¿Un Congreso que no es contrapeso? Esto es lo que demostró la aprobación del Presupuesto

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El fin de semana pasado, la Cámara de Diputados, aprobó el Presupuesto de Egresos 2022 con 273 votos a favor, 214 en contra y cero abstenciones, un acto normal en el Congreso que sin embargo, mostró varias debilidades.

Y aunque de acuerdo con el conteo de la Legislatura el debate duró 42 horas diferidas a lo largo de la semana anterior, lo que menos hubo fue diálogo, pues a pesar de las reservas y los posicionamientos, al documento enviado por la Secretaría de Hacienda y revisado en las comisiones de Hacienda y de Presupuesto de San Lázaro no se le cambió ni una coma

“Nos debe llamar la atención que tal como fue aprobado en la Comisión de Hacienda, así fue aprobado por el Pleno. No sirvieron de nada el número de horas que se le dedicaron en la tribuna a tratar de mejorar las exposiciones”, nos dijo el abogado constitucionalista y presidente del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México (INCAM), Arturo Pueblita Fernández.

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Durante el debate y después de este, la oposición recurrió a la presentación de reservas, un recurso legislativo para tratar de modificar el dictamen. En total, se interpusieron 1,735 reservas, pero ninguna cambió nada.

Pueblita Fernández nos explicó que tantas reservas en realidad significan que no hubo consensos en la Comisión de Presupuesto, lo que redunda en un Congreso en el que no hay diálogo.

“Que hayan existido tantas reservas denota que no se lograron suficientes consensos en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Por eso los demás grupos parlamentarios e incluso legisladores del mismo partido en el gobierno deseaban tener una discusión más amplia”, nos comentó.

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“El tema de la gran cantidad de reservas queda en la anécdota, porque de eso, realmente no resultó nada en la discusión y aprobación final del Presupuesto”.

Pueblita dijo que en muchas ocasiones las reservas, a pesar de que pueden resultar útiles y son una herramienta parlamentaria, terminan convirtiéndose en la oportunidad para expresar una posición política por parte de los y las legisladoras. 

El experto señaló que estos posicionamientos políticos, más que buscar el diálogo con las fuerzas políticas, buscan llegar al elector para demostrar que los partidos tomaron o no decisiones para asuntos públicos de trascendencia, como el presupuesto.

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Mayorías parlamentarias no ceden espacios para el diálogo

Mariana Niembro, directora de la asociación Borde Político (que monitorea el trabajo legislativo), coincide con Pueblita en que el Congreso ha dejado de ser un espacio deliberativo donde se toman decisiones de política pública. 

Para ella, la razón de esto es que las mayorías por parte de un sólo grupo político se convierten en aplanadoras que no dan espacio a la negociación.

“Los circos que vemos en los plenos tienen que ver con que no hay capacidad de discusión en las comisiones, que es donde deberían estar modificando los dictámenes, en especial uno tan importante como el presupuesto”, nos dijo Niembro.

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El Congreso es la institución democrática por excelencia pues en él se refleja la pluralidad del país y lo más deseable es que las decisiones que ahí se toman “estén en el aire”, contrario a la situación actual en la que sólo se avalan medidas dictadas por el presidente y nos explicó que una forma de lograrlo es con un congreso donde ninguna fuerza política tenga mayoría pues eso obliga a negociar.

¿Es posible profesionalizar la labor legislativa?

La discusión del Presupuesto puso sobre la mesa un debate: ¿cómo puede dejar de ser el Congreso una “oficialía de partes” -como acusa la oposición para referirse a que sólo toman nota de lo que manda el Ejecutivo- y convertirse en un contrapeso?

Diversas figuras coinciden en que el Congreso será un contrapeso real solamente a través de la profesionalización, para lo que es necesario consolidar los centros de estudio, generar un servicio profesional de carrera en las áreas de técnica legislativa y fortalecer la transparencia. 

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La politóloga Melisa Guerra, integrante de la Red de Politólogas, el legislador local y ex diputado federal Waldo Fernández y la propia Niembro coinciden entrevistados por separado en esos tres puntos. 

Guerra va más allá y señala que existe una élite política que sí se ha profesionalizado.

“Hay un grupo, cuyos nombres conocemos todos, cuya principal actividad es ser políticos y ellos sí se han profesionalizado, pero constituyen una élite que vemos de un cargo a otro y de un partido a otro, lo cual es válido si se hace a partir de seguir una línea política y no al poder político”, nos dijo.

Y ahí radica uno de los principales obstáculos para la profesionalización; de acuerdo con Niembro y Guerra, el Congreso es un botín de los partidos, que se usa para pagar favores y colocar a perfiles cercanos y leales. 

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Incluso eso se observó entre el grupo de legisladores y legisladoras que obtuvieron la candidatura para reelegirse: se trató de perfiles avalados por los partidos en función de su lealtad y se castigó a perfiles como Martha Tagle, Lorena Villavicencio, Laura Rojas, todas legisladoras de diversos partidos que resaltaron por su apego institucional pero que resultaron incómodas por su independencia.

Guerra criticó que se den candidaturas por sorteo cuando los partidos no están cumpliendo su función constitucional de formar cívicamente a los ciudadanos y tampoco están creando cuadros políticos en su interior. 

Y otra vez, las entrevistadas coinciden: hay que democratizar a los partidos si queremos que los legisladores y legisladoras que se reeligen sean los mejores y no los más leales. 

Le preguntamos a Niembro qué debemos entender por contrapeso y explica que el Congreso no es un brazo ejecutor del Ejecutivo. Esto nos recuerda un ejemplo, mínimo, que contó Guerra en entrevista: la eliminación del IVA a productos de higiene menstrual se propuso desde la legislatura anterior por varias diputadas, entre ellas las incómodas enlistadas arriba. 

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Ellas no obtuvieron la reelección ni lograron que se eliminara el IVA. Pero este año, ese IVA, una demanda feminista, se eliminó porque así venía en el dictamen propuesto desde la Secretaría de Hacienda.

En materia presupuestal, explica Niembro, el papel del Congreso no es sólo avalar los recursos, sino fiscalizarlos, exigir al Ejecutivo que explique en qué se usa el dinero. 

En conclusión, las entrevistadas señalan que centros de estudio y áreas técnicas fortalecidas, cuyos nombramientos no dependan de la lealtad a grupos de poder, podrían realizar esas labores. Además, la elección de candidatos y candidatas al congreso mediante métodos democráticos y transparentes, son elementos esenciales para profesionalizar la labor legislativa.

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