En una audiencia esta semana con el Comité de Justicia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la administradora general de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), Anne Milgram, presentó un reporte de ocho hojas en las que describió los operativos de la agencia, sus objetivos y habló principalmente del fentanilo, la droga que es considerada la más reciente amenaza para EU.
En la casi hora y media que duró su comparecencia, Milgram habló una y otra vez sobre China y México. La funcionaria señaló a esos países y a dos cárteles de la droga mexicanos en específico, al Cártel de Sinaloa y al Cártel de Jalisco Nueva Generación, como los responsables de la epidemia a causa del abuso del opiáceo sintético que a diario provoca la muerte de 200 estadounidenses por sobredosis.
Sin embargo, Milgram evitó mencionar el rol de los propios estadounidenses en el tráfico de la droga sintética.
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Pero datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU (CBP, por sus siglas en inglés), revelan que en 85% de los aseguramientos de esta droga han sido detenidos ciudadanos estadounidenses.
En un encuentro con el embajador de EU, Ken Salazar, el representante de México en EU, Esteban Moctezuma, destacó este dato.
“Estamos viendo que en 85% de las incautaciones en la frontera que ha hecho el CBP quien transporta la droga no son los migrantes, son ciudadanos americanos”, dijo.
En tanto, la Comisión de Sentencias de EU muestra que entre 2017 y 2021 el 86% de los detenidos por traficar fentanilo fueron ciudadanos estadounidenses.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad de EU, los cárteles mexicanos de la droga rutinariamente utilizan y reclutan a estadounidenses para introducir la droga en este país. Quienes realizan este trabajo ni siquiera ocupan altos niveles en la jerarquía de las organizaciones criminales, sino son ciudadanos comunes y corrientes.
Esta tendencia no es nueva. Se trata de una práctica rutinaria entre algunos estadounidenses. Dos personas, cuya identidad se reserva por cuestiones de seguridad, nos relataron que ocasionalmente en la primera década del 2000 introdujeron droga a EU, aunque no fentanilo.
“Lo hice unas tres o cuatro veces. Iba a Tijuana, compraba principalmente cocaína y éxtasis y después lo ofrecía a compañeros de la universidad. Era una manera de obtener un poco extra de dinero”, nos dijo una de las fuentes.
La fuente, un hombre blanco caucásico, apuntó que jamás fue sujeto a ningún tipo de revisión.
La otra fuente dijo que como un “favor” a un amigo mexicano en dos ocasiones entregó paquetes de mariguana a personas que presumiblemente estaban coludidas con cárteles de la droga.
Las entregas las hizo en Logan, un barrio de San Diego ubicado a 26 kilómetros de la frontera con Tijuana.
El hombre también era un blanco caucásico.
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El fentanilo, un nuevo ariete contra migrantes
Cuestionada por la diputada Lucy McBath sobre la narrativa que estigmatiza a los migrantes, señalandolos como quienes introducen esa droga a EU, la encargada de la DEA, Anne Milgram, evitó profundizar sobre la participación de estadounidenses en el tráfico del opiáceo en territorio de EU.
“La crisis del fentanilo tentativamente se utiliza como una manera de satanizar a los migrantes. Como representante de uno de los distritos más diversos del país ¿puede aclararle a la ciudadanía quién exactamente trae estos productos a nuestras comunidades?”, cuestionó McBath, representante por el estado de Georgia.
La respuesta de Milgram fue ambigua y arremetió en contra de los cárteles mexicanos de la droga, aunque reconoció que en la última milla, expresión utilizada para referirse a la distribución final de un medicamento o droga, hay ciudadanos estadounidenses involucrados.
CBP señaló que 84% de las 6.3 toneladas de fentanilo incautadas en la frontera con México en el año fiscal 2022 fueron detectadas en puntos de entrada donde agentes revisan vehículos comerciales y de pasajeros.
Al respecto, en febrero pasado, el titular de Seguridad Nacional de EU, Alejandro Mayorkas, dijo que es falso que los migrantes estén involucrados en el tráfico de fentanilo.
“Es inequívocamente falso que el fentanilo lo estén trayendo a EU personas que están pidiendo asilo. La gran mayoría busca introducirse a través de puertos de entrada en camiones de carga y vehículos de pasajeros”, afirmó.
Una crisis con aristas multinacionales
La epidemia de muertes por el abuso de fentanilo ha disparado las alertas en EU.
Entre octubre de 2022 y junio de 2023, la DEA ha asegurado casi tres toneladas de fentanilo y más de 46 millones de pastillas pirata que contienen esta droga. Pero el tráfico es mucho mayor. La CBP por sí sola ha incautado en ese mismo periodo 10 toneladas de fentanilo en comparación con las 6 toneladas decomisadas entre octubre de 2021 y septiembre de 2022.
Datos de la CBP muestran que de una lista de nueve drogas, el fentanilo es la única que registra un incremento con respecto al año anterior, mientras que los decomisos de marihuana y cocaína, por ejemplo, han descendido.
“Los estadounidenses están enfrentando la crisis más devastadora por el uso de drogas en la historia de la nación. No se parece a nada que hayamos visto antes. Esto es porque una sola droga, el fentanilo, ha transformado el panorama. Producir fentanilo es barato, es fácil disfrazarlo y es mortal para quienes lo toman. Sólo dos miligramos, el equivalente a unos cuantos granos de sal, pueden matar a una persona”, dijo Anne Milgram en su más reciente comparecencia.
El fentanilo ya es la principal causa de muerte para estadounidenses de entre 18 y 45 años de edad con más decesos que el terrorismo, accidentes de tránsito, cáncer y COVID-19, según la DEA.
La agencia antidrogas de EU responsabiliza a México y a China -de donde muchas veces se obtienen los precursores químicos legalmente como te explicamos en esta nota– de esta crisis.
En marzo pasado, legisladores republicanos acusaron que México no está haciendo lo suficiente para impedir que el estupefaciente llegue a EU.
En su conferencia matutina del pasado 9 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió al legislador republicano Dan Crenshaw, quien mediante una iniciativa en la Cámara de Representantes busca que el Ejército de EU intervenga en México para frenar a los cárteles de la droga.
AMLO consideró que la andanada de legisladores republicanos que plantearon una intervención militar es parte de la guerra electoral en EU, como te lo contamos en esta nota.
Como respuesta, dijo, el gobierno federal emprendería una campaña para que ningún mexicano vote por candidatos republicanos en las elecciones que se celebrarán en Estados Unidos en 2024.
“Si no cambian su actitud y piensan que van a utilizar a México por sus propósitos propagandísticos, electoreros, politiqueros, nosotros vamos a llamar a que no se vote por ese partido por intervencionista, inhumano, hipócrita y corrupto”, dijo AMLO.
“Lo que dijo ayer este senador no lo admitimos, a México se le respeta, no somos un protectorado, ni una colonia de Estados Unidos, México es un país libre, independiente, soberano, no recibimos órdenes de nadie, aquí mandan el pueblo de México”.
En tanto, el 13 de marzo, en una reunión que sostuvo con el embajador de México en EU, Esteban Moctezuma, y los 52 cónsules mexicanos en ese país, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, lanzó la campaña en defensa de México.
El plan, de acuerdo con el canciller, consistía en movilizar e informar a la población mexicana en EU, por lo que instruyó al personal diplomático a difundir materiales informativos en las sedes diplomáticas de México y en medios de información.
“No vamos a permitir que atropellen a México”, dijo Ebrard.
Desde entonces han ocurrido reuniones entre autoridades de primer nivel de EU y el gobierno mexicano. Incluso en la Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada en enero de 2023, los presidentes de México, EU y el primer ministro de Canadá se comprometieron a abordar la amenaza del fentanilo para Norteamérica. El resultado fue la creación del Comité Trilateral de Fentanilo.
Este organismo sostuvo una reunión el pasado 25 de julio. En el encuentro estuvieron la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Rosa Icela Rodríguez; la asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Elizabeth Sherwood-Randall -quien el 24 de julio se reunió con el presidente López Obrador- y la asesora de Seguridad Nacional e Inteligencia de Canadá, Jody Thomas.
En el encuentro los tres países se comprometieron a reforzar sus medidas para impedir el tráfico de fentanilo. México insistió en que el país es solamente un lugar de paso de la droga sintética y no un productor de fentanilo como acusa la DEA.
Dentro de los compromisos, México, Canadá y EU publicarán información sobre las acciones que están tomando contra el tráfico de fentanilo antes de la próxima reunión que se celebrará en Canadá previsiblemente en septiembre.
En junio, el Ejército incautó una cantidad récord de 1,700 kilos de fentanilo y destruyó 1,740 narcolaboratorios donde se producían drogas químicas.
Sin embargo, en el reparto de culpas EU es renuente a aceptar el papel que juega como el más grande mercado mundial de drogas ilegales.
