Claudia Goldin y la importancia de las mujeres en la economía

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Claudia Goldin, economista y profesora en Harvard, ganó el Premio Nobel de Economía por su trabajo sobre las mujeres en el mercado laboral y su explicación sobre qué está detrás de la brecha salarial. Goldin se vuelve así la tercera mujer en ganar este premio y la primera en hacerlo de manera individual. 

La politóloga Elinor Ostrom lo ganó en 2009, mientras que la famosa economista Esther Dufflo lo hizo por su trabajo sobre pobreza en 2019.

Al centro de la obra de Goldin están las mujeres y este premio no solo es un reconocimiento al extraordinario trabajo de esta, también es una muestra de que en la economía las mujeres, sus problemas y sus vidas importan. 

Una economista detective

Como Claudia Goldin misma narra en su ensayo The Economist as a Detective, su trabajo ha ido mucho más allá de las preguntas y modelos tradicionales que se encuentran en investigaciones económicas. En parte por sus propios métodos y en parte por sus sujetos de estudio –las mujeres, principalmente las mujeres casadas–, su labor no ha sido muy diferente a la de una detective

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De niña, Claudia Goldin estaba fascinada con la posibilidad de encontrar lo que nadie antes había logrado ver, soñaba con ser detective o tal vez arqueóloga. Eventualmente decidió llevar su curiosidad al campo de la microbiología y estudiar esta carrera en la Universidad de Cornell. Una vez en la universidad descubrió las enormes posibilidades que ofrecen las ciencias sociales y finalmente se graduó como economista en 1967

Las mujeres, ciudadanas de segunda clase en casi todas las culturas y a lo largo de la historia, han sido sistemáticamente ignoradas en todos los aspectos, incluyendo en los datos. El ser humano, en su eterna búsqueda del conocimiento ha documentado su existencia por milenios, sin embargo, las cifras sobre la vida de las mujeres son escasas y difíciles de encontrar.

¿Cómo vivía el hombre del siglo XVII?, ¿cuánto ganaba un obrero industrial en 1940?, ¿cuántas personas había en una ciudad? y ¿qué pensaba un hombre promedio sobre el New Deal del presidente Roosevelt en 1935?, son todas preguntas cuya respuesta se encuentra con facilidad. 

Sin embargo, ¿en qué trabajaban las mujeres casadas en 1930?, ¿cuántas horas trabajaban las mujeres dentro y fuera del hogar en el siglo XIX? y ¿cómo cambiaba la vida laboral de las mujeres después de tener hijos? Son preguntas mucho más difíciles de responder. Sobre todo en los años setentas, cuando Goldin entró a la academia primero como estudiante de posgrado en la Universidad de Chicago y después como investigadora y profesora en varias de las universidades más prestigiosas del mundo. 

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Estas grandes preguntas sobre el rol de las mujeres en la economía estadounidense la llevaron a pasar horas desempolvando cajas en archivos históricos y eventualmente a convertirse en lo que siempre había soñado: una detective.

La trampa de la familia

Gracias al trabajo monumental de Goldin hoy sabemos que la familia es el principal obstáculo laboral de las mujeres. Claro que hay muchos factores que contribuyen a la brecha salarial como la discriminación; sin embargo, la realidad es que el problema es estructural y mucho más grande que solo un montón de jefes sexistas. 

Si bien las mujeres en promedio tienden a ganar menos que los hombres, la diferencia en salarios se hace significativa cuando las mujeres comienzan a tener hijos. El trabajo no remunerado del hogar frena hasta a las mujeres más preparadas de alcanzar todo su potencial. 

En su último libro Career and Family: Women’s century-long journey toward equity Goldin explica que la mera naturaleza del mercado laboral impide que las mujeres crezcan al mismo paso que los hombres. Los trabajos mejor remunerados, son los más demandantes y las mujeres simplemente no pueden dejar de lado a sus familias como sí lo pueden hacer los hombres que recaen en sus esposas para asumir la administración del hogar. 

Esta idea de la mujer que lo tiene todo –una carrera exitosa y una familia hermosa– es un mito, en la vida real las mujeres tienen que sacrificar una, la otra o un poco de las dos.

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Otro de los grandes descubrimientos de esta autora es el rol que la píldora anticonceptiva tiene en la vida de las mujeres. En 2002 en su famoso artículo The Power of the Pill: Oral Contraceptives and Women’s Career and Marriage Decisions la economista encontró que el acceso a esta pastilla entre mujeres solteras tuvo un efecto positivo en la carrera de estas y aumentó la edad a la que se casaban. 

Las mujeres mexicanas

Si bien el trabajo de Goldin se basa principalmente en datos de mujeres estadounidenses, sus hallazgos reflejan una realidad generalizada entre todas las mujeres del mundo

En México la situación no es muy diferente, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el salario de los hombres fue 53% mayor al de las mujeres en 2022. 

Cuando se observan detenidamente los números puede notarse que esta brecha va creciendo conforme avanzan los años. En el grupo de edad de 12 a 19 años de edad los hombres ganan 42% más que las mujeres, mientras que 40 años después en el grupo de edad de 60 años los hombres ganan casi 70% más que las mujeres. 

¿Qué sucede entre los 19 y los 60 años en la vida de las mujeres? Usualmente los hijos. Mientras que el salario de los hombres aumenta conforme lo hace su número de hijos –hasta cierto punto–, el salario de las mujeres ve el efecto contrario. 

Los hombres sin hijos ganan 26% más que las mujeres sin hijos, mientras que los hombres con 3 o más hijos reciben el doble de sueldo que las mujeres con la misma cantidad de hijos. 

Las mujeres representan más de la mitad de quienes estudian la universidad, cada generación de mexicanas sale más preparada y educada que la anterior, sin embargo, la educación no las exime de la brecha salarial. 

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La diferencia salarial entre las mujeres y los hombres con posgrado –completo o incompleto– en 2022 fue de $32,887 pesos al trimestre. Por una parte la autoselección –otro gran problema en México– lleva a las mujeres a estudiar en promedio carreras peor pagadas que los hombres, pero por otro lado está el hecho de que en algún momento en un matrimonio alguien tiene que poner primero la carrera de su pareja y esta persona usualmente es la mujer. 

Sin un sistema de cuidados, estancias infantiles, ni escuelas de tiempo completo es imposible que las mujeres mexicanas alcancen todo su potencial en el mercado laboral, y sin las mujeres mexicanas en el mercado laboral es imposible que la economía mexicana alcance a su vez todo su potencial. 

Un Nobel histórico

Claudia Goldin es una pionera en todos los sentidos, fue la primera mujer en obtener un puesto permanente en el departamento de economía de la Universidad de Harvard y ahora se convierte en el primer Nobel individual en economía otorgado a una mujer. Tanto su obra como su método la han convertido en un ejemplo de innovación, rigor y dedicación para las futuras generaciones de mujeres en la academia.  

“Sin importar lo que investigues, escoge un tema (en teoría o en la realidad) que te apasione. Te irás a dormir con él y despertarás con él, más vale que lo amas o te odiarás a ti misma. No puedo enfatizar lo suficiente esto. Yo se que habrá momentos cuando trabajes en temas porque están de moda, porque llenan un nicho o porque parece que garantizan publicación, pero tu cerebro no durará mucho si solo “juegas el juego”. Debes anhelar las respuestas a las preguntas que planteas. 

CLAUDIA GOLDIN, 1998 EN THE ECONOMIST AS DETECTIVE.

No se puede solucionar lo que no se conoce y por siglos las mujeres han sido invisibles en los datos y en el estudio económico. Un mundo más justo solo será posible si todas y todos somos miembros equitativos de la sociedad y gracias a Claudia Goldin estamos mucho más cerca de lograrlo.

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