El gasto para 2024 será de $9.07 billones de pesos, un aumento real del 4.3% de lo aprobado para 2023, de acuerdo con el Paquete Económico para 2024 que entregó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al Congreso de la Unión el pasado 8 de septiembre.
Con una inversión de $120,000 millones de pesos para el Tren Maya –el cual se supone que comenzará a operar en diciembre de 2023– y un incremento de $109,398 millones de pesos al presupuesto otorgado a la Secretaría del Bienestar, este plan de egresos es un claro reflejo de las prioridades del último año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
“En línea con lo que se había estado presentando este sexenio, la prioridad continúa siendo la protección social” se explica en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF). Esta es el área a la que más recursos se le asignaron, seguida por salud y educación, nos explicó Andrea Larios, Economista e investigadora en Fundar.
¿Hay más deuda?
El presidente López Obrador asegura que su gobierno no se ha endeudado, pero su PPEF tiene otros datos. Un aumento en el gasto requiere de un aumento en los ingresos, pero a falta de éste, la deuda ha tenido que aumentar, lo cual no es necesariamente negativo.
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En 2024 se contempla que el 19.2% del gasto será financiado por deuda, en 2023 el financiamiento representó el 14.1% de los ingresos contemplados, lo cual indica que sí ha aumentado el porcentaje del gasto que se cubre con deuda.
Sin embargo, la deuda todavía no es motivo de alarma y se mantiene en un “nivel sano”, nos comentó Andrea Larios.
Por otro lado, el gasto en pensiones genera cada vez más una gran presión sobre el Estado Mexicano. El próximo año se destinarán $1.9 billones a estas, es decir, el 22% del presupuesto neto total.
La realidad es que México no recauda todo lo que gasta y si bien todavía es manejable el déficit fiscal, “para que se pueda seguir garantizando el derecho a una pensión digna el Estado Mexicano tiene que hacerse de mayores recursos”, nos dijo la economista.
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Las pensiones no contributivas, es decir las pensiones universales que cubre totalmente el Estado como la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, han aumentado exponencialmente el gasto del Estado en este sexenio, y si a esto se le suman las pensiones contributivas “cada vez se hace más inminente la necesidad de una reforma fiscal que le brinde al Estado los recursos suficientes para hacer frente a todas estas obligaciones”, explicó.
Salud en el Paquete Económico
Entre 2018 y 2022 30.3 millones de personas perdieron el acceso a servicios de salud y según datos del CONEVAL. Hoy, el 39.1% de la población mexicana carece de acceso a estos servicios.
Ante esta situación se esperaba un aumento significativo en el gasto en salud para 2024; sin embargo, este aumento se quedó muy por debajo de lo necesario. El IMSS-Bienestar recibirá $129,000 millones de pesos en 2024, debido a que el INSABI pasó de la Secretaría de Salud a ser parte de este organismo.
“Sí se está presentando un incremento, aunque no es suficiente para incrementar los recursos totales como proporción del Producto Interno Bruto. Los organismos internacionales recomiendan que el gasto en salud público alcance el 6% del PIB, ahorita estamos en 2.8%”, nos dijo Andrea Larios.
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La realidad es que no se está cerca de garantizar salud universal para las y los mexicanos ya que “como tenemos un sistema de salud fragmentado que diferencia entre las personas que sí tienen seguridad social y quienes no tienen seguridad social, el presupuesto se va mayoritariamente para personas con seguridad social. Esta disparidad en el financiamiento de los sistemas hace que se amplíen las brechas en el acceso a salud”, explicó la también especialista en política fiscal y desigualdad.
Educación
En materia educativa también se prevé un aumento en el presupuesto para 2024 respecto a lo aprobado en 2023. La Secretaría de Educación Pública recibirá $425,756 millones de pesos, $4,170 millones de pesos más que en 2023.
En educación los programas prioritarios que han impulsado el aumento presupuestal son las Becas Benito Juárez –tanto para educación básica como para media superior–, las Universidades para el Bienestar y la Escuela es Nuestra –programa que como te contamos en esta nota tiene retos en cuanto a la transparencia de recursos.
La pandemia por COVID-19 trajo consigo rezago educativo y deserción escolar, por lo que si bien la inversión en educación es fundamental, aún no queda claro si estos programas serán suficientes para contrarrestar los males de la pandemia.
Focos rojos en el presupuesto
La militarización de la vida pública en México puede observarse claramente en el presupuesto asignado a las Fuerzas Armadas. La Secretaría de Defensa Nacional recibirá $259,434 millones de pesos en 2024, $142,151 millones de pesos más que el año pasado de los cuales $120,000 millones son para el Tren Maya que anteriormente estaba bajo la Secretaría de Turismo. Esta inversión millonaria al tren se dará después de que supuestamente el Tren Maya comience a funcionar en diciembre de 2023.
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Por otra parte, llama la atención lo que sucede en el Anexo 13, el cual contempla el gasto para la agenda de igualdad de género y el combate a la violencia contra las mujeres.
Las erogaciones para la igualdad entre hombres y mujeres recibirá $409,107 millones de pesos, sin embargo, un análisis de Fundar ha encontrado que el 89% de estos recursos vienen de programas prioritarios que “no inciden directamente en la reducción de brechas de desigualdad ni en la incidencia de la violencia contra las mujeres.”
“Ninguno de estos programas prioritarios contempla dentro de su accionar medidas afirmativas en favor de la igualdad de las mujeres y no hay metodología para integrar el Anexo 13”, nos explicó Andrea Larios, quien considera que “no es suficiente” lo que reciben los programas que sí ayudan a las mujeres, ni las instituciones que se encargan de combatir la violencia que las mismas sufren.
2024 no solamente es el último año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, también será un año electoral decisivo para el futuro del país. Los aumentos presupuestarios obedecen a la lógica electoral del presidente, sin embargo, queda por ver si realmente en seis años los programas sociales de transferencias directas y la militarización lograron transformar para bien al país.
