Una nueva estafa que involucra contenido de carácter sexual victimizando a adolescentes está de moda en redes sociales en EU.
La agresión comienza con un mensaje simple y una solicitud de amistad a través de Instagram, alertó este reportaje del Wall Street Journal.
Aunque este tipo de estafa comenzó a registrarse hace algunos años, no fue sino hasta este 2023 que se disparó, de acuerdo con datos del Centro Nacional de Infancias Extraviadas y Explotadas de EU (NCMEC, por sus siglas en inglés).
En todo 2020 la organización recibió menos de 10 reportes, pero en 2022 registró más de 10,000 casos. En 2023 la cifra se disparó y ya suma 12,500 reportes.
El uso de plataformas virtuales para estafar a jóvenes y extorsionarlos no es nuevo. En esta nota te platicamos sobre cómo los casos de delitos que involucran la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes comenzaron a aumentar desde la pandemia de COVID-19 en 2020.
Datos de la Interpol sobre Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (ESCNNA) revelan que en 2020 alrededor de 23,564 menores en todo el mundo fueron víctimas de este delito.
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Hasta septiembre de este año, este mismo organismo reportaba 35,878 casos para dar un promedio de 12 víctimas diarias. Es decir, en sólo tres años el delito aumentó 65%.
Todo empieza con una inocente solicitud
Era julio de 2023 cuando un adolescente identificado como John Doe, de 15 años de edad que vive en Massachusetts, se percató que un perfil con la foto de una chica comenzó a seguirlo en Instagram. En reciprocidad, él comenzó a seguirla.
El niño no conocía a la supuesta chica, sin embargo no le pareció extraño recibir mensajes de ella. Durante algún tiempo comenzaron a intercambiar mensajes y se contactaron a través de Snapchat, una red social que se popularizó en 2013 por su principal característica: eliminar fotos compartidas luego que el otro usuario las abría. Esta funcionalidad la volvió un medio que utilizaban los adolescentes para compartir contenido sexual.
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En esa plataforma, la supuesta chica compartió con el adolescente una foto en la que estaba desnuda. A cambio, pidió una foto en la que el joven estuviera desnudo. John envió la fotografía. Lo que siguió fue la extorsión. A través de un mensaje le pidieron 200 dólares, de lo contrario su imagen sería compartida con todos sus seguidores de Instagram.
El chico entró en pánico y transfirió a través de la aplicación Apple Cash 30 dólares, después 40, más tarde 25. La madre de John recibió notificaciones de las transferencias y preguntó a su hijo qué era lo que ocurría. El muchacho le contó lo que pasaba. Aparentemente una persona que se hacía pasar por una adolescente lo estaba extorsionando.
Lauren Coffren, directora ejecutiva de NCMEC, declaró al rotativo estadounidense que los varones son más propensos a compartir contenidos de índole sexual que las mujeres, por lo que es más fácil chantajearlos.
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“La respuesta inmediata es: ‘voy a destruir tu vida si no me pagas’”, señaló.
De acuerdo con el reportaje de Wall Street Journal en este nuevo modus operandi las personas detrás de perfiles falsos están solicitando dinero, en lugar de más desnudos, lo que habitualmente piden depredadores sexuales escondidos en las redes sociales.
“Incluso en casos en los que los adolescentes no caen en la trampa, los estafadores amenazan con crear desnudos de ellos generados por Inteligencia Artificial”, alerta la publicación.
Este tipo de extorsión ya también ha cobrado vidas. Según el NCMEC, más de una docena de adolescentes en EU se han suicidado tras ser víctima de esta estafa.
Snapchat, la red “cool” no apta para papás y mamás
La popularización de Snapchat está relacionada con un grupo de edad que ha ayudado a explotar otras redes sociales: los adolescentes.
Mientras Facebook se convirtió en un espacio en el que estaban los padres, madres y tus tías, en la que compartían contenidos más familiares, Snapchat se volvió ese espacio en el que los adolescentes podían interactuar con otras personas de su misma edad.
“Hay dos cosas que son muy ciertas cuando se trata de adolescentes. La primera: no es nada ‘cool’ estar en el mismo club que tu mamá; la segunda: quieres cerrar tu cuarto con llave”, señala el empresario Gary Vaynerchuck en este artículo en el que analiza el éxito de esa red social.
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“Snapchat fue la respuesta a ambas necesidades. Los padres y madres empezaron a unirse a Facebook en hordas, por lo que los adolescentes querían irse a un nuevo lugar y la función de desaparecer fotos fue esencialmente lo mismo que colocar un letrero de ‘No molestar’ en la puerta”.
La red social creada en 2012 por Evan Spiegel, un estudiante de la Universidad de Stanford, suma 750 millones de usuarios activos cada día en todo el mundo y está en el Top Ten de las plataformas de redes sociales más utilizadas.
Datos de la compañía revelan que más de 5 billones de contenidos son creados diariamente para la plataforma, en la que los usuarios pasan alrededor de 30 minutos todos los días.
Pero la red, como otras plataformas sociales que detallamos en esta nota, está siendo utilizada por delincuentes que suplantan identidades y buscan atacar a los usuarios.
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Una encuesta que Snapchat realizó entre más de 6,000 adolescentes y adultos jóvenes en EU y otros cinco países arrojó que 65% de los entrevistados dijo que ellos o amigos fueron víctimas de estafas en las que los atacantes obtuvieron imágenes explícitas o información privada para después recibir amenazas de que esto sería filtrado a familiares y amigos. La encuesta indica que la mayoría de las víctimas fueron varones, detalla el WSJ.
Las personas más jóvenes son las más vulnerables
Pero esos delitos calificados como ESCNNA no solamente afectan a adolescentes. Por el contrario, mientras más jóvenes son las víctimas, más severo es el abuso, alerta la Interpol.
Un estudio que realizó en conjunto con ECPAT Internacional, una organización con presencia en 100 países dedicada a acabar con la explotación sexual infantil, permitió identificar que más del 60% de las víctimas de este delito eran preadolescentes y menores de menos de 5 años de edad.
El documento señala que en 84% de las imágenes recabadas se detallaban contenidos de actividad sexual explícita. Los casos de abuso más fuertes eran en contra de varones y el 92% de los delincuentes eran hombres.
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La Interpol tiene ocho pasos para identificar y auxiliar a víctimas de ESCNNA. El primer paso es cuando la víctima es abusada; en el segundo, el agresor obtiene contenido sexual explícito, lo que documenta el abuso; el tercer paso ocurre cuando el agresor publica o comparte el contenido a través de redes sociales o internet, o que da lugar al cuarto paso, en el que el material es descubierto por la policía.
En el quinto paso, autoridades comparten las imágenes con la base de datos elaborada por la Interpol y solicitan apoyo; para el sexto paso comienza a desarrollarse una investigación en la cual se analizan pistas que permitan dar con las víctimas; el séptimo paso es la identificación de las víctimas. Finalmente, una vez identificadas las víctimas se les pone a salvo, se remueven los contenidos del entorno digital y se busca y aprehende al agresor.
En México, 2.9 millones de adolescentes fueron víctimas de ciberacoso
De acuerdo con datos del Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2.9 millones de personas entre 12 y 17 años de edad fueron víctimas en nuestro país de algún tipo de acoso a través de redes sociales e internet.
Esto significa que 22.6% de personas usuarias de internet en el mismo rango de edad fueron victimizadas por agresores que las acosaron, les enviaron contenido sexual no solicitado, les pidieron imágenes explícitas o las amenazaron.
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El MOCIBA indica que 27.3% de las mujeres fueron víctimas y el 18.2% de los varones reportó agresiones.
“Una de cada 19 personas adolescentes de 12 a 17 años en el país recibió insinuaciones o propuestas de tipo sexual que le molestaron a través de teléfono celular o internet en 2022 (5.4%), elevándose así a 703,000 el número de mujeres y hombres adolescentes que fueron víctimas de ciberacoso sexual en México en este periodo”, señala la encuesta.
La encuesta arroja que 127,000 personas de 12 a 17 años en México fueron víctimas de publicación, venta, intercambio o distribución de imágenes, audios o videos de contenido íntimo sexual reales o simulados sin su consentimiento en 2022.
Además una de cada 16 personas recibió por teléfono celular o internet fotos o vídeos de contenido sexual que le molestaron durante 2022 (6.1%). En total, 800 mil adolescentes fueron víctimas de esta forma de violencia.
Por género, 9.2% de las mujeres recibió contenido sexual a través de teléfono celular o internet, mientras que 3.3% de hombres fue objeto de este tipo de acoso.
¿Qué hacer para evitar ser víctima de extorsión sexual en redes?
La primera acción, según expertos, es mantener comunicación con los jóvenes y niños y alertarlos sobre este tipo de estafas en redes sociales para que sepan reconocerlas.
Los padres de familia deben hablar con claridad y aconsejar a los jóvenes y niños a NO COMPARTIR contenidos explícitos con nadie y proporcionarles herramientas para que puedan actuar, por ejemplo, bloqueando a quienes les soliciten este tipo de materiales y reportando el incidente en la plataforma en la que haya ocurrido.
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Otra medida es tener contraseñas robustas en los accesos a redes sociales para evitar que estas sean hackeadas. De esta manera se evita que los delincuentes y depredadores accedan a contenidos privados e información personal que podría ser utilizada para extorsionar. De igual manera, lo más aconsejable es mantener las redes sociales con una configuración de privacidad y admitir solamente a personas conocidas.
En caso de que tú o una persona que conozcas sea víctima de una extorsión de carácter sexual, lo más importante es mantener la calma y reportar la agresión a la red social y a las autoridades competentes. En EU, el NCMEC incluso tiene una línea de ayuda y una plataforma que permite eliminar de internet contenidos sexuales explícitos de adolescentes y otros recursos para personas mayores de 18 años que se encuentren en esta situación.
