Los muchos cambios de López-Gattel en la contingencia por el COVID-19

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Transformaciones en el discurso y la actitud.

Las cifras, los datos y la expansión del COVID-19 en México no es lo único que ha evolucionado en las últimas semanas. También ha cambiado el discurso de las autoridades que fueron asignadas para el manejo de la enfermedad a nivel nacional. Hemos visto una danza de cifras y tablas, que muchas veces dejan más dudas que certezas.

Cuestione consultó a expertos para entender las distintas etapas de Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y principal vocero del gobierno federal durante la contingencia sanitaria, tras ser elegido para reportar el diagnóstico diario del virus en el territorio mexicano.

“Las epidemias siguen trayectorias, claro, son eventos que de repente cambian de tendencia y esto provoca eventos que necesitan ser explicados a través de un cambio en el discurso. Está bien que cambien los discursos, pero ese cambio de discurso tendría que ser coherente al menos con los cambios de información”, dijo Andreu Comas, presidente del Comité de Investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Xavier Tello, consultor profesional en salud, farma y biotecnología, fue más crítico. Nos explicó que las autoridades de Salud pasaron de un discurso científico a un discurso “pobre y lamentable”.

Tello asegura que se han cerrado a los cuestionamientos. “Se ha tomado una posición de defensa ante lo que están haciendo, ‘yo soy el encargado de la pandemia’, ‘yo soy epidemiólogo y nadie tiene las credenciales suficientes para cuestionarme’. Todo el que hable mal, está en un error. No aceptamos criticas. No aceptamos nada”, dijo el biotecnólogo.

Las etapas de López-Gatell

  • Gatell científico

El primer caso de COVID-19 en México se dio a conocer el 28 de febrero, un día después de que el subsecretario Hugo López- Gatell, se presentó ante medios de comunicación para dar a conocer el esquema de información diaria que tendría el país sobre el avance del coronavirus, así como las herramientas con las que se combatiría. 

“El manejo tanto de las estadísticas, como del discurso durante la evolución del COVID-19 en México, se dio en varias fases. En un principio, lo que se estaba transmitiendo era la información que se tenía a la mano, y en ese momento parecía que se tenía una información confiable. Hasta que empezamos a distinguir que la información fundamentalmente tenía dos tipos: la de las pruebas que se estaban llevando a cabo, que después se supo que eran muy pocas, y las de los que realmente estaban infectados”, señaló el doctor Xavier Tello. 

Este fue el momento cuando los “memes” de López-Gatell y sus conferencias vespertinas comenzaron a ganar espacio en las redes sociales. Su popularidad iba en ascenso, al igual que la confianza que inspiraba en los datos que exponía ante los medios. 

  • “Gatell presidenciable”

 La falta de equipo para la protección del personal médico era un tema que estaba acaparando la agenda de los medios de comunicación en marzo y abril. Las protestas y los maltratos hacia los profesionales de la salud reflejaban que México no estaba preparado para enfrentar la expansión del coronavirus y sus consecuencias. 

En este contexto, las conferencias diarias del diagnóstico de COVID-19 encabezadas por López-Gatell cobraron más relevancia que, incluso, las mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, debido a la cantidad de funcionarios que podían contestar las inquietudes de la prensa y de la ciudadanía.

Como ocurrió el 30 de marzo, ese día Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, participó en el informe diario sobre el coronavirus. El objetivo era hablar de los recursos con los que contaba el país para enfrentar la contingencia sanitaria. 

Las reacciones en redes sociales por el manejo de esta crisis, colocaban a López-Gatell como un funcionario aspirante a un cargo público en un futuro y cercano a la presidencia.

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  • “Gatell Centinela”

Tanto expertos como la población mexicana cuestionaron al gobierno sobre la cantidad de pruebas que se aplicaban a los pacientes potenciales de COVID-19. Debido a estas críticas, López-Gatell se dedicó a explicó el modelo de cálculo epidemiológico que las autoridades de salud estaban aplicando para estimar la cantidad de contagios en el país.

Era el “modelo centinela”, cuyo diseño mexicano tenía un factor multiplicador de 8.2 la primera vez que lo expuso, lo que demostraba una cifra más alta de contagiados a través de este índice. 

Pero el modelo centinela dejó de estar vigente el 3 de mayo, ya que México había entrado a la Fase 3, es decir, al periodo con mayor número de contagios del SARS-CoV-2. Pronto, analistas de datos y expertos pusieron en duda los modelos y el sistema de conteo.

Respecto a estos cambios, el doctor Xavier Tello explicó que las dudas de la población en México (y en el mundo) sobre cómo se está manejando la epidemia, se deben a tres cifras que son inexactas: 

1.- “Tenemos un número inexacto de gente infectada”.

2.- “Tenemos una “curva” inicial que resultó inexacta” (que surgió por la aplicación del modelo centinela y no continuó así)

3.- “Y tenemos una proyección matemática que no se nos dice cómo está siendo calculada”. 

“Lo que hizo el subsecretario fue utilizar el modelo centinela, y tomar en cuenta todas aquellas enfermedades que no sean influenza para considerarlas como COVID-19, con lo que pensó que tendría un modelo matemático de proyección epidemiológica”, explicó el biotecnólogo.

Pero el modelo no funcionó. Xavier Tello detalló que los factores del fracaso de este método fueron dos: que el COVID-19 y la influenza son enfermedades muy diferentes; y que la red centinela sanitaria estaba conformada por muy pocos puntos de rastreo de la enfermedad, localizados en puntos que resultaron poco estratégicos y sin valor estadístico para un análisis certero.

  • Gatell vs los medios

 Después de que un medio de comunicación extranjero expusiera, a través de una entrevista a Hugo López-Gatell, que las cifras de contagio en México estaban subregistradas, los cuestionamientos hacia el trabajo de los medios de comunicación y los periodistas aumentaron.

Un ejemplo son las declaraciones de López-Gatell el 28 de abril, cuando informó que había una investigación para saber quién filtró la información sobre el resultado de la prueba de COVID-19 que se le realizó a Irma Eréndira Sandoval, secretaria la de Función Pública, y que fue publicado en un medio de comunicación. Sin ser su labor, aseguró que habría castigo para quien fuese responsable.

El diagnóstico fue entregado a la funcionaria el 20 de abril, y los resultados fueron filtrados cinco días después. El 27 del mismo mes, el noticiero de Ciro Gómez Leyva los hizo públicos y presentó una imagen de esta notificación, obligando a la Función Pública a emitir un comunicado para admitir el contagio del virus. 

“Cuando una figura pública tiene una enfermedad, se vuelve un asunto de notoriedad y se hace un enorme énfasis en cómo está y si se pudo haber contagiado y a cuántos contagió, y se filtra la foto y se hace todo un escándalo”, dijo López Gatell. 

Conforme el modelo centinela comenzaba a ser insuficiente para pronosticar el tamaño de la enfermedad en el país, las dudas sobre las cifras comenzaron a ser más específicas y las críticas de la prensa extranjera más agudas. 

El 8 de mayo, el día en el que el subsecretario y su equipo pronosticaron como el día de mayor contagios en el país, The New York TimesThe Wall Street Journal y El País, lanzaron tres artículos en los que cuestionaban la falta de pruebas aplicadas en México para el diagnóstico exacto del coronavirus.

Ante estas críticas, el llamado “Zar del COVID-19” en México contestó que le llamaba la atención cómo la prensa extranjera publicaba sus dudas sobre el modelo epidemiológico y la cantidad de pruebas aplicadas de manera “sincronizada”. La explicación del modelo fue el mismo y las peticiones de cifras fueron contestadas con declaraciones.

Uno de los últimos cuestionamientos a la labor de los medios por parte de López-Gatell, fue la del 19 de mayo, donde se refirió a la “legalidad” de los datos analizados por Mexicanos Contra la Corrupción (MCCI), en su investigación sobre el número real de muertes por COVID-19 en la Ciudad de México. También desestimó la investigación, asegurando que “ya se sabía”.

  • “Gatell político”

 El 16 de marzo, Hugo López-Gatell dio los primeros avisos de que el seguimiento que daría como autoridad técnica epidemiológica, tendría más tintes políticos que científicos. Durante la conferencia del presidente de la República, una reportera cuestionó al subsecretario de Salud sobre si las medidas sanitarias que AMLO estaba tomando eran las adecuadas, y él contestó:

“La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio. No tiene por qué ser la persona que contagie a las masas”, declaración sobre la que abundaría durante la conferencia y que después aclararía en el periódico La Jornada

De acuerdo con Andreu Comas, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, primero tuvo que ser muy didáctico en su discurso científico, lo que ayudó a que la población fuera más empática con las medidas de contención de la epidemia.

“Se tornó más político cuando lo empezaron a criticar. Él era muy didáctico y muy amable en el momento en el que nadie lo cuestionaba, era como si estuviera dando clases, pero en el momento en el que empezaron los medios a cuestionarlo, ¿cómo se comenzó a comportar?”, agregó.

La conclusión de ambos especialistas es que, lamentablemente, la población está normalizando que la epidemia de COVID-19 está subdiagnosticada y subregistrada, y permanece en sus casas, con la certeza de que es lo único que los puede ayudar, perdiendo confianza en el gobierno.

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