Los Negritos, el campo de exterminio en Michoacán que solía ser un paraíso para turistas

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La última geolocalización de los teléfonos celulares de unas personas desaparecidas llevó a la Fiscalía de Michoacán a Los Negritos, un lago de aguas azules y vapores humeantes localizado en una zona geotérmica de ese estado ubicada cerca de Jalisco y a unos kilómetros de una de las regiones más violentas del país.

Aunque el colectivo “San Pedro Cahro En Búsqueda De Ángeles” ya tenía indicios desde hace tres años de que ahí, debajo de la tierra y en las aguas del lago, había un nuevo capítulo del horror cotidiano de los desaparecidos en México, no fue sino hasta junio pasado que las autoridades comenzaron a rastrear la zona en busca de alguna de las miles de personas desaparecidas y no localizadas que reporta la Comisión Nacional de Búsqueda.

“Apenas comenzaron a escarbar, y los cuerpos comenzaron a salir”, nos cuenta Isis del Rocío Macías, coordinadora del colectivo que desde 2019 apoya a las personas que buscan a sus desaparecidos en esa región de Michoacán.

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Hasta el 20 de julio, los hallazgos de personas sin vida en el centro de exterminio de Los Negritos, como lo conoce la gente de esa zona de Michoacán, ya suman 26 personas, 11 de las cuales han sido identificadas.

Isis nos comenta que de las 11 personas localizadas, solamente 3 eran originarias de otros estados, pero todas ellas vivían en la zona, eran de Venustiano Carranza y de La Barca, en la frontera con Jalisco.

El número de personas muertas y enterradas en esa área puede ascender hasta 500, estima la coordinadora del colectivo “San Pedro Cahro En Búsqueda De Ángeles”, con base en los cálculos de las personas desaparecidas en la región, una zona de disputa entre cárteles del narcotráfico.

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“Es un predio demasiado grande, de entre 80 y 100 hectáreas. En 10 hectáreas ya se inició un barrido. Todo ha sido en colaboración con la Fiscalía. Ahora es una escena de crimen. Nuestra participación es colaborativa y más que nada es observar para que las víctimas tengan justicia”, nos cuenta. 

“También creemos que dentro del lago hay personas, pero es peligroso buscar”.

De sitio turístico a campo de exterminio

Enclavado en el kilometro 3 de la carretera Villamar-El Platanal, cerca del Lago de Chapala,  Los Negritos es un lago al que no se le conoce fondo, según habitantes de la región. 

El sitio está a las afueras de Villamar, un pueblito de casas de adobe del noroeste de Michoacán y lugar de nacimiento de la madre de Lázaro Cárdenas, del santo niño José Sánchez Del Río y de Rubén Leñero, quien dirigió a los Servicios Médicos del Distrito Federal de 1935 a 1942.

Isis recuerda que cuando era niña iba con su familia dos o tres veces por semana al lago a recoger barro con propiedades cosméticas o simplemente a pasear. 

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Los Negritos es también el hogar de aves migratorias y sus aguas azules contrastan con el humo que sale de distintos pozos y géiseres

De acuerdo con crónicas de Michoacán, el lago nació cuando en el primer día de 1900, en las inmediaciones del poblado de La Zábila y de El Platanal, se escuchó una gran explosión. Cuando los lugareños llegaron al sitio encontraron un enorme cráter del que pronto empezó a brotar agua hasta convertirse en un lago de más de dos hectáreas de agua transparente.

En los terrenos adyacentes al lago, los pozos con azufre y géiseres vuelven peligroso el sitio, lo cual ha sido aprovechado por el crimen organizado, que se apoderó de la zona y ahora utiliza estos hoyos en la tierra para tirar cuerpos.

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“La gente nos comenta que en muchas ocasiones llegaban los criminales y tiraban los cuerpos a los pozos que hay por aquí, son como respiraderos del volcán, de agua con azufre”, nos dice Isis. “Era un lugar turístico y poco a poco se ha dado la presencia del crimen organizado”.

Además del riesgo por la inseguridad, lo complicado del terreno también ha jugado en contra de los y las buscadoras, pues a pesar de la imagen de postal, los pozos pueden abrirse de pronto y expulsar vapores de azufre que pueden provocar quemaduras de tercer grado.  

Junio, un mes rojo para Michoacán

Con reportes de 4,437 personas desaparecidas y no localizadas, de acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda,Michoacán tiene una de las cifras más altas del país. El estado ocupa el séptimo lugar a nivel nacional de personas desaparecidas. 

En el estado, hasta mayo pasado, Morelia es la ciudad con más reportes de desapariciones, con 1,247 personas sin localizar, de acuerdo con la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas.

Sin embargo, en segundo lugar se ubica Zamora, una ciudad a poco más de media hora de Los Negritos, enclavada en los límites con Jalisco, en donde se han contabilizado 569 personas desaparecidas, 456 de las cuales son hombres y 113 mujeres.

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La violencia en la región no solamente se expresa en las desapariciones de personas. El mes pasado, Michoacán tuvo una ola de violencia: tan solo entre el sábado 11 de junio y el jueves 16 se registraron 45 homicidios, de acuerdo con la Comisión Nacional de Seguridad.

Días después, el 21 de junio, un sicario asesinó a 8 personas y dejó 4 heridas en Jacona y Zamora, en un festín de violencia que incluso sorprendió a estas ciudades acostumbradas a las desapariciones, los levantones y los asesinatos. 

De acuerdo con la Fiscalía del Estado, alrededor de las 16:35 horas el individuo ingresó a un taller mecánico en la calle Amapola, en la colonia Miguel Hidalgo, en Jacona, y mató a dos hombres.

El sujeto se dirigió a una empresa de lácteos y se robó un automóvil Nissan Tiida después de dispararle al conductor, quien también murió. El hombre además baleó a otras dos personas que estaban por ahí. Una de ellas falleció.

Ya en Zamora, el tipo mató a un empleado de una refaccionaria y disparó contra dos personas más, una de las cuales murió. En su fuga, entró a una florería y asesinó a otra persona más para después parapetarse en una forrajera, donde mató a dos hombres antes de ser abatido por policías estatales. 

“Ya no hacemos nuestra vida normal, nos da temor salir y más que nada estar en un momento o lugar malo”, nos dice Isis, quien afirma que seguirá ayudando a víctimas de la violencia, buscando a esas hermanas, hermanos, padres, madres y abuelas que un día salieron y ya no regresaron. 

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