación de hacer diplomacia entre países en conflicto, anunció que el objetivo de sus reuniones era acordar la coordinación entre la Cruz Roja Internacional, la ONU y ambos gobiernos para otorgar asistencia humanitaria y garantizar corredores humanitarios en diversos puntos de Ucrania, especialmente Mariúpol.

Una de las primeras críticas a Guterres surge del hecho de que visitó Moscú antes que Kiev. En un mundo en el que es más fácil tomar lado y aceptar emocionalmente la retórica de una sola de las partes en conflicto es también difícil entender por qué el Secretario General visitó primero a Vladimir Putin y Sergey Lavrov, el ministro de Relaciones Exteriores ruso. El objetivo de Guterres no es mostrar simpatía ni apoyo a ninguna de las partes –lo cual sí sería contrario a su mandato– sino tratar de convencer, especialmente al agresor, que permita la ayuda humanitaria que requiere el país agredido; las visitas en orden contrario lo hubieran imposibilitado.

Guterres también entiende que es prioritario poner fin al conflicto para no sacrificar una mayor cantidad de vidas de civiles, muy por encima de la asistencia militar que lo único que está consiguiendo es alargar el conflicto usando a Ucrania como lanzadera de ataque al gobierno ruso en donde los principales beneficiados son las productoras y distribuidoras de armamento estadounidenses Lockheed-Martin y Raytheon Technologies, así como de la europea BAE Systems.

Es importante tomar en cuenta que a diferencia del Consejo de Seguridad y la Asamblea General, el Secretariado no tiene facultades para intervenir en el conflicto y, a pesar de ello, Guterres ha sido cuestionado por no tomar una posición mucho más enérgica sobre la crisis. Esto puede representar costos personales para Guterres; recordemos que en 1996 los Estados Unidos vetaron la reelección de Butros Butros-Ghali como Secretario General de la ONU por no doblegar los esfuerzos de la ONU bajo el peso de la perspectiva estadounidense (entre otras cosas Butros-Ghali presidió la Cumbre por la Tierra de Río de Janeiro en 1992 y la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo en El Cairo en 1994).

De manera que la posición del Secretario General de la ONU no es sencilla. Guterres está tratando de hacer lo más difícil: interponer diplomacia entre pistoleros en un contexto donde tomar partido está siendo requerido por la mitad de las potencias en el mundo y es el espacio común que muchas y muchos han decidido compartir. Estos son tiempos difíciles para la diplomacia.

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