La Secretaría de Relaciones Exteriores publicó con bombo y platillo que el gobierno mexicano y el canciller Marcelo Ebrard recibieron el reconocimiento denominado “Persona del Año”, otorgado por la Asociación para el Control de Armas (Arms Control Association).
El reconocimiento se debe a que la demanda por daños a fabricantes y distribuidores de armas estadounidenses, que el gobierno mexicano interpuso el pasado 4 de agosto, es “una nueva forma de responsabilizar a los actores deshonestos por su papel en la violencia causada por el tráfico de armas convencionales a través de las fronteras internacionales”.
Es importante aclarar que, aunque el anuncio en la página web de la cancillería no lo indica, el reconocimiento de la Asociación para el control de Armas es resultado de una votación pública en línea y no la decisión de algún comité de especialistas al interior de la asociación.
A pesar de ello, el brillo de la condecoración sirve para mantener atención sobre la demanda interpuesta por el gobierno mexicano después de que, a finales del mes de noviembre pasado, un grupo importante de productores de armas de fuego (incluyendo Smith & Wesson y Beretta USA) pidieron a un juez federal que desechara la demanda.
El argumento de las compañías que manufacturan armas es que la demanda es expresión de visiones opuestas con respecto a la posesión y portación de armas, que en el caso estadounidense es considerado un derecho constitucional. Se espera que el gobierno mexicano dé respuesta a los argumentos de las compañías a finales de este mes.
El reconocimiento tiene otros posibles niveles de relevancia. Primero, el gobierno mexicano ha utilizado el incremento de infecciones por variante Ómicron y ahora el reconocimiento al canciller para mandar al fondo de la atención pública el tema de migración.
Esto a pesar de que el Instituto Nacional de Migración declaró que se triplicó la cantidad de migrantes indocumentados transitando en territorio nacional y de que el Department of Homeland Security de EU reportó el 10 de enero haber regresado ya a 249 personas a territorio mexicano bajo el programa “Remain in Mexico”, que reinició operación bajo órdenes judiciales el pasado mes de diciembre.
El segundo nivel de relevancia que el reconocimiento puede tener es que Marcelo Ebrard sigue acumulando condecoraciones internacionales; recordemos que, en 2010, el ahora canciller fue nombrado “Alcalde del Mundo” por la City Mayors Foundation.
Ha sido en el ambiente internacional donde no sólo se le ha reconocido más sino en el que parece desenvolverse con mayor naturalidad. Esto puede abrir la puerta a que Ebrard busque una posición internacional una vez terminado el presente sexenio reduciendo la presión sobre la sucesión presidencial.
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