Lo que la represión de 1968 nos enseña sobre la libertad de prensa

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Al siguiente día de la masacre de Tlatelolco en 1968, los medios impresos de comunicación que circulaban en aquél entonces calificaron a los jóvenes que participaron en el Movimiento Estudiantil de “agitadores y terroristas”

Incluso al periodista Jacobo Zabludovsky se le atribuye la frase “Fue un día soleado”, al dar el reporte sobre los hechos ocurridos en la Plaza de las Tres Culturas, que dejaron un saldo de 44 personas muertas, aunque extraoficialmente la cifra rondaría entre 300 y 400. 

Aunque Zabludovsky nunca negó ni afirmó haber pronunciado esa frase, la cobertura mediática de los principales diarios y el reclamo del presidente Gustavo Díaz Ordaz al conductor de noticias por haber utilizado una corbata negra el 2 de octubre durante la emisión de Diario Nescafé, da cuenta del estrecho control que el Estado mexicano tenía sobre los medios y los periodistas

Al respecto, Jessica Alcázar, coordinadora de Derecho a la Verdad y Rendición de Cuentas de Artículo 19, una organización que promueve y defiende el avance progresivo de los derechos de libertad de prensa, nos explicó que en la década de los sesenta el sistema político mexicano se caracterizó por el férreo control que tenía sobre los medios de comunicación.

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Alcázar nos dijo que se trataba de un sistema con un partido hegemónico, el PRI, en el que la libertad de prensa era prácticamente nula, pues estaba alineada con los intereses del partido.

Por ello, la cobertura de los hechos ocurridos en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, mostraron importantes sesgos informativos.

“En aquellos años de violencia de Estado o ‘Guerra Sucia’ se caracterizan por tener un sistema opresor, un sistema autoritario donde la libertad de expresión y la libertad de prensa sobre todo estaba alineada con el sistema político mexicano o el poder hegemónico que existía, en ese entonces por el PRI, un partido único donde no había cabida de otras expresiones”, nos comentó.

Narrativa mediática 

Cuestione revisó las noticias de ocho columnas del 3 de octubre de 1968 y encontró que los medios impresos de comunicación impulsaron casi de manera orquestada una narrativa que criminalizaba a los estudiantes, a quienes en línea con la versión oficial del gobierno, acusaban de querer sabotear los Juegos Olímpicos que se celebraron en México ese mismo año. 

La información y cifras proporcionadas por los diarios de la época eran inexactas y la cifra de heridos, detenidos y fallecidos variaba de un medio a otro. Estos fueron algunos de los encabezados:

La Prensa
Balacera del Ejército con estudiantes
Este fue el único medio que mencionó al Ejército. En sus páginas centrales describe el enfrentamiento como una sangrienta batalla, pero no proporciona saldo de heridos o fallecidos.

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El Universal
Tlatelolco, campo de batalla. Durante varias horas terroristas y soldados sostuvieron rudo combate
El llamado Gran Diario de México calificó a los estudiantes como agitadores y terroristas. En su nota describe que el enfrentamiento se extendió hasta la madrugada y habla de 29 personas muertas, 80 heridas y mil detenidas. En sus páginas sostuvo que francotiradores atacaron a soldados que estaban en la Plaza de las Tres Culturas.

El Sol de México
El objetivo: Frustrar Los XIX Juegos. Manos extrañas se empeñan en desprestigiar a México
Sin matices, el medio afirma que personajes externos se infiltraron en el movimiento estudiantil para desprestigiar la imagen del país en el extranjero. ¿Te suena familiar?
Además señala que un general y 11 efectivos resultaron heridos, mientras que 2 soldados y más de 20 civiles fueron muertos principalmente por fuego de francotiradores.

Excélsior 
Recio combate al dispersar el Ejército un mitin de huelguistas
El periódico de la vida nacional obtuvo declaraciones de Fernando M. Garza, vocero del gobierno, quien afirmó que se había sofocado el foco de agitación que provocó el problema. El diario reportó 20 personas muertas, 75 heridas y 400 detenidas. 

Novedades
Balacera entre francotiradores y El Ejército, en Ciudad Tlatelolco
En su nota, el diario reproduce llamados del gobierno a los padres para cuidar y controlar a sus hijos. Señala que el fuego lo originaron francotiradores y reporta 25 personas muertas y 87 heridas.  

Vigilancia y control desde el gobierno

Jessica Alcázar, de Artículo 19, nos explicó que desde el poder no solamente se dictaban o revisaban líneas editoriales de medios de comunicación, sino que se ejercía presión, por ejemplo, con la distribución del papel para los medios escritos para que éstos no se opusieran abiertamente al gobierno. 

La experta, quien ha revisado los documentos de los Archivos de la Represión y de los Archivos de la Resistencia, que están en el Archivo General de la Nación, nos dijo que en la década de los sesenta el gobierno realizaba a través de la Dirección Federal de Seguridad, que era un cuerpo de espionaje del Estado, una detallada vigilancia de lo que se publicaba en los medios de comunicación y de los periodistas. 

Además también mantenían bajo la lupa a los movimientos sociales y estudiantiles, como el de 1968. 

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“Nos vamos a encontrar con un montón de documentación que hace un seguimiento puntual a los periódicos, que aunque estuvieran de cierta manera alineados editorialmente con el poder político, nos podemos dar cuenta que también hay un seguimiento de espionaje y muy puntual de lo que iban a publicar. Nos podemos encontrar con recortes de periódicos que nos hablan del seguimiento a los movimientos políticos de 1968 gracias a lo que reportan los periodistas”, nos dijo.

Alcázar señaló que entre los documentos hay registros de algunos periódicos a los que el Estado pidió de manera explícita omitir o abordar un tema desde una narrativa particular. 

El camino a una prensa libre

En medio de la represión, el cerco informativo y la campaña de desprestigio de la que eran objeto por parte del gobierno y medios de comunicación, el movimiento estudiantil y movimientos sociales de la década de los sesenta y los setenta construyeron medios de comunicación alternativos que abrieron la puerta a una mayor pluralidad en la información. 

A través de periódicos, revistas y medios alternativos los estudiantes y movimientos sociales difundieron tanto sus idearios políticos como información sobre eventos, marchas y acciones. 

Según Alcázar, esto evidenció las limitaciones de los periodistas y los medios de comunicación, que respondían al poder ya sea por conveniencia o por coerción, además de que permitió abrir el debate público  y entablar interlocución con otros sectores de la sociedad. 

“Vamos a encontrar una vida en el ejercicio del periodismo, de la libertad de expresión, por mérito propio, de las organizaciones estudiantiles que evidenció las limitaciones a las que estaban sujetos los periodistas o las líneas editoriales, ya sea por una situación de coerción por parte del Estado o un miedo al propio Estado de salirse de la línea editorial que estaba dictada por los gobiernos de aquél entonces”, nos explicó.

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Después del movimiento estudiantil de 1968 algunos medios comenzaron a ser un poco más críticos, sin embargo siempre mantuvieron la relación con el poder hegemónico, nos comentó la experta. 

“No era sencillo salir y tener una postura crítica desde la prensa, sin embargo sí hubo periódicos que lo hicieron”, nos relató.

“Había un seguimiento muy puntual a todas las personas periodistas, a todas las personas encargadas de la editorial del periódico y entonces estamos encontrando una lucha por la libertad de expresión y la libertad de prensa en 1968”. 

Los riesgos del autoritarismo y la falta de libertad de prensa

Los gobiernos con un partido único o hegemónico caen en abusos de poder y transgreden la libertad de expresión y la libertad de prensa, derechos que son elementales para construir y fortalecer un régimen democrático.

De acuerdo con Artículo 19, el control informativo que ejerció el gobierno mexicano entre 1968 y 1990 es un ejemplo de lo que puede ocurrir si se vulneran estos derechos

Jessica Alcázar señaló que la existencia de más medios de comunicación permite una mayor pluralidad y difusión de ideas e información, aspectos que permiten también la transparencia. 

“La libertad de expresión es un derecho nodular en los estados democráticos, entonces es fundamental que se permita el libre intercambio de ideas para entablar un diálogo racional entre los sujetos y las pluralidades y diversidades de una nación”, nos dijo.

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“Entre más pluralidad y más diversificación de la opiniones y diferencias tengamos de lo sucedido o de una realidad como tal, es más enriquecedor.  La importancia radica en la pluralidad en el ejercicio de que cualquier persona pueda expresar un intercambio de ideas de manera libre y que no sea perseguida por lo que piensa, por lo que publica, por las coberturas que hace, que no sea ejecutada o agredida”.

Las condiciones de represión a la prensa continúan hasta la fecha, y sigue siendo el Estado el principal perpetrador, detalla el informe del primer semestre de 2023 de Artículo 19 sobre la violencia contra periodistas.

El documento detalla que durante los primeros seis meses del año, la organización contabilizó  272 agresiones a medios de comunicación y periodistas, lo que equivale a una agresión cometida cada 16 horas. 

En su reporte, Artículo 19 indicó que las agresiones que más se han registrado fueron las intimidaciones y hostigamientos con 68 casos (25% del total), uso ilegítimo del poder público con 61 casos (22.43%), y amenazas, con 49 casos (18.01%). 

En el primer semestre de 2023 al menos tres periodistas han sido asesinados: Marco Aurelio Ramirez Hernandez el 23 de mayo, Luis Martín Sánchez Íñiguez el 7 de julio, y Nelson Matus Peña el 15 de julio. También se documentó la desaparición de Juan Carlos Hinojosa, el 6 de julio. 

Hay que evitar que se repita la historia.

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