Una de las herramientas más poderosas que tenemos es la información: la que se comunica, la que se oculta, la que se descubre y también la que confunde, como sucedió en días pasados cuando los medios y la ciudadanía estuvimos pendientes de la salud del presidente López Obrador y poco atentos a lo que se planeaba en el Senado de la República donde Morena y sus aliados aprobaron 20 reformas en lo que la oposición llamó “el viernes negro”.
Se podría pensar que es un mote exagerado por parte de los partidos que no coinciden con el proyecto de la 4T, pero debemos resaltar que para aprobar estas reformas el 28 de abril de 2022 se cambió de sede al recinto de Xicoténcatl, donde no acudieron las y los legisladores de la oposición ya que tenían tomada la tribuna del Senado desde un día antes.
Morena y aliados aprovecharon su mayoría simple para dar paso a las modificaciones a la ley que en gran parte fueron impulsadas por el mismo presidente, en una sesión nocturna apenas unos días después del regreso de López Obrador al ojo público tras reponerse de su tercer contagio por la COVID-19.
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Desde el gobierno federal se informó de manera descuidada y confusa sobre el estado de salud de López Obrador. Hubo poca información y opacidad por varios días, hasta que decidió grabar un video para asegurarle a “sus amigos y adversarios” que se encontraba bien. ¿Habrá sido esto una estrategia de distracción?
La Mañanera, mecanismo para imponer la agenda de los medios
Existe una teoría de comunicación que se llama establecimiento de la agenda o agenda-setting en inglés y estudia la influencia que tienen los medios de comunicación en la opinión pública, como cuando en una cena familiar se discute de las noticias que difundieron los periódicos y canales de noticias durante el día.
“Muchas investigaciones sobre la comunicación surgieron por intereses políticos; es decir, querían saber cómo convencer mejor a los votantes y qué pasaba cuando los votantes estaban expuestos a contenidos de tipo político. No fue un tema de hacer investigación porque les gustara hacerlo”, nos explicó Adriel Patrón, maestro en Teorías de la Comunicación, catedrático de la Ibero Puebla y de la Universidad Autónoma de Puebla.
Sin embargo, en México tenemos un fenómeno muy interesante: la conferencia matutina de López Obrador (la Mañanera) que dicta la agenda para los propios medios de comunicación, resaltó el especialista.
“Cuando el presidente sale y da una mañanera ya le puso una agenda a los medios, porque los medios lo que hacen en el transcurso de los días es hablar de lo que el presidente dijo. De manera personal no veo las mañaneras, me entero por los periódicos que vuelven a tratar el tema de lo que dijo el presidente. Está estableciendo una agenda”, resaltó.
De hecho, Luis Estrada, director general de la consultora SPIN-Taller de Comunicación Política reveló que menos del 1% de los 10,000,000 de seguidores que tiene el presidente López Obrador en su página de Facebook ve la conferencia matutina en 2023.
Ficciones en lugar de acciones
El análisis que hace Felipe Curcó, doctor en Teoría Política e investigador del ITAM, sobre el control de la comunicación que ha sostenido el gobierno federal -empezando con el presidente- es repetir un guión en todas las experiencias fallidas de gobierno.
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“No recuerdo un gobierno más fallido en tantos rubros prioritarios para el país en toda la historia de la nación. Lo resumiría en que el manejo de la información de este gobierno consiste en generar una cultura donde la idea es que los datos sean sustituidos por los relatos, las cuentas por los cuentos y las acciones por las ficciones”, acusó el especialista.
Curcó consideró que lo que ha hecho Morena, desde el inicio de su gobierno, es implementar una cultura hegemónica de la que nadie se salva, dirigida a dar la impresión de que está habiendo cambios y transformación.
“Esta cultura política y este manejo de la comunicación lo que ha logrado es generar la impresión de que ‘decretar es realizar’”, nos dijo el experto citando al periodista y analista político Jesús Silva-Herzog Márquez, “como si sus seguidores fieles (de López Obrador) pensarán que hay una fuerza mágica que produce una realidad donde hablar es hacer”.
El gobierno difunde un discurso seductor
Lo que estamos viviendo es una mentira de una nueva clase cuyo propósito ya no es engañar sino demostrar quién tiene el poder y eso es muy alarmante, nos dijo Curcó. Añadió que todo esto ocurre con una oposición que al final es cómplice.
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“Este gobierno heredó un país en bancarrota moral, judicial, destrozado. Pero el punto que me parece sensible es que por eso las personas de este país que hemos recibido tantos agravios, tenemos tantas cicatrices sin cerrar, que cuando se nos habla de justicia, de combatir la corrupción, estamos dispuestos y dispuestas a creernos todo”, destacó el investigador.
Es un discurso que seduce a una ciudadanía que espera poco porque poco ha tenido. Lo vemos claro con la negación de la problemática que tenemos sobre las carencias en la atención médica, la protección a las mujeres, los ataques contra periodistas y defensores de derechos humanos y en contra de las instituciones de transparencia como el INAI.
“Me parece indignante que el presidente salga a decir que este es el gobierno que más ha defendido la libertad de expresión cuando seguimos siendo el país más peligroso para ejercer el periodismo en el mundo. Más que países que están en guerra”, acusó el entrevistado.
El gobierno tiene la obligación de informar a la ciudadanía sobre sus acciones, del uso del presupuesto público y de las decisiones que se toman en el país. Y es nuestro derecho exigir que así sea y aprender a distinguir entre datos y fantasías.
