¿Cómo quedan el INE y la democracia tras la Revocación de Mandato?

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La doctora en Ciencias Políticas Karolina Monika Gilas nos dijo que después de la consulta de Revocación del Mandato que se realizó el pasado 10 de abril, el INE se lleva un balance muy positivo “a pesar de todas las limitaciones y problemáticas, el INE hizo su trabajo y lo hizo bien”. 

La experta, quien es integrante del Observatorio de Reformas Políticas de América Latina del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, señaló que México está “en un momento complicado de nuestra democracia, bastante lejana de la perfección”.

En entrevista, la investigadora precisó que las mayores debilidades de la democracia se encuentran en mejorar las condiciones de vida para toda la población. Esto, porque existen enormes desigualdades sociales y altos niveles de inseguridad derivados de la corrupción, de la debilidad institucional para la impartición de justicia y a la fuerte presencia de organizaciones del crimen organizado. 

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En concreto, tenemos “un problema de implementación efectiva y completa del Estado de derecho”, acotó Karolina Gilas también integrante de la Red de Politólogas.

Además, de acuerdo con su análisis la falta de estabilidad institucional no permite a empresas, actores políticos y sociedad tener claras las reglas del juego, porque una de las características mexicanas son los cambios constantes de las leyes en diferentes ámbitos de la organización social.

“Tendemos a reformar nuestras leyes electorales por lo menos una vez por sexenio, a veces, en una medida menor, en otras, más profunda. Pero estos cambios también se observan en otros ámbitos de las políticas públicas como la educación, la salud o en las reglas de competencia en materia energética”, nos explicó.

Democracia en deterioro

La democracia en México está en deterioro, en parte debido a las acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador contra las autoridades electorales, contra la prensa y por la creciente desigualdad social, nos explicaron especialistas.

En estos tres años del sexenio del presidente López Obrador la democracia en México ha sufrido cierto deterioro por el “asedio a la autoridad electoral”, señaló el doctor en Ciencia Política Rodrigo Salazar Elena, profesor-investigador y coordinador del Laboratorio de Métodos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México (FLACSO-México). 

Las acciones del presidente han ido encaminadas a limitar la independencia de las decisiones del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE). Pero dicho acoso presidencial también se ha dirigido contra la libertad de expresión, la prensa y quienes se expresan críticamente hacia su gobierno, nos dijo el investigador en entrevista.

Para el analista, otro elemento que caracteriza la vulneración actual de la democracia desde el actuar del representante del Poder Ejecutivo es “la constante, abierta y cínica violación a la ley electoral”. 

El presidente acusa reiteradamente al INE y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de que no lo dejan expresarse, así “el mismo López Obrador desobedece ante los ojos de todo el país la ley electoral y acusa a las instancias legalmente encargadas de aplicar esa ley”, señaló Salazar Elena.

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Sanciones contra AMLO

El pasado 29 de marzo, por exigencia del TEPJF, el presidente tuvo que publicar en sus redes sociales una sentencia del Tribunal en la que determinó que hubo infracciones constantes por “la difusión de promoción personalizada y uso indebido de recursos públicos”, durante el mensaje a la Nación que dio el 1 de diciembre de 2021, por los tres años de su gobierno.

Lo anterior porque para esta fecha ya habían iniciado las precampañas electorales en Aguascalientes, Durango, Oaxaca y Tamaulipas, entidades donde el próximo cinco de junio se renovarán las gubernaturas (junto a Hidalgo y Quintana Roo). Y de acuerdo con la sentencia las leyes prohíben que se difunda propaganda gubernamental dentro de procesos electorales locales iniciados.

Ese mismo día, el presidente dio a conocer en su conferencia matutina que después de la consulta para la revocación de mandato, del pasado 10 de abril, enviará una propuesta de reforma electoral del INE y del TEPJF “para garantizar la democracia en México, que ya no haya jueces con actitudes tendenciosas en lo electoral; esto es, que no haya consejeros, que no haya magistrados que no tengan vocación democrática.”

Desde que arrancó su gestión y hasta diciembre pasado, el INE había emitido 85 procedimientos especiales sancionadores contra el presidente López Obrador. En una tercera parte de estos le ordenó no hablar de elecciones, consulta popular o de la revocación de mandato. Sin embargo, esto no ha detenido al presidente.

Como nos explicó Rodrigo Salazar “el INE y el Tribunal implementan y aplican la ley que es muy clara. Pero desde el punto de vista de López Obrador aplicar o no aplicar la ley es una cosa de voluntad, de querer. Ojalá un día lleguemos a una situación en que la sociedad no acepte esto de sus gobernantes”.

Tanto el INE como el Tribunal han resistido los embates de la Presidencia y esto es algo para valorar, destacó el investigador.

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Democracia electoral en deterioro

La revista británica The Economist registró en su Índice de democracia de 2021 una tendencia a la baja de la democracia en México, pues por primera vez desde 2006 (cuando comenzó el seguimiento) obtuvo 5.57, un puntaje por debajo de seis puntos en escala de 1 a 10, como lo reportamos en esta nota

Pero en los últimos 10 años, el puntaje de México ha tenido altas y bajas: 6.07, en 2020; 6.09, 2019; 6.19, en 2018; 6.41, en 2017, mientras que en 2010 y 2011 obtuvo el puntaje más alto que fue de 6.93. 

Las razones de esta calificación, según la revista, son que el presidente López Obrador continuó con sus esfuerzos por concentrar el poder en el Ejecutivo. En agosto pasado, “López Obrador dijo que buscaría una reforma integral de las autoridades electorales, ya que cree que están sesgadas en contra de su gobierno y dijo que están ‘al servicio de la antidemocracia’”. 

En su estudio la revista también destaca los ataques de AMLO a los medios de comunicación y que “se volvió cada vez más intolerante con los críticos, incluso entre sus aliados”. 

De igual forma, apunta que los altos niveles de violencia de los cárteles tuvieron un impacto en las elecciones de junio de 2021, lo que plantea riesgos crecientes para la democracia en México. 

Por todo esto, The Economist calificó la democracia en México como un “régimen híbrido” que se caracteriza porque las elecciones tienen irregularidades sustanciales que impiden que sean libres y justas. Esto incluye la presión del gobierno sobre los partidos y candidatos de la oposición. 

Además de que “la corrupción tiende a ser generalizada y el estado de derecho es débil. La sociedad civil es débil. Por lo general, hay acoso y presión sobre los periodistas, y el poder judicial no es independiente”.

En el estudio se sugiere que es probable que se produzca una mayor erosión de la democracia de México a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024.

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Detener la erosión de la democracia 

En México tenemos una democracia electoral. Para la doctora Karolina Gilas es una “democracia consolidada” porque aún la mayoría de las y los actores políticos aceptan las reglas electorales, las y los representantes son electas y electos por la por la vía de comicios, porque se respeta el sufragio universal y se garantiza cierto piso de equidad en las contiendas electorales. 

Estamos en un momento en que México tiene cierta fortaleza en sus instituciones, tanto del INE como del TEPJF, más allá de los intentos del presidente por vulnerarlos, por lo que se puede restablecer la democracia y detener su erosión “ese es el asunto”, insistió el investigador Rodrigo Salazar.

Y destacó un elemento a favor de la democracia mexicana: después de las elecciones intermedias de junio de 2021 tanto el presidente como su partido aceptaron estos resultados a pesar de que perdieron la mitad de la Ciudad de México, bastión de AMLO, y de que ganaron 11 de 15 gubernaturas que estaban en disputa.

“México todavía es un país democrático, pero ¿cuántos sexenios de este comportamiento no moderado (de sus gobernantes) puede aguantar la democracia mexicana? A lo mejor uno sí, pero dos quién sabe”, consideró finalmente Rodrigo Salazar.

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