Organizaciones civiles exigen alto a la violencia contra mujeres migrantes en México

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México está pasando por una nueva crisis migratoria. Mientras que miles de personas haitianas están varadas en la frontera sur del país, otras más cruzan el territorio mexicano para intentar pasar hacia Estados Unidos, pese a la decisión de ese gobierno de negarles el asilo y expulsarlas bajo la excusa de la COVID-19.

En México hemos visto un mayor nivel restrictivo y el endurecimiento de la política migratoria, además de la brutalidad que está usando la Guardia Nacional contra las personas migrantes en la frontera sur, afirma Miriam González Sánchez, colaboradora del Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI).

“Las poblaciones migrantes se enfrentan a violencia física e institucional, a detenciones arbitrarias, separación familiar, deportaciones ilegales, contención y la expulsión por parte de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM), nos explicó la integrante del IMUMI.

“Hoy, tenemos 27,000 elementos de la Guardia Nacional haciendo labores de control y verificación migratoria, cuando tendrían que estar persiguiendo a la delincuencia. En nuestro país migrar no es un delito. No tendríamos que tener a una figura como la Guardia Nacional deteniendo a la población”, asegura.

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A finales de agosto se hicieron virales videos e imágenes donde elementos del INM persiguen, golpean y reprimen a hombres, mujeres, niñas y niños de origen haitiano y centroamericano que avanzaron en caravana hacia el norte del país, después de estar atrapados en Tapachula, Chiapas, durante meses. 

México y Estados Unidos han deportado a miles de migrantes en vuelos secretos, como lo documentamos en esta nota. Tan sólo México ha deportado a 24,233 personas migrantes a Guatemala, vía terrestre, en los primeros ocho meses de 2021. La próxima semana, el Gobierno mexicano reanudará los vuelos de retorno de personas migrantes haitianas hacia su país.

Por su parte, Estados Unidos reportó en julio pasado un récord histórico de  212,672 de personas migrantes detenidas y 95,788 fueron deportadas desde EU, de acuerdo con la Oficina de Aduanas de ese país

En mayo pasado, la Agencia de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) alertó que cientos de miles de personas migrantes han sido devueltas a México y a sus países de origen, lo que contraviene la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y el derecho al asilo, y además ha provocado la crisis humanitaria en el norte de México

Las acciones de  violencia, discriminación y xenofobia son cotidianas para las personas migrantes en su paso y estancia en México. Betty, mujer migrante y solicitante de asilo en México, afirma que “lo más importante es poder salir de Tapachula. Aquí, nos están acumulando sin oportunidades para trabajar. Con mucho racismo y sin poder avanzar a otros estados de México”.

“Aunque tenemos la tarjeta de visitante por razones humanitarias, nos están deteniendo en Tapachula y expulsando en autobuses hasta Guatemala. Es una forma de tortura, porque debemos volver a ingresar a Tapachula caminando en la noche. Mujeres, mujeres embarazadas y con niños en brazos”, dijo Betty durante una conferencia de prensa, el pasado 10 de septiembre.

“Nosotros como comunidad haitiana pedimos que se respete el derecho al libre tránsito. No queremos estar atrapados en Tapachula. Somos personas con sueños de mejorar nuestras vidas y las de nuestros hijos. Venimos escapando de un país que ni siquiera tiene presidente y que tiene una emergencia humanitaria, donde no hay oportunidades para una mejor vida”, explicó.

Y denunció que como población migrante sufre “el racismo diario, necesitamos una política especial. Nosotros no podemos escapar, ocultar nuestro color de piel. Cuando vamos en la calle a los primeros que detiene la Guardia Nacional y la policía son a las personas negras”.

Esta situación que detalla Betty es el resultado de la falta de respuestas por parte de las autoridades mexicanas: “algunas personas han pasado incluso más de dos años en Tapachula sin una respuesta a sus solicitudes de asilo y protección”, sostiene Miriam González.

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Huyen de la violencia, pero se enfrentan a más violencia

Las personas salen de sus lugares de origen debido a los altos niveles de violencia, conflicto social, pobreza, inestabilidad económica y política, por desastres naturales y efectos del cambio climático en su país. 

Después de caminar kilómetros acechadas por discriminación, racismo, xenofobia y violencia machista contra las mujeres y niñas, las personas migrantes entran a México con la esperanza de encontrar descanso; en cambio, se enfrentan a las acciones violentas por parte de integrantes de instituciones gubernamentales, lo que empeora su vulnerabilidad, como lo ha documentado el IMUMI

La violencia cruza la vida de las mujeres

“Es una violencia generalizada contra las mujeres que se agudiza con las mujeres migrantes y solicitantes de protección internacional”, nos dice Miriam González. 

“Familias completas se ven expuestas a grupos del crimen organizado, redes de trata de personas y diferentes tipos de violencia. Muchas mujeres y niñas son violadas en nuestro territorio. Lamentablemente, por su estatus irregular y sus escasos recursos económicos, tienen acceso muy limitado a servicios de salud”, exponen integrantes de la organización civil IPAS México en este video.

Miriam González nos comenta que en las últimas décadas las mujeres migrantes representan “entre el 25 y el 35% de los flujos migratorios en México. En algunos años han sido incluso el 40%. Y en los últimos años, las mujeres solicitantes de asilo (ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) representan entre 35 y 40%”.

A partir de 2014, dice la especialista, “vimos un incremento de la migración de familias. Aunque no hay datos públicos que registren a unidades familiares”.

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Suman voces para exigir alto a la violencia contra las mujeres migrantes y sus familias

Ante esto, diversas organizaciones civiles de defensa de derechos humanos han comenzado una campaña en sus redes sociales para pedir al Estado mexicano a realizar todas las acciones necesarias para proteger los derechos de todas las personas migrantes, mujeres, niños y niñas.

Es una acción organizada por el IMUMI, a la que se han sumado asociaciones civiles como IPAS México, Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), Red Nacional de Refugios, Data Cívica, entre otras. Una acción en conjunto para condenar y exigir alto a la violencia y represión contra personas migrantes. 

Además, a principios de septiembre, más de mil mujeres, colectivos y organizaciones de 29 países publicaron una carta para exigir al Gobierno mexicano “alto a la violencia de Estado contra las mujeres y la niñez migrante y solicitante de asilo de Haití y Centroamérica, que viajan en grupos para protegerse de la violencia criminal, pero también de la violencia legal y estatal que las confina a la ciudad cárcel de Tapachula”.

En próximos días, adelanta Miriam González, el IMUMI y otras organizaciones defensoras de derechos humanos entregarán a la Cancillería mexicana y a legisladores una serie de propuestas y medidas para solucionar y mitigar esta problemática. 

Son acciones que están contempladas en Ley de Migración, como: “regularización migratoria para quienes ya tienen hijas e hijos en México, estancia por razones humanitarias de cuatro años, no devolución de personas refugiadas con alguna necesidad de protección internacional, no detención de niñas y niños”, entre otras medidas. 

De acuerdo con Tania Ramírez Hernández, directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), hay un incremento del 112% de personas repatriadas desde Estados Unidos y un aumento de más del 200% de detenciones de personas menores de edad.

En México necesitamos coordinación institucional para tener una política integral de respeto a los derechos humanos de las personas migrantes y evitar continuar las violaciones a sus derechos. Esto, porque migrar es un derecho humano, opina Miriam González.

¿Cómo apoyar?

Ante la llegada de comunidad migrante y solicitantes de asilo, a la Ciudad de México, el IMUMI comenzó una campaña de donación para los albergues de la sociedad civil. Si quieres apoyarles, puedes hacerlo.

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